martes, 9 de octubre de 2018

octubre 09, 2018
SHANGHÁI, China, 9 de octubre de 2018.- El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, vuelve a sorprender invitando al Papa Francisco a visitar Pyongyang, capital de un país particularmente crítico con la expansión del cristianismo, con el objetivo de atraer el apoyo del Vaticano al proceso de paz que se vive en la península y que trata de legitimar a su régimen.

Según ha explicado el portavoz de la Casa Azul (Presidencia surcoreana) Kim Eui-kyeom, la iniciativa surgió en el contexto de la cumbre que se celebró en Corea del Norte a finales de septiembre. Kim Jong-un entabló conversación con el arzobispo surcoreano Higinius Kim Hee-joong, miembro de la delegación sureña, durante el ascenso al Monte Paektu. En la charla informal, el arzobispo comunicó al dictador que informaría al Vaticano de los avances en el proceso de reconciliación y pacificación que han entablado las dos Coreas, a lo que Kim reaccionó con entusiasmo, respondiendo con un explícito "hágalo, por favor".


Más tarde, el presidente surcoreano mencionó la conveniencia de implicar al Papa en la dinámica actual, a lo cual Kim Jong-un contestó que "dará una ferviente bienvenida al Papa si visita Pyongyang", transformando la sugerencia en una invitación formal. Según el portavoz de la Casa Azul, será el presidente surcoreano el encargado de entregar la misiva personalmente la próxima semana.

Gira europea de Moon

Moon tiene previsto visitar el Vaticano en el contexto de su viaje a Europa -que el próximo miércoles y jueves le llevará a Bélgica, Francia, Italia y Dinamarca- con el objetivo de solicitar la bendición papal y su apoyo a la paz y estabilidad en la península coreana, así como ampliar la cooperación con el Vaticano.

Corea del Sur mantiene una importante población cristiana (un 30%) y ya fue visitada por el Papa Francisco en agosto de 2014, cuando el Pontífice celebró una misa multitudinaria en la Catedral de Myeongdong, sede de la Archidiócesis de Seúl. Al contrario, Corea del Norte -cuya dictadura se asienta en la ideología Juche, una variante nacionalista del comunismo desarrollada por el dictador Kim Il-sung- se caracterizó en sus orígenes por la persecución del cristianismo, que era percibido como una fuente alternativa de ideología susceptible de reemplazar a la doctrina Juche y de la que aún hoy se recela. Los visitantes que viajan a Corea del Norte tienen prohibido llevar consigo ejemplares de la Biblia u otros textos religiosos.

Mucho antes de la partición de la península, cuando el cristianismo irrumpió en Asia en el siglo XVII, ya fue considerado como una "práctica demoniaca" por las dinastías confucionistas que regían Choseon (Corea), hasta el punto de emprender una persecución católica en 1866 que, según algunas fuentes, se cobró las vidas de miles de cristianos. En el siglo XIX, la apertura al mundo de Corea rebajó la percepción de la amenaza: Pyongyang llegó a albergar una importante comunidad protestante durante la ocupación japonesa, pero la llegada al poder de Kim Il Sung -criado en una familia cristiana pero formado por la Unión Soviética- sustituyó en la práctica cualquier devoción religiosa por el culto a su personalidad.

"Persecución y castigos"

En los más de 70 años de Historia de Corea del Norte, nunca un papa ha visitado el país comunista. El padre del actual dictador, Kim Jong-il, invitó en el año 2000 a Juan Pablo II, aunque el viaje nunca se materializó. En la actualidad, Corea del Norte y el Vaticano no mantienen relaciones diplomáticas.

Aunque el régimen afirma que su país goza de libertad religiosa, los desertores aseguran que cualquiera que se declare cristiano es susceptible de ser perseguido por las autoridades. Un informe de Naciones Unidas publicado en 2014 denunciaba la "persecución y los severos castigos" a los que se enfrentan los norcoreanos si practican el cristianismo fuera de las iglesias controladas por el régimen. En Pyongyang hay tres iglesias, dos protestantes y una católica, aunque no está asociada al Vaticano.

En Pyongyang, la Universidad de Ciencia y Tecnología es gestionada por cristianos evangelistas que tienen estrictamente prohibido el proselitismo: algunos de sus docentes han sido arrestados, acusados de propagar su fe. El último fue Kim Sang-duk, quien pasó algo más de un año en una prisión norcoreana antes de ser liberado en un gesto de buena voluntad del régimen hacia Donald Trump, durante su política de distensión. Otro evangelista, Kenneth Bae, promotor de viajes en Corea del Norte, fue sentenciado a 15 años de trabajos forzados por "crímenes contra el Gobierno" en 2013, aunque fue liberado en 2014.

Es el mismo destino que han corrido varios misioneros en Corea del Norte, si bien el régimen permite a organizaciones cristianas que trabajen en el interior del país aportando ayuda humanitaria siempre que no realicen proselitismo. (Mónica G. Prieto / El Mundo)

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