jueves, 30 de agosto de 2018

agosto 30, 2018
BARCELONA, 30 de agosto de 2018.- El consejo regional de la localidad de Omaui, en la región de Southland de Nueva Zelanda, ha propuesto prohibir todos los gatos domésticos en un intento de proteger a los animales nativos. El nuevo “plan de plagas” exige que todos los gatos domésticos en la región sean castrados, tengan microchip y estén registrados. La idea es que, cuando un gato muera, no se permita tener otro a los residentes, una medida que ha generado polémica, explica The Guardian .

"No odiamos a los gatos, pero nos gustaría que los propietarios de mascotas fueran responsables, este no es el lugar para los gatos", han afirmado los impulsores de la propuesta a medios locales, que creen que la medida mejorará enormemente el medio ambiente y la vida de las especies locales, especialmente las aves.

Los conservacionistas afirman que tener pájaros e insectos nativos en el jardín trasero de sus casas compensará con creces el hecho de no tener un gato, pero no todos están de acuerdo. “Fue un shock total para mí”, afirma la residente y propietaria de tres gatos Nico Jarvis al canal Newshub . “Me siento un poco engañada para ser honesta”, explica esta vecina, que ha afirmado que no cumplirá con la prohibición.

“La comunidad entiende la postura conservacionista, absolutamente, pero creo que a largo plazo, las ramificaciones de esto no son algo con lo que incluso aquellos que no son propietarios de gatos se sientan cómodos. Es como un estado policial”, asegura en el Otago Daily News .

Otro vecino, Terry Dean, explica que la noticia le ha sorprendido. “Un día te dicen que tus gatos, tus pequeñas posesiones preciadas ... O quedan atrapados en trampas o, aquellos que sobreviven, no pueden ser reemplazados”. Los residentes tienen dos meses para registrar sus puntos de vista sobre la prohibición de los felinos. (La Vanguardia)

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