lunes, 24 de septiembre de 2018

septiembre 24, 2018
Pedro Echeverría V.

1. Me desespera que ante el crecimiento de la oposición empresarial y de la derecha política en México, contra medidas muy concretas que pretende poner en práctica López Obrador, tal como el recorte en los altos salarios y la construcción del aeropuerto, los lópezobradoristas y sus apoyadores no se estén preparando para salir a la calle a luchar. Si no se acude a esa estrategia de movilización, López Obrador estará condenado a retroceder ante la avalancha de apoyos empresariales al aeropuerto Lago-Texcoco y ante las protestas de quienes se oponen con fuerza a la reducción salarial. No solo magistrados y órganos electorales se niegan a rebajarse el salario; ahora hasta en relaciones exteriores crece la oposición. ¿Y si retrocede AMLO?

2. Obvio, sabemos que  López Obrador, el presidente electo, no es dios, pero sí un personaje lleno de optimismo y confianza en que todo se puede hacer con mucha paciencia. Con esa convicción hizo tres campañas presidenciales y ha recorrido –una tras una- todas las comunidades del país pronunciando discursos, como nadie en la historia lo ha hecho. Ganó electoralmente el año de 2006 y en 2012, pero lo defraudaron con mucho descaro porque la consigna empresarial fue siempre: “AMLO (el comunista, socialista, izquierdista, populista) no debe llegar al gobierno”. Pero en 2018 no lo pudieron parar y ha sido tan importante su triunfo que fue abrumador, poniendo al PRI y al PAN al borde de su desaparición como partidos y a los empresarios muy nerviosos.

3. López Obrador no es nada de lo que lo acusan los empresarios. Es un simple patriota honesto, nacionalista y bien intencionado. Los electores y la población lo apoyan porque fue el único candidato que demostró en sus tres campañas presidenciales que acabaría con los robos, fraudes, la corrupción, de todos los políticos del PRI, PAN, PRD. La población aplaudiría la desaparición de esos tres partidos que tan mal han hecho al país y seguiría observando el comportamiento de otros que no sean tan corruptos. ¿Cómo podrá permitir la población que políticos que han formado los gabinetes presidenciales y el liderazgo de legisladores pudieran revivir si deberían estar en la cárcel por los muchos millones que han acumulados que no han devuelto?

4. Muchas han sido las promesas al pueblo de López Obrador, por ello la oposición política y empresarial ha crecido; sin embargo son tres las que han concitado el odio de la clase dominante: a) la construcción del aeropuerto; b) la reducción de los grandes salarios y c) el combate a la privatización del petróleo y la electricidad. Los medios de información (TV, radio y prensa), conocidos como “chayoteros” (por recibir millones de pesos de políticos y empresarios para tergiversar a su favor las noticias) se han dedicado a combatir a AMLO y todas aquellas actuaciones de los legisladores (diputados y senadores) de Morena que van contra sus intereses. López Obrador tomará la Presidencia hasta el 1 de diciembre, pero han seguido combatiéndolo.

5. Me preguntaba: Si renuncian embajadores y demás (que muy poco hacen en sus empleos) por reducción salarial habrán más de 10 mil profesionistas –sobre todo historiadores y periodistas- para sustituirlos. Pienso que esa cantidad alcanza y sobra en cualquier país si de explicar historia y política se trata. López Obrador no debe dejarse chantajear; esas presiones de no permitir  la reducción salarial son esencialmente políticas donde sólo hay de dos sopas: triunfa la derecha para demostrar que López Obrador no podrá avanzar, o triunfa la política de cambios profundos que promovemos los que apoyamos a AMLO. Yo, aunque sea muy general, sigo mirando las cosas como “lucha de clases”.  Los que no pueden vivir con menos de 100 mil y los que les sobra. (24/IX/18)

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