lunes, 25 de junio de 2018

junio 25, 2018
Pedro Echeverría V.

1. Me ilusioné –por lo menos el año de negociaciones- pensando que los acuerdos entre la FARC y el gobierno del Manuel Santos de Colombia serían duraderos. En alguna ocasión critique a Fidel Castro y a Hugo Chávez por su dura crítica a las FARC por ser muy radicales y no realizar una apertura. Las FARC, al fin, escucharon a Fidel y a Chávez y se abrieron a los acuerdos con el presidente Santos. Después de unos cuantos meses, al parecer la situación ha cambiado radicalmente al entrar  las FARC a la “legalidad”.

2. Lo primero que me hizo brincar fue la aparición del discurso del expresidente Álvaro Uribe y la demostración de su fuerza repudiando los acuerdos. Su primera e inmediata exigencia es que todos los exguerrilleros de las FARC deberían ser enjuiciados y encarcelados “por los cientos de asesinatos que cometieron”. Para Uribe los miles de asesinados por el gobierno y el ejército colombiano no cuentan porque ellos eran la “legalidad”, por el contrario toda la FARC era delincuencial. Fueron esos argumentos de Uribe los que se impusieron.

3. En ese contexto se dan las elecciones presidenciales entre uno de los personajes más honestos y famosos en América Latina, el socialdemócrata como Gustavo Petro y,  por otro lado un personaje totalmente desconocido por ser muy joven (Iván Duque)  pero que sería un simple pelele del fascistoide Uribe. En tanto Petro declaró que aceptaba todos los acuerdos de pacificación firmados,  Duque, el pelele de Uribe, se dedicó a repetir  el mismo discurso de Uribe de desconocer los acuerdos y llevar a la cárcel a los exguerrilleros.

4. Y un tercer gran reto son los acuerdos que hoy se publican en el mundo:  Colombia ingresa a la OTAN para transformarse en el país de Latinoamérica con el poder militar más grande con el objetivo de amenazar a Venezuela, Ecuador, Panamá y toda la región en la que Brasil, Argentina y Bolivia, mantienen un importante papel. Colombia sería el único país de América del sur con el total apoyo del ejército siempre asesino de la OTAN al servicio de los EEUU. Por ello del Nobel de la Paz entregado a Santos vale lo mismo que el papel asesino de la OTAN en el mundo.

5. No podía esperarse otra cosa de Santos hacia su maestro Uribe. No olvido que combatimos la candidatura de Santos porque había sido (era) el secretario de defensa o de guerra de presidente Uribe; luego al subir a la Presidencia Santos pareció cambiar y llegar a los tratados de paz con las FARC con mucha honradez; pero ahora, al ingresar a Colombia a la OTAN, vuelve a los brazos de Uribe, a los mismos brazos donde nunca se salió. ¿Y el pueblo colombiano seguirá siendo tan reaccionario y derechista, por ello votó contra Petro y a favor del Duque, pelele de Uribe?

6. Colombia fue siempre un país muy entregado a los grandes poderes yanquis. Mantuvo en su territorio, durante mucho tiempo, bases militares yanquis. No olvido a Álvaro Uribe discutiendo de forma agresiva respaldado por gobiernos proyanquis, contra Hugo Chávez, Correa y otros.  Uribe –quien será el titiritero del pelele presidente Duque- ordenará la persecución y los asesinatos de todos los exguerrilleros. Por ello lo único que les pido a mis admirables luchadores sociales que no tengan confianza alguna y se preparen a otra etapa de la lucha por el pueblo de Colombia. (25/VI/18)

http://pedroecheverriav.wordpress.com

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