sábado, 16 de febrero de 2019

febrero 16, 2019
WASHINGTON, 16 de febrero de 2019.- Por primera vez en 230 años de Historia constitucional de Estados Unidos, un presidente va a usar poderes especiales para decidir dónde gasta el dinero del Estado, una atribución que corresponde al Congreso. Así lo ha manifestado Donald Trump en una rueda de prensa de 50 minutos en la Casa Blanca, en la que anunció la medida para construir un muro en parte de la frontera de EEUU con México, en lo que calificó en al menos media docena de ocasiones como "una invasión de nuestro país" por los inmigrantes ilegales.

El objetivo de la Casa Blanca es tomar 6.700 millones de dólares (5.900 millones de euros), de los que un 45% procederá de proyectos de construcción de las Fuerzas Armadas, y el resto de fondos del Tesoro y del Departamento de Seguridad Interior de EEUU, procedentes de confiscaciones a narcotraficantes. Eso se sumará a los 1.375 millones de dólares (1.217 millones de euros) que los demócratas y republicanos del Congreso han destinado para construir 88,5 kilómetros de muro. Es una cifra inferior en un 16,4% a la dotación aprobada por los republicanos en el mes de diciembre, que Trump aceptó primero y rechazó después ante las críticas de varios comentaristas conservadores de Estados Unidos.
 Donald Trump . (Getty)

La negativa del presidente a aceptar esa cifra causó el cierre parcial de la Administración Pública de Estados Unidos en los meses de diciembre y enero, hasta que Trump tuvo que dar marcha atrás. En el pasado, Trump había demandado 5.700 millones de dólares (5.000 millones de euros) para construir un muro de barras metálicas de 378 kilómetros.

La frontera entre EEUU y México mide 4.135 kilómetros. Ahora, con su nueva decisión, el presidente de EEUU deja claro que va a construir el muro, o al menos parte de él. Trump sacó sus instintos xenófobos en su rueda de prensa, en la que volvió a llevar a la Casa Blanca a familiares de víctimas de asesinatos perpetrados por inmigrantes ilegales. "Todo el mundo sabe que los muros funcionan", ha afirmado el presidente en los jardines de la Casa Blanca.

Los líderes de la oposición demócrata denunciaron inmediatamente una iniciativa "anticonstitucional" y negaron que exista una urgencia humanitaria o de seguridad en la frontera que imponga tal medida. "La declaración ilegal del presidente, hablando de una crisis que no existe, supone un golpe violento a nuestra Constitución", escribieron Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, y Chuck Schumer, jefe de la minoría demócrata en el Senado.

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