sábado, 31 de marzo de 2018

marzo 31, 2018
CIUDAD DE MÉXICO, 31 de marzo de 2018.- El promedio de encuestas coloca delante a Andrés Manuel López Obrador, con un 41% de los votos, seguido de Ricardo Anaya (28%) y José Antonio Meade (22%). Faltan todavía tres meses hasta la votación presidencial, pero el candidato de Morena cuenta con 14 puntos de ventaja y es, a día de hoy, un favorito claro.

Según el modelo electoral de EL PAÍS, López Obrador tiene un 79% de opciones de ganar la presidencia, Ricardo Anaya un 16% y José Antonio Meade un 5%. Eso convierte al candidato de Morena en la opción más probable y al expresidente del PAN y aspirante de Por México al Frente en su principal rival. El priista Meade solo se impone en una de cada 20 simulaciones, mientras que Anaya lo hace el triple de veces.


Es importante interpretar bien estas probabilidades y la incertidumbre que representan. La victoria de López Obrador es casi tan probable como lanzar un dado y evitar el seis. Pero eso no es una certeza, como sabe cualquier que haya tirado un dado. Sirve de referencia una estadística deportiva: la derrota de López Obrador sería tan probable como ver fallar un penalti.

Estos pronósticos se calculan a partir de encuestas, usando la metodología de nuestros modelos electorales para Francia, Reino Unido o España (ver detalles al final). Estos modelos convierten las encuestas en predicciones después de estudiar su precisión histórica. ¿De qué magnitud son los errores habituales? ¿Cómo de probable es que se produzcan fallos de 3, 5 o 15 puntos? Para responder esas preguntas hemos analizado decenas de encuestas en México, y más de 4.000 en otros países.

El acierto de los sondeos en México

Los sondeos estuvieron razonablemente bien en las elecciones presidenciales de 2012 y 2006 —y aún mejor en las federales de 2015 y 2009—, pero se desviaron mucho del resultado en el año 2000. En las tres últimas presidenciales, el error medio del promedio de sondeos ha sido de 3 puntos por candidato. Eso significa que fueron habituales desviaciones de 3 o 4 puntos y que el margen de error rondó los 8 puntos. Es una precisión razonable, que no se aleja mucho de la que consiguen las encuestas en países como EEUU o España.

Pero tres elecciones son pocas para extraer conclusiones fuertes, especialmente si miramos el acierto de los sondeos en la región: un análisis de 24 votaciones en Latinoamérica eleva el error medio a casi 4 puntos. Por eso, queriendo ser cautos, nuestro modelo asume un error medio de 3,5 puntos para México. Además, quedan todavía tres meses hasta la votación y eso añade incertidumbre, de forma que el margen de error hoy supera los 17 puntos para un candidato con el 35% de votos. De ahí que López Obrador sea favorito con ese 79% de probabilidad.

En las próximas semanas los sondeos ganarán precisión y será clave ver cómo evoluciona cada candidato. De momento en estos meses ha habido dos movimientos. El primero fue la progresión de Anaya, que empezó el año hacia arriba, colocándose segundo y distanciando a Meade con claridad, pero cuya escalada se truncó en marzo, rodeado de denuncias de corrupción. Desde entonces el candidato del Frente ha perdido un par de puntos porcentuales, aunque no más.

La otra tendencia es la paulatina subida de López Obrador, que desde otoño ha pasado del 36% al 41% de voto estimado. No es la única buena noticia para el candidato de Morena. A su favor está la evolución de los indecisos. Como reportan desde Oraculus.mx, el porcentaje de no respuesta ha bajado del 25% al 21%. Hay todavía muchas personas en México que no se decantan por ningún candidato, pero su número se ha reducido sin perjudicar, de momento, las fuerzas de López Obrador. (Kiko Llaneras / El País)

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