sábado, 16 de junio de 2018

junio 16, 2018
CARACAS, Venezuela, 16 de junio de 2018.- Al menos 17 personas, entre ellas, ocho menores de edad, murieron en un incidente registrado en el Club Social El Paraíso, al oeste de Caracas, cuando un individuo detonó una bomba de gas lacrimógeno en medio de una fiesta para recaudar fondos de graduación, atestada de adolescentes y organizada por varias unidades educativas. El lugar, conocido por la gente como Club de los Cotorros, ha sido tradicionalmente frecuentado por los miembros de la comunidad ecuatoriana en el país.

Tenemos hasta el momento siete detenidos, entre ellos dos menores de edad", dijo el ministro de Interior de Venezuela, Néstor Reverol, y señaló que uno de esos menores ha sido señalado de ser el "autor material del lanzamiento de este artificio lacrimógeno".

El artefacto fue activado en medio de una discusión personal que tuvieran dos de los asistentes a la fiesta, pasadas la 1 de la madrugada. La salida del gas produjo el pánico colectivo en una sala en la que había unas 500 personas. Se registraron casos de asfixia y una violenta estampida general producto del pánico, que dejó un número aún indeterminado de heridos a causa de politraumatismos. Las víctimas fueron llevadas al Hospital Pérez Carreño, la Clínica El Paraíso y la Clínica Loira, cercanas al lugar de la tragedia.

Al informar los detalles del suceso, el Ministro de Relaciones Interiores y Justicia, Néstor Reverol, anunció que el Cuerpo de Investigaciones Penales, Científicas y Criminalísticas (CICPC) junto a la Guardia Nacional Bolivariana, cuyos efectivos se hicieron presentes en el lugar poco después, organizaron el traslado de las víctimas a centros asistenciales, y detuvieron a siete personas, incluyendo a un menor de edad, como presuntos responsables de la explosión del artefacto. No se informó sobre el nombre del autor material.

De los fallecidos, fueron identificados por la Policía Nacional Bolivariana Jorhgen Alexander Castro (19), Adrián Alejandro Blanco (16), Luis Roniel Guerra Alfonso (19), Marcos Javier Altuve Valenzuela (18) y Luis Eduardo Barrios Cevedo (46).

La corrupción de los cuerpos policiales en Venezuela ha ido generando, con el paso de los años, un tráfico de materiales de armas de fuego, y últimamente de bombas lacrimógenas, que han ido a parar a manos de civiles en zonas populares y marginales de la ciudad. Los famosos Colectivos, organizaciones civiles armadas de carácter paramilitar amparadas por el propio gobierno chavista, han sido vistos usando y detonando bombas lacrimógenas para reprimir protestas, zanjar conflictos o enfrentar manifestaciones opositoras. (Alonso Moleiro / El País)

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