miércoles, 3 de octubre de 2018

octubre 03, 2018
LONDRES, 3 de octubre de 2018.- Los políticos conservadores ingleses llevan un tiempo demostrando su gusto por el histrión. Hace unos días, el exministro de Exteriores británico Boris Johnson se dejó fotografiar en pantalones cortos mientras corría por un campo amarillo que recordaba a uno de trigo. Su objetivo era reírse de su rival político, de la primera ministra, Theresa May, que en una entrevista dijo que eso -correr por un campo de trigo, sí- era lo más pícaro que había hecho en su vida. 


May parece dispuesta a dejar claro a Johnson que no solo él tiene sentido del humor. A finales de agosto, durante una visita a Kenia, la primera ministra protagonizó un intento de baile que dejó a más de uno con la boca abierta, como quedó probado cuando el vídeo con su particular brío para la danza se compartió, a menudo con comentarios socarrones, en las redes sociales. Ahora, cuando su partido celebra su congreso anual y debate de temas tan serios como la negociación del Brexit, la mandataria ha decidido hacer de nuevo de las suyas.

May ha irrumpido en el escenario contoneándose al ritmo de «Dancing Queen» y, tras un pequeño capítulo de bromas, se ha adentrado en un discurso cuyo mensaje esencial ha sido la unidad.

La mandataria ha restado importancia a las diferencias en el seno del Partido Conservador sobre el Brexit, porque ya las ha habido sobre otras cuestiones, si bien ha instado a los suyos a no abrir brechas insalvables: «No debemos ser un partido que se pierda en la ideología, sino que se funde en principios sólidos (...) Seguridad, libertad y oportunidades». (ABC)

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