sábado, 27 de enero de 2018

enero 27, 2018
TEGUCIGALPA, Honduras, 27 de enero de 2018.- Juan Orlando Hernández tomó juramento como presidente de Honduras por segundo periodo consecutivo este sábado por la mañana en una ceremonia rodeada de un inusual secretismo y fuerte seguridad.

Solo cuando apareció sobre el pasto junto a su esposa y rodeado de guardaespaldas, se supo que la investidura sería en el Estadio Nacional. A pesar de que tiene una capacidad para 35.000 espectadores, el mandatario definió el acto como algo “sencillo”, alejado de la ostentosidad de otras veces. Esta vez se querían evitar los disturbios ante una potencial movilización de miles de personas. Ningún jefe de Estado fue invitado.

Reelegido en noviembre por otros cuatro años, Hernández, de 49, desestima la falta de pompa y dice que después de haber servido por un periodo como Presidente —y antes, 16 años en el Congreso—, él no necesita presentación.

Juan Orlando Hernández al jurar el cargo.(@NoticieroHechos)
“Ya me conocen”, dijo Hernández a Univision Noticias durante una larga entrevista realizada la semana pasada en su casa de Tegucigalpa. “Entonces, queremos ser austeros”, agregó.

Pero muchos hondureños lo explican de otra manera: tanta sencillez se debe a la impopularidad del Presidente, tras semanas de sangrientas protestas que siguieron a una reelección que, señalan algunos, violó la Constitución y que no tenía precedentes en la corta historia de la democracia del país. Para empeorar las cosas, la votación del 26 de noviembre estuvo marcada por acusaciones de fraude.

Hoy, mientras prometía un futuro mejor para el país, miles de personas llegadas de todos lados hasta la capital, Tegucigalpa, protestaban en contra de lo que consideran una reelección ilegítima y una turbia victoria electoral que ganó en noviembre por poco más de 50.000 votos.

Desde hoy Juan Orlando tendrá que gobernar un país de más de nueve millones personas, que expulsa anualmente 75.000 migrantes y que produce cada año cinco millones de piñas.

Soldados y policías enfrentan a los manifestantes que protestan contra la toma de posesión presidencial de Juan Orlando Hernández. (Reuters)
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Cerca del Estadio Nacional. (La Jornada / AP / Eduardo Verdugo)

Un manifestante patea una lata de gas lacrimógeno lanzada por la policía.(La Jornada / AP / Eduardo Verdugo)

Sin embargo, el enérgico abogado de 49 años, que con 22 entró en política, es hoy un mandatario sobre el que recaen sospechas de fraude electoral y acosado por la corrupción y el narcotráfico. El presidente del congreso, de su partido, ha sido acusado de apropiarse de fondos destinados a organizaciones no gubernamentales y al jefe de la policía está señalado por encubrir el envío de una tonelada de cocaína.

“Soy Juan Orlando Hernandez y estoy listo para darlo todo por Honduras, por mi pueblo, por todos… el trabajo lo vence todo”, terminó gritando mientras agitaba el puño a la multitud que lo aplaudía. Mientras esto ocurría una batalla campal entre policías y manifestantes se libraba en las calles de Tegucigalpa.

La oposición, liderada por Salvador Nasralla y Manuel Zelaya, no reconoce los resultados de las elecciones del pasado 26 de noviembre que dieron la victoria al mandatario conservador por unos 50.000 votos. Hasta el momentoEstados Unidos ha dado por bueno el resultado pero la Organización de Estados Americanos (OEA) pidió nuevas elecciones al constatar graves irregularidades antes durante y después del día de votación.  (Univision / El País)

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