domingo, 31 de diciembre de 2017

diciembre 31, 2017
Pedro Echeverría V.

1. Creo conocer al Partido del Trabajo (PT, mexicano) al nivel de muy pocos de sus altos dirigentes fundadores. Desde antes de su fundación en 1990/91, varios amigos –de economía dela UNAM, profesores del CCH y la CNTE, ex militantes espartaquistas- me visitaron en Yucatán para que sea el responsable de fundación del PT en el estado. Se los agradecí, pero les dije que era antipartido, anticapitalista y que nunca he votado. Sin embargo, mis más de 20 amigos dirigentes de entonces, así como ser el único partido que tiene en sus principios la lucha contra el capitalismo y el establecimiento de un sistema socialista, me hicieron simpatizar y escribir más de mil artículos con mi nombre y seudónimos, para la prensa del PT en los últimos 18 años.

2. Al PT se lo traen asoleado con dos acusaciones fundamentales que se han lanzado en su contra para desprestigiarlo ante sus seguidores: a) Que fue o es un partido fundado por el expresidente ladrón y asesino Carlos Salinas de Gortari y b) Que desde su fundación el máximo dirigente del partido ha sido Alberto Anaya. Sin embargo para mí son de fácil respuesta. Con la alta excepción de Morena que no tiene más sello que López Obrador, no hay partido que haya caído del cielo, que no tenga la mancha de sus creadores y fundadores: el PRI de Calles; el PAN de los empresarios y la iglesia; el PRD de “nacionalismo burgués cardenista; Nueva Alianza del Esther Gordillo y su SNTE; el Verde de los multimillonarios González Torres. Todos han tenido padrinos.

3. El PT no ha tenido más presidente que Alberto Anaya quizá porque es el más o el único viejo, el de mayor experiencia e historia política; además ha mantenido en la comodidad partidaria a sus 200 directivos centrales y de los estados. La realidad es que con excepción del movimiento interno de Narro/Cruz/Vela/ de 2008, en el PT no parece haber grandes discusiones ni análisis político. A pesar de ser el único que cada año (desde hace 21 años) organiza un Foro con representantes de América y del mundo donde se analizan y discuten problemas del socialismo, parece que en su militancia y dirección no existen ninguna posición que se confronte. Alberto Anaya, demostrando que no tiene un ápice de autoritarismo, mantiene todo en calma absoluta.

4. Es que todos los partidos se crean como una gran empresa que a través de los años se convierten en buen negocio o son pequeñas empresas como el PT que no crecen pero sirven bien a sus militantes. El PNR/PRM/PRI, al crearlo directamente el expresidente Calles en 1929 cuando era “el jefe máximo de la Revolución”, se hizo de todos los recursos de los distintos gobiernos para establecer una dictadura de partido y de clase social que tardó 71 años (1929/2000). No fue la dictadura del presidente o de un milico, sino una dictadura de la clase social gran y mediana burguesía. Mientras en otros países se hablaba de dictaduras militares, en México se registró una dictadura civil con fuerte dependencia y apoyo de los EEUU.

5. En el PAN se le da crédito de fundador en 1939 a Gómez Morín quien sirvió al gobierno de Calles, fue jefe e intelectual bancario y aliado empresarial. Por ello los objetivos y programa del PAN representaron siempre al sector privado, al clero y sobre todo estuvo contra el gobierno de Lázaro Cárdenas en su política de expropiación de tierras, petrolera y “prosocialista”. El PAN, desde que nació, alza dignamente su bandera de dechista, socialcristiano, proempresarial. Combatió al PRI como partido centrista y uso con fuerza su ideal anticomunista y su alianza con los EEUU. A partir de 1982 el PRI se corrió abiertamente del centro a la derecha y se hermanó al PAN. Sus directivos de partido cambian de cara, pero siguen siendo grandes burgueses capitalistas.

6. El PT, en su práctica política/electoral, es el único partido que ha conservado incondicionalmente –en tres candidaturas presidenciales- su alianza con López Obrador. Por conservar su registro como partido lo he visto aliado con otros partidos, pero mucho menos que otros que han actuado como incondicionales del PRI o PAN. Le ha costado mucho –ha perdido su registro y sus subsidios- por querer conservar cierta dignidad principista que lo siga identificando con la izquierda. Sus líderes –entre ellos Alberto Anaya- siguen autocalificándose como maoístas, marxistas, amigos de Rusia, China, Norcorea, Cuba, Venezuela y demás movimientos de izquierda. Aunque se quiera presentarlo como demagógico, no existe en México ningún partido electoral con esa presentación.

7. ¿Sabían que Dionisio Encinas, Arnoldo Martínez Verdugo, en el PCM, Vicente Lombardo Toledano en el PPS, así como Fidel Velázquez y los dirigentes estatales de la CTM, estuvieron como directivos 20, 30, 50, años obedeciendo a condiciones concretas? Yo lo que veo en el PT no es la dictadura de una persona sino quizá una “dictablanda” que mantiene cierta “unidad convenenciera” muy cómoda para todos. Quizá dirían: “¿para qué tanto brinco si el suelo está firme?”. Yo siempre he tenido el error de la desesperación, pero ahora pienso que toda nuestra política tiene que ser reflexionada, porque no siempre el que trabaja avanza más hacia adelante. López Obrador ha hecho “milagros” con su trabajo. Espero buenos resultados. (30/XII/17)

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