viernes, 23 de febrero de 2018

febrero 23, 2018
WASHINGTON, 23 de febrero de 2018.- Estados Unidos trasladará el próximo mayo su Embajada en Israel de Tel Aviv a Jerusalén, según anunció este viernes el Departamento de Estado. La apertura de la nueva sede diplomática tendrá lugar mucho antes de lo esperado después de que el pasado diciembre el presidente Donald Trump anunciara el cambio de ubicación tras reconocer a Jerusalén como la capital de Israel.

La inesperada rapidez del traslado manda un contundente mensaje de Trump a aliados y críticos después de que su reconocimiento de Jerusalén como capital rompiera el statu quo y desatara una ola de indignación en el mundo árabe y una reprobación masiva en la Asamblea General de la ONU. Con el traslado de la Embajada en escasos tres meses, el republicano alarga su luna de miel con el Gobierno israelí de Benjamin Netanyahu y agranda su brecha con la Autoridad Palestina de Mahmud Abás.

La Embajada de EE. UU. en Israel está ubicada hasta ahora en Tel Aviv. (Wikipedia)

La fecha tiene un enorme poder simbólico. La inauguración de la nueva Embajada en Jerusalén coincidirá con el 70 aniversario de la declaración de independencia de Israel, que tuvo lugar el 14 de mayo de 1948. El traslado de la Embajada era una promesa electoral de Trump. El Congreso estadounidense acordó en 1995 el cambio de sede pero por “seguridad nacional” lo habían postergado desde entonces todos los presidentes.

El vicepresidente estadounidense, Mike Pence, aseguró el pasado enero que la mudanza a Jerusalén iba a tener lugar en 2019. Hasta ese momento, el Gobierno de Trump había sugerido que la apertura no ocurriría hasta la parte final del mandato del mandatario, en 2021, debido a motivos logísticos, de seguridad y construcción.

Pero ahora se ha optado por una solución temporal. La Embajada estará ubicada en un complejo en el barrio de Arnona que se utiliza para operaciones consulares de EE UU mientras se deja para más adelante el proceso de construcción de un nuevo edificio que acoja de forma permanente la sede diplomática. Junto al embajador habrá un pequeño grupo de diplomáticos desplazados a Jerusalén, según anunció la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, que calificó el cambio de ciudad como un “paso histórico”. A finales del próximo año se prevé ampliar el espacio del complejo de Arnona.

En un discurso en una conferencia conservadora a las afueras de Washington, Trump calificó este viernes el traslado como “la cosa correcta a hacer” y se jactó de la presión “increíble” que recibió de países extranjeros para que no diera ese paso.

Los palestinos consideran Jerusalén Este como capital en su aspiración de tener un Estado palestino. El consenso de la comunidad internacional, incluido Washington hasta la llegada de Trump a la Casa Blanca hace un año, es que Jerusalén debería ser la capital compartida de los Estados de Israel y Palestina. Pero el presidente estadounidense ha abierto la puerta a que la solución al enquistado conflicto pueda pasar por la creación de un solo Estado y no dos, rompiendo con la ortodoxia estadounidense prevalente hasta el momento.

Si esa posibilidad ya dificultó la aspiración de Trump de impulsar un “gran acuerdo” de paz entre israelíes y palestinos (que por ahora no ha cristalizado), el reconocimiento de Jerusalén como capital ha llevado a los palestinos a cuestionar el papel de Washington como mediador en cualquier negociación.

Las embajadas internacionales están ubicadas en Tel Aviv precisamente para no agitar todavía más el avispero de las tensiones históricas alrededor de la Ciudad Santa. En su acuerdo de partición de Palestina en 1947, la ONU declaró Jerusalén bajo administración internacional. Pero a los dos años Israel ocupó el Oeste de Jerusalén y en 1967, tras la guerra de los Seis Días, también se hizo con el Este de la ciudad. (Joan Faus / El País)

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