viernes, 1 de diciembre de 2017

diciembre 01, 2017
Pedro Echeverría V.

1. Como decía el viejo poeta jalisciense del Grupo Contemporáneos Elías Nandino, muy enojado por lo que veía: “Antes (siendo joven) me vengaba por todo, hoy (ya viejo) no me vengó por nada”; aunque tenga  significado poético/erótico, la realidad es que es una interpretación universal. A los jóvenes corresponde confrontarse con las dictaduras y narcoestados, la mayoría de las veces superando en inteligencia y valentía a sus antecesores que no tuvieron la conciencia para hacerlo. ¿O es que ni los jóvenes están dispuestos a pelear porque el Estado/empresario ha multiplicado su fuerza con su más del millón y medio de militares, policías y millones de cámaras de videovigilancia?

2. Me pregunto: ¿Qué han hecho y podrán hacer los pueblos para acabar con sus dictaduras militares, así como civiles disfrazadas de los mismo? Nada, absolutamente nada, si no están conscientes del aplastamiento que sufren y menos si no están organizados para enfrentarla. Este sistema de dominación se llama capitalista porque quien tiene más dinero (o el capital) domina y manda. Aunque Mao haya escrito que las armas (sean domésticas o nucleares) son un “tigre de papel” porque dependen de quien las maneja, no debe olvidarse que al estar en manos de los Estados capitalistas, hacen con ellas lo que les venga en gana.

3. En México podrá haber en un 80 por ciento de la población pobreza y miseria, miles de millones de pesos de reducción en el presupuesto público y social, carencia profunda en servicios de salud, educación, vivienda, pero México ocupa los primeros lugares en compra de armas a los EEUU. Por ello Peña/Vide-Meade, obligaron a los legisladores a aprobar una represión más abierta, brutal, legalizada, contra quienes se atreven a protestar en las calles. A partir de hoy, estos hijos de puta jefes militares se dedicarán a planear las técnicas de represión contra las protestas. Sólo me imagino a los musulmanes con sus piedras y resorteras defendiéndose de las invasiones.

4. En las batallas estudiantiles de 1968 logramos importantes avances de las protestas en la calles en la ciudad de México. Jamás olvidaré que uno o dos años antes teníamos que analizar y discutir en salones si salíamos o no a manifestarnos y si el gobierno nos reprimiría o no; que llegábamos a la cita semiclandestinamente rodeando “el Angel” hasta que veíamos que habían muchos para que saliéramos gritando de nuestro “escondite”; jamás pudimos llegar al zócalo y sólo al Hemiciclo a Juárez. Hoy con la Ley parece que regresamos a 1966 o a años anteriores porque hay que pedir permiso para manifestarnos. ¿En los otros estados? Allí depende de lo retrocedido.

5. Sigo pensando en que López Obrador puede asumir la Presidencia en 2018. Puta, si eso sucede, pueden registrarse cambios interesantes; aunque también estoy previendo que los nuevos gobernantes posean argumentos para tratar de frenar eso que en España se llamó “el destape” que nunca hubo. Me imagino a la gente en México  buscar  incendiar el edificio del PRI de insurgentes centro y del PAN del insurgentes sur por lo mucho que han jodido a México; pero también que los dos edificios estén rodeados de militares. Sería de las primeras frustraciones de la gente que ha pensado que el gobierno de AMLO sea realmente diferente.

6. ¿Cómo carajos la gente va a estar contenta y al mismo tiempo indignada de un PRI que ha gobernado 77 años y un PAN que después de estar en la Presidencia 12 años con el ladrón Fox y el asesino Calderón, ambos peores, más malos que los funestos del PRi?.  Fox repitió varias veces que “sacaría al PRI con patadas de Los Pinos”; nunca lo hizo porque necesitó gobernar con ellos: pero tampoco Peña se deshizo del PAN. Parece que “Pepe Meade” representa la plena unión PRI/PAN que decretó Carlos Salinas en 1988 con Cevallos, Álvarez y Castillo. ¿Habrá habido mejor arreglo PRI/PAN que el realizado ese año por los tres más grandes negociadores del PAN?

7. Lo aprobado por los diputados del PRI, PAN y demás, ayer 30 de noviembre, para acabar con las manifestaciones de protesta, no es “enchílame otra”, es –según publicaciones internacionales- es una demostración de que el gobierno de la República está contra los trabajadores mexicanos; es una muestra de que los diputados y la mayoría de los legisladores les interesa un bledo el pueblo de México. Pero tenemos la obligación de pensar en la resistencia que un día llegue a la ofensiva porque no nos vamos a pasar la vida resistiendo. Quizá tengamos que armarnos de resorteras o “tirahules” como decíamos de adolescentes. Nuestra resistencia tiene que crecer o estamos muertos. (1/XII/17

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