viernes, 1 de diciembre de 2017

diciembre 01, 2017
Pedro Echeverría V.

1. Pienso que cuando al fin el presidente Donald Trump ordene desde EEUU destruir a Corea del Norte, en ese mismo instante los coreanos estarán apretando el botón para que un par de misiles salgan con destino a Washington y Nueva York para desaparecer la Casa Blanca, el Pentágono, el Capitolio y el complejo bancario de quienes dominan la economía mundial. Parece que al fin los norcoreanos  -cansados de amenazas y bloqueos- han logrado sus objetivos: no sólo apuntar a los aliados yanquis Surcorea, Hawái y Japón, sino que esencialmente sus misiles ya puedan alcanzar sus objetivos básicos: al gran país de las guerras y las bombas nucleares. Por ello Mao tuvo la razón: “Para luchar por el desarme general hay que armarse para que nos hagan caso”.

2. ¿Será que los yanquis ya no puedan intervenir como lo hacían antes (multitud de veces) porque existe ya un fuerte contrapeso integrado por Rusia, China y, en parte, Europa? Parece que Trump no es tan tonto como se cree; si lo fuera se pasaría retando a los países fuertes, pero no lo hace.  Amenaza a Corea (28 millones de habitantes) y a Venezuela (33 millones) porque sabe que son países relativamente pequeños, aunque con fuerte apoyo en su zona; no se ha atrevido a avanzar porque sabe que le podría salir más caro políticamente. ¿Puede olvidarse que aparte de Irak, Afganistán, Yugoslavia, también han intervenido los EEUU en todos o casi todos los países del continente americano durante el siglo XX, sobre todo después de la II Guerra Mundial?

3. Hace 50 años leí al científico pacifista Linus Pauling en aquella vieja, pero muy valiosa revista “Política” dirigida en los sesenta por Marcué Pardiñas. Recordando, Pauling decía algo así: Con el inmenso desarrollo de las armas, sobre todo de las armas nucleares, ya resulta casi imposible desatar una guerra porque hasta los que arrojen las bombas morirían; sólo habrán guerras limitadas.  Sin embargo no se puede olvidar aquella gigantesca masacre ordenada por el presidente Bush (padre) en 1990 contra Irak, encabezando a 34 países de la ONU. Fue llamada la Primera Guerra del Golfo y buscaba asesinar a Bin Laden. La segunda Guerra del Golfo contra Irak la  ordenó Bush (hijo) en marzo de 2003.

4. A partir de 2002, con el ejemplo de los bombardeos a las llamadas Torres Gemelas de Nueva York se pudo ver que el territorio de los EEUU también era bombardeable. Si los mismos yanquis prepararon e hicieron el atentado contra las torres, es decir, si la CIA, el Departamento de Estado, el mismo presidente Bush, organizaron el autoatentado para luego justificar invasiones a Afganistán e Irak, pues no se puede hablar de experiencia externa; pero si los bombardeos fueron organizados fuera, entonces hay una magnífica experiencia que cualquier día puede repetirse. Como se quiera ver: EEUU es una país con cientos de miles o millones de asesinatos en el mundo y nadie podrá olvidarlo. Lo malo en estos casos es que los habitantes que no son culpables sufran las consecuencias de los males de su gobierno asesino.

5. Corea del Norte, así como Venezuela, y Cuba en otros tiempos, han tenido que cargar todas las calumnias de las agencias y medios de información al servicio de los EEUU. Los grupos de gran poder presentan sus interpretaciones llenas de mentiras y calumnias como si fueran la verdad y así se la entregan a las audiencias, al pueblo, con el fin de presentar a los grandes capitalistas como pacifistas y a los luchadores sociales como terroristas. Por ello tenemos la obligación de concientizar a nuestro pueblo mediante la demostración de los intereses guerreristas que defienden los explotadores encabezados por los EEUU por un lado; por otro también demostrar que los luchadores sociales, los izquierdistas, los anarquistas, siempre se han sumado a las luchas de los trabajadores. (1/XII/17)

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