jueves, 19 de julio de 2018

julio 19, 2018
Pedro Echeverría V.

1. De entrada se está con López Obrador y su proyecto de gobierno, es lo que el pueblo demostró con sus votos ampliamente mayoritarios en la República. Hay que esperar y vigilar que las promesas reiteradas se cumplan porque si no es así estaremos frente a otro PRI, PAN, PRD  que significan asesinatos y profunda corrupción. No hay que desesperarse, pero la resistencia de los saqueadores jueces de la Suprema Corte, así como de los órganos electorales y la alta burocracia –cuyos salarios son de alrededor de 500 mil pesos al mes más otros apoyos- dan ideas de la futura oposición. López Obrador tiene la fuerza para cambiar la Constitución, tiene el 70 por ciento del poder político en sus manos y si se acobarda entonces estaría traicionando sus promesas.

2. Desde el próximo 1 de diciembre, al tomar posesión del gobierno López Obrador, habrá un tope salarial de 108 mil pesos al mes (dólar de 19 pesos mexicanos), que será  el salario del presidente de la República. Sin embargo ayer el INE electoral declaró que “los ampara la Constitución, nuestros vocales ejecutivos tienen derechos que nadie les puede reducir… El Estado mexicano es una institución compleja y no hay una sola medida que se le pueda aplicar de manera indistinta a todas las instituciones que la conforman”. Esto de la reducción de salarios insultantes es una prueba de juego que llevaría a cambiar algún artículo constitucional en beneficio de los trabajadores del país que aumentarían sus ingresos al ritmo que se reduce el de “la mafia”.

3. López Obrador cuenta con un inteligente equipo de asesores y opinadores dispuestos a defender los intereses de todos los trabajadores. Sin embargo eso no basta ante los miles de millones de pesos que reparten empresarios y gobierno para evitar que AMLO ponga su proyecto en práctica. Espero que las izquierdas –si son de verdad de lucha- se organicen para enfrentar a las derechas que van por la revancha. Me llenaría de alegría ver lo que quedó del maoísmo,  del trotskismo, la CNTE, los zapatistas, teniendo al frente a los anarquistas, ocupando y bloqueando calles para obligar a López Obrador a cumplir con sus muchas promesas. Porque si AMLO comienza a trastabillar, a titubear o vacilar, entonces, además de traicionar, valió un carajo. (19/VII/18)

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