domingo, 23 de diciembre de 2018

diciembre 23, 2018
José Repetto

Libertad de Expresión Yucatán tiene poco más de 5 años y medio. Más allá del número de notas originales, opiniones y boletines publicados, seguidores en Twitter y Facebook y la más reciente publicación viral, el medio es la pregunta "impertinente", el señalamiento incómodo, el punto de vista que otros no se atreven a dar y el negarse a disculparnos o retirar notas salvo que se nos pruebe que estábamos en un error, pero jamás para darle gusto a nadie.

Podríamos empezar desde cero en cualquier momento y seguiríamos teniendo el mismo valor y reconocimiento, y recibiríamos el mismo respeto y desprecio, el cual consideramos señal de éxito, por parte de quienes no toleran nuestras críticas.

Se nos ha visto en los últimos meses en menos eventos. Esto fue al principio a raíz de problemas de salud (no me importa decirlo, porque no es secreto y no oculto mi lado humano: perdí a alguien en 2017 y me afectó en todos los ámbitos de mi vida por más de un año) y luego, cuando me recuperé, porque me volví más selectivo, más estratégico. Sólo considero necesario acudir a lo importante, a lo que se sale de lo ordinario, y a lo que no es contrario a mis principios (no voy, por ejemplo, a cubrir un evento reconociendo la labor de la policía, como el que se dio hoy, ni quedarme en un acto donde traten mal a la prensa o nos hagan esperar afuera, y mucho menos a callar ese hecho).

La información

Como medio recibimos boletines, comunicados e invitaciones de prácticamente todas las instancias a las que los hemos solicitado, así como acceso a sus eventos, con las notorias excepciones de la Universidad de Yucatán (UADY) y de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), pero ahí la historia es complicada.

Consideramos errada la política de varios órdenes de gobierno de no tener una lista centralizada de medios y tener que darnos de alta en una docena de dependencias para recibir toda la información que requerimos para hacer nuestra labor.

La policía

Desde finales 2008, casi dos años antes de empezar a trabajar como reportero (inicié en junio de 2010 cubriendo la develación del Monumento a los Montejo), denuncié públicamente las arbitrariedades policíacas de las que fui blanco (no me gusta usar la palabra víctima) por tomar fotos o simplemente caminar en la calle. Hice videos, artículos que se volvieron virales, volantes, activismo (con gente que, rápidamente descubrí, sólo lo hacía por dinero), solicitudes de transparencia y quejas ante la Codhey. Sobra decir que años después, cuando solicité ser dado de alta en su lista de boletines, jamás los recibí.

Y acepto la negativa tácita, porque me niego a exaltar a la corporación, su titular y sus políticas corruptas y violatorias de los derechos humanos. Recientemente, decidí que este medio no dará cabida a dicha información, pues sería una incongruencia hacerlo y una falta a la moral exaltar a lo que es, en esencia, el mal.

Pasó el gobierno de Ivonne Ortega Pacheco, el de Rolando Zapata Bello y está comenzando el de Mauricio Vila Dosal. Veo que el titular de la corporación, su trato hacia la ciudadanía y la postura tibia y cómplice de la Codhey ante sus abusos no han cambiado ¿entonces por qué debería cambiar mi postura?

Alguien me dijo hace mucho tiempo que en 10 años no pensaría igual. Tenía 21 entonces, ahora tengo 31, y pienso exactamente lo mismo que dije en este video.

De la UADY, sobra recordar que en 2014 no me dejaron entrar a la elección de Williams.

La relación con otros medios

Hace un par de años publiqué un artículo llamado "7 personajes nefastos de la prensa en Mérida" y, meses después, uno que le daba seguimiento. Sin entrar en detalles, diré que tuvo reacciones fuertes. A la fecha, hay gente que se niega a sentarse en la misma mesa que un servidor. Y sabiendo quiénes son, me da gusto. No me arrepiento de haberlo publicado, pero lo retiré por una situación personal que sufrió una de las personas nombradas.

La sociedad yucateca es muy hipócrita y doble moral, y es mal visto quien dice las cosas con franqueza, quien no te alaba en tu cara y apuñala por la espalda.

Por ello se han difundido rumores tóxicos en mi contra, e incluso se han hecho videos y artículos acusándome de delitos o faltas que jamás cometí y jamás me podrán demostrar porque son alegatos falsos. No caeré en el error de Labastida en el 2000 de listar los insultos en mi contra pero sí diré que incluso me honra ser tan atacado por gente tan baja y tan ruin, y que si lo siguen haciendo las agresiones provenientes de ellos francamente las veré como halagos.

Los motivos de los demás

Sobra decirlo, pero muchos directores de medios no creen en nada, no se mueven por ningún ideal, no buscan aprovechar su espacio para apoyar causas en pro de la sociedad (como nosotros, que apoyamos a la comunidad LGBT, exhibimos a los grupos conservadores de odio, estamos contra la militarización de la seguridad pública y condenamos los abusos de autoridad), sólo buscan el billete.

Han surgido muchas fanpages en Facebook, varias de ellos anónimas, algunas administradas por gente en los mismos órdenes de gobierno que cobra doble, pero no pueden competir con los medios auténticos, con quienes tenemos años trabajando por nuestra cuenta, con quienes ofrecemos algo original y diferente, con quienes, para bien o mal, ya tenemos una imagen. 

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