miércoles, 25 de julio de 2018

julio 25, 2018
Pedro Echeverría V.

1. Se ha comenzado a registrar la rebeldía, entre algunos altos funcionarios, para no aceptar la reducción de sus salarios, muchos de ellos de alrededor de 500 mil pesos al mes, más prestaciones que suelen ser mucho mayores. ¿Cómo poder vivir con sólo 100 mil pesos si llevamos años cobrando y viviendo con cinco veces esa cantidad? Esa cantidad para pobretones, para populistas, por no decir para muertos de hambre, apenas son 3,600 pesos diarios que no alcanza ni para un desayuno. ¡Basta ya de burlas de López Obrador que con esa política quiere tener en la bolsa al pueblo! ¿Qué respuesta nos daría López Obrador si le tiráramos en la cara esa propuesta tonta?

2. Los empresarios por su parte, “con el objetivo de cumplir los objetivos fijados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en materia de desarrollo sostenido”, ha dicho que es necesario establecer en el país una política salarial de largo plazo.  Y así lo estableció el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Gustavo de Hoyos, quien consideró que “el sector productivo tiene la capacidad suficiente para otorgar un salario mínimo de 102 pesos a finales de año”; pero los trabajadores han respondido que esos 102 pesos diarios no alcanzan para comprar la tercera parte de la “canasta básica” de productos de consumo inmediato.

3. Los trabajadores entendemos que elegimos a López Obrador para que ponga en práctica una política popular –que por primera vez en nuestra vida o en la historia de México- beneficie a los a los más pobres y no a los millonarios; confiamos en que así sea. Si se hace un sencillo balance se podrá ver que todos los gobiernos sólo han favorecido a unos cientos de familias con grandes riquezas mientras al 80 por ciento de la población –que es la que realmente produce las riquezas- se le ha mantenido al margen del desarrollo. Ahora es cuando vamos a probar lo que AMLO ha repetido: “primero los pobres”. Porque si no fuera así entonces tendremos que sacarlo del poder.

4.  AMLO tiene la obligación de mover los salarios: LOS DE ARRIBA PARA ABAJO Y LOS DE ABAJO PARA ARRIBA. Es un triunfo que al fin alguien fijará el salario máximo de 108 mil pesos. ¿Necesitaría más de cinco años un trabajador de salario mínimo para alcanzar reunir el equivalente de un salario máximo? Pero la bronca de reducir el salario a los de arriba es que los bancos, las agencias de automóviles, los bares de lujo, las boutiques, las agencias de viaje, se van a desplomar porque ya no van a recibir los millones de antes. Por el contrario, si López Obrador –con el apoyo del pueblo cumple fijando un alto salario mínimo- mucha gente va a comer, comprar medicinas e ir a la escuela.

5. Mientras el PRI y el PAN –los poderosos partidos de la derecha que siguen contando con fuerza y muchos apoyos millonarios- se recuperan en sus reuniones, asambleas y congresos su estructura y su militancia, ¿qué hará Morena para consolidar por lo menos el 50 por ciento de sus votantes dispersos? La figura de López Obrador y de algunos de sus dirigentes puede ser importante, pero cada día está en el camino del cansancio y desgaste. Para evitar esto es indispensable la “educación política” coherente que le permita entender todo lo que sucede. Si esto no se atiende los medios de información (TV, Radio) burgueses se encargarán de tergiversar todo. Se sabe. (25/VII/18)

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