viernes, 7 de septiembre de 2018

septiembre 07, 2018
Pedro Echeverría V.

1. Pienso que conocí bien al Róger Aguilar en la política y por su comportamiento en asuntos de dinero, a pesar de haber sido diputado local por el PSUM y haber hecho su campaña por Morena para ganar y obtener la diputación federal, por su historia, pienso que nunca fue capaz de robarse un peso. Siguió en su militancia política un línea recta que consistió en trabajo político permanente, mucha honestidad y disciplina: del PPS lombardista hasta 1965, al PCM prosoviético, al PSUM, al PMS, al PRD hasta Morena. No tuvo ninguna bronca ideológica con maoístas, trotskistas, anarquistas, zapatistas, porque sus tareas las hacía con disciplina y lealtad.

2. En Yucatán, pienso que en las provincias en general –con excepción de Monterrey, Guadalajara, Oaxaca, Morelia-  no se llegó a las discusiones políticas, mucho menos a las ideológicas. Pienso que éstas se concentran en la CDMX, particularmente en dos tres facultades de universidades. Róger pensaba que había que ser muy concreto y muy práctico porque las disquisiciones de izquierda y derecha solo retrasaban los movimientos. Así como Róger distribuyó ampliamente el periódico Regeneración de Morena, lo mismo hizo con los periódicos y revistas que bajo la influencia de “los comunistas” se le encargó. Todos éstos le deben a Róger un gran homenaje.


3. Conocí a Róger en 1960, cuando ambos éramos profesores de primaria y sindicalistas. Yo el año anterior había ingresado a la izquierda en la ciudad de México a raíz de la revolución cubana y la huelga ferrocarrilera, pero Róger –dos años mayor que yo- desde años antes, recibía la influencia de su padre (mi respetable Eudaldo) que era un dirigente del PPS de Lombardo Toledano en Yucatán. Desde la Normal Rural de San Diego Tekax, Róger destacaba como dirigente estudiantil y, cuando lo conocí en el café “La Sin Rival” de la 60, continuaba reuniéndose con sus compañeros profesores egresados con él de la Normal. Róger era secretario de Conflictos de una Delegación del SNTE.

4. En 1962, con dos representantes del PCM enviados desde la CDMX, fundamos (en mi domicilio) el PCM de la línea de Jruschov (que gobernaba la URSS) y Arnoldo, sustituyendo así al PCM encinista-stalinista que funcionaba en Mérida desde mediados de los cuarenta encabezado por Franti Cardeña, Gamboa, Alonzo, Herrera, Jiménez, H.Sosa y licenciado Nemecio Pinto. Fundamos aquel partido  entre cuatro (L. Sosa, Echeverría, Escobedo y Acal) teniendo cerca un círculo de 10 jóvenes. Nosotros siempre pensábamos que Róger debería estar con nosotros, pero veíamos que estaba atado al PPS que contaba con una docena de militantes y un local social amplio.

5. Recuerdo que Róger, su primo Fernando Aguilar y yo nos confrontamos fuerte contra los charros del SNTE en los años 62, 63, 64; luego participamos en una fuerte oposición encabezada por Narces Alcocer y Alejandro Bastarrachea contra los dirigentes locales de la sección XXXIII, Filomeno Cobá y Pancho Durán. Róger y yo sacamos (tres o cuatro números) de una revista que Róger siempre me recordaba. Al iniciarse 1965 me apresaron (siendo presidente del FEP) por encabezar una marcha de campesinos ejidatarios de Baca, Conkal, Cholul. Entonces ya Róger había ingresado al PCM; pero yo casualmente maduraba mi salida para irme a la CDMX.

6. En 1966, estando ya radicado en la CDMX, le perdí la ruta a Róger y lo que fue el PCM en el estado. Recordaba a Jaime que me enviaba un giro mensual para el PCM, al zorrito Ceballos, a los hermanos Rubio, a Cuauhtémoc, a Payán, a Pedro Juárez, a Julio César;  casi todos ellos, que me tenían buena estima, me condenaron por haber abandonado el PCM; no se enteraron entonces que me había hecho espartaquista; menos que trabajaba comisionado como burócrata en el edificio de la SEP en las oficinas del Valle de México en primer piso, cuando el escritor José Revueltas trabajaba en el segundo piso en el departamento de Cultura a cargo del escritor Mauricio Magdaleno. En 1974 surgió el movimiento contra el asesinato del Charras.

7. Viajé tras veces a Yucatán como profesor invitado a con el fin de resumir semestres en la Facultad de Antropología y antes fui investigador del Hideyo Noguchi. Por esos viajes me enteraba del trabajo de Róger y el PCM en Yucatán. La realidad es que en Yucatán históricamente ha sido muy difícil desarrollar a la izquierda. Sólo López Obrador ha logrado votaciones de más de 20 por ciento cuando ha sido del tres por ciento. Basta ver que el voto por el PRI que fue del 90 por ciento  bajó a 48 y el PAN de 15 por ciento subió a 40. Hoy PRI y PAN están parejos y se alternan gubernatura y alcaldía de Mérida. En cuanto a la participación del magisterio en la lucha sindical, es casi nula; aunque protestan cuando les deben pagar algo.

8. En los dos últimos años Róger se dedicó a Morena y a la lucha con los jubilados. Cuando lo veía en los últimos meses le decía: “Pinche Róger, cúidate, ya estás mucho más flaco”. El me respondía: “No te olvides que mi papá falleció a los 102 años”. Ahora que cayó en cama lo visité cuatro veces pero no me confronté con él porque sólo me respondía con señas. Creo que desde que regresé a Yucatán hace 30 años mantuve con Róger excelentes relaciones, dado que pudimos estar en los mismos mítines medio desangelados. Con Luis Sosa, quien falleció hace tres años (ver mi artículo al respecto con mi nombre en internet) también logré que nos reconciliáramos mucho antes de fallecer. (José Acal Molina se acercó mucho a Luna Kan y ahora es profesor de enseñanza media, Humberto Escobedo de vendedor de libros, escritor y conferencista, tomó el camino solitario anarquista)  (7/IX/18)

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