miércoles, 14 de febrero de 2018

febrero 14, 2018
ÁMSTERDAM, 14 de febrero de 2018.- La nueva ley de donación de órganos en los Países Bajos no parece tener, a priori, el efecto deseado por el Gobierno. Solo habían pasado unas horas desde la aprobación de la ley que automatiza las donaciones entre los holandeses, cuando más de 30.000 personas se apresuraron en oleada a registrarse en el sistema oficial para indicar que no quieren ser donantes y que su deseo es que su cuerpo sea enterrado en su totalidad. Otras 3.000 personas se inscribieron para dar permiso y 2.000 indicaron que la decisión estará en manos de un familiar tras la muerte. Además, 6.200 holandeses que ya estaban registrados cambiaron su deseo del sí, al no donante.

Una operación de trasplante de pulmón.

Estas son las cifras que publicó el Ministerio de Sanidad tan sólo 12 horas después de que una estrecha mayoría del Senado respaldase la norma y con los cambios aún sin estar en vigor. A partir de julio de 2020, todos los que tengan más de 18 años recibirán un máximo de dos cartas en un plazo de seis meses, en las que se les preguntará si desean o no donar su cuerpo a la Ciencia o la Medicina. Si no hay una respuesta a las misivas, la persona será automáticamente registrada en el sistema como "sin objeción" a la donación de sus órganos. Tras el fallecimiento, y si la familia no se opone a ello bajo el argumento de que eso le supondría "un daño insuperable", los médicos donarán el cuerpo del fallecido.

Antes de la aprobación de la nueva ley, los senadores se comprometieron a que la familia tenga la última palabra. En medio del luto, la ley dice que los órganos no se pueden donar si las circunstancias no lo permiten. Es decir, si a pesar de que la persona en cuestión haya dado su permiso a la donación, los parientes más cercanos sienten que no enterrar el cuerpo de un ser querido les supondrá mucho dolor, entonces pueden negarse a la donación.

Los donantes también pueden indicar si desean excluir ciertos órganos. Según datos oficiales, la mayoría de las personas que eligen esta última opción indican que no quieren donar su piel y sus córneas, pero sí el resto del cuerpo.

Una ley para salvar vidas

Desde el Erasmus Medical Center en Rotterdam, Hanneke Hagenaars espera que estos cambios en la ley tengan un efecto positivo a largo plazo y recuerda que donar en los Países Bajos no solo ayudará a una persona holandesa. Holanda es parte de la red Eurotransplant y por lo tanto, los órganos vitales como los corazones y los riñones se comparten con enfermos de países como Bélgica, Luxemburgo, Alemania, Austria o Croacia, entre otros. "Normalmente, se destina a alguien del mismo país, pero cuando se trate de un caso urgente, un órgano puede acabar allá donde se necesite", afirmó.

En general, las organizaciones médicas aplauden esta nueva norma porque consideran que salvará muchas vidas y ayudará a concienciar a la sociedad a tomar una decisión sobre la donación.

Holanda es uno de los países europeos donde menos donaciones se hacen, principalmente porque muchos fallecen sin dejar claro su deseo. Y eso es lo que esta nueva ley pretende atajar. Sin embargo, los rechazos a este cambio se basan principalmente en la máxima que rige las leyes médico-éticas en este país, como ya pasa con la eutanasia.

El holandés es dueño de su propio cuerpo y el hecho de que el Estado pueda decidir sobre los órganos de la gente simplemente porque la persona no haya avisado de su deseo antes de morir es entrometerse demasiado en la vida del ciudadano, opinan, según las encuestas. Los más escépticos con la norma lo siguen siendo a pesar de que es público que cada año mueren 150 pacientes de la lista de espera porque hay muy pocos donantes en Holanda. (Imane Rachidi / El Mundo)

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