sábado, 4 de agosto de 2018

agosto 04, 2018
ESTOCOLMO, Suecia, 4 de agosto de 2018.- La policía de Estocolmo se encuentra en medio de un trágico suceso que ha copado los titulares de la prensa local e internacional. Una patrulla policial abrió fuego la madrugada del jueves contra un hombre con síndrome de Down que llevaba una pistola de plástico en la mano. Una de las balas le mató.

“Este es un incidente trágico y entiendo que mucha gente quiera respuestas rápidas”, afirmó el fiscal general sueco Martin Tiden, a cargo de la investigación por negligencia profesional que hoy se ha abierto sobre el asunto.

Eric Torell.

Eric Torell, de 20 años, fue asesinado a tiros por varios agentes de policia en Vasastan, una zona residencial de la capital sueca, alrededor de las 4 de la madrugada del jueves. El hombre, que también estaba diagnosticado con autismo, había huido de su casa con una pistola de juguete. “El hombre estaba armado con un objeto similar a un arma, que la policía interpretó como una situación hostil y abrió fuego”, trató de explicar la situación el fiscal.

El diario sueco Aftonbladet informó que en concreto, fueron tres los policías que dispararon contra Torell quien, según su familia, tenía las capacidades intelectuales de un niño de tres años y dificultades para comunicarse. La Fiscalía Especial solo confirmó que “más de un policía había utilizado su arma de servicio”.

“Apenas podía hablar, solo podía decir ‘mami, mami’”, dijo la madre del joven, Katarina Soderberg, al tabloide Expressen el jueves. “No sabía cómo amenazar, lo único que podía hacer era abrazarse y besarse”, detalló para el periódico Mitt i Stockholm.

La madre no se explica cómo pudieron los agentes confundir el objeto de plástico que llevaba su hijo con un arma de verdad. Es verdad que parecía una metralleta, pero era “un juguete, una pistola en miniatura para niños de 5 años”, la edad que tenía su hijo la recibió como regalo de cumpleaños.

Vasastan es una zona residencial acomodada, poco sujeta a los crímenes y tiroteos que consumen algunos suburbios de la ciudad.

La familia es incapaz de asimilar lo sucedido. “Estamos completamente devastados... estamos en estado de shock”, Soderberg al Aftonbladet. El joven huía regularmente, explicó su padre, Rickard Torell, insistiendo en que no entendía por qué la policía le disparó a su hijo. “¿Cómo es que no hubo una alternativa a matarlo? ¿Por qué no hicieron un disparo de advertencia?”, preguntó la madre de Torell, que murió poco después de ser herido por uno de los disparos.

“Esta es una tragedia para todos los involucrados, y respeto y entiendo que este incidente causé mucha ira”, afirmó el viernes el jefe de la policía regional Ulf Johansson.

La policía ha matado a tiros a seis personas desde el comienzo del año, según las autoridades suecas. (La Vanguardia)

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