miércoles, 15 de noviembre de 2017

noviembre 15, 2017
Pedro Echeverría V.

1. “La inestabilidad política, la incertidumbre jurídica y las turbulencias sociales” son los argumentos de empresarios medianos y grandes que en estas semanas abandonaron Cataluña ante el conflicto con el Estado español. El origen fue el referendo de independencia, en el que 90 por ciento de ciudadanos que acudieron a las urnas apoyaron el proyecto de autonomía impulsado por el ex presidente catalán Carles Puigdemont, hoy perseguido y varios de sus compañeros encarcelados por el gobierno fascista de Rajoy.

2. En tanto, el colegio de registradores informó que son ya 2 mil 471 las empresas del gran capital que trasladaron su domicilio social, adelantando que este podría ser el primer paso para cambiar su sede de tributación. Este es el modelo de dominación –el ahorcamiento económico- que siempre sigue el capitalismo para obligar al pueblo a seguir como esclavo. Pero lo luchadores sociales saben que el único válido para alcanzar su liberación es el movimiento de masas en las calles, las tomas de fábricas y demás grandes propiedades.

3. ¿Puede el mundo imaginarse el ejemplo que los trabajadores catalanes enseñarían en todas las naciones acerca de la toma de las fábricas y calles por quienes realmente producen? Lo único que tienen que hacer es cerrarle las puertas a los dueños y decirles que pronto sea hará una revisión de sus riquezas producto de la explotación de los últimos 10 años. Los demás empleados del patrón renunciarán para ser nuevamente contratados los de confianza. Este ejemplo le daría fuerza a las luchas de los trabajadores del mundo y seguro fortalecerían al mercado nacional.

4. En México se vislumbra un triunfo electoral de López Obrador en julio de 2018; pero lo más probable es que nuevamente el gobierno, el INE, la Suprema Corte, le nieguen reconocimiento; pero si acaso, al fin, lo dejan tomar posesión, lo seguro es que los empresarios, los jefes de partidos, los medios de información, le “lean la cartilla” para decirle cuántas fábricas, bancos, mercados, pueden cerrarle en una cuantas horas si decide gobernar con su “populismo”. Que si respeta las cosas como están y se hace amigo de todos los empresarios, entonces no tendrá problema alguno.

5. Antes de terminar de pronunciar la palabra “tranquilos”, los empresarios le responderán que no es un asunto de tranquilidad sino de negocios, de ganancias, de producción y dirán: si en México no hay condiciones para funcionar “en libertad, garantizando nuestras propiedades, entonces nos aliaremos a los EEUU de Trump”. Pero si nosotros, el pueblo, estamos en las calles exigiendo salarios, igualdad, justicia, leyes justas, obligaremos a López Obrador a servir al pueblo. Si no exigimos y peleamos en las calles, se entregará AMLO definitivamente a los brazos del capitalismo mundial.

6. No solo Catalunya y el abandono y las amenazas de sus empresarios nos traen experiencias; en todo el mundo así funcionan las sociedades capitalistas y sus antecesoras. Por ello digo que hay que ayudar al lopezobradorismo y Morena, estar en la calle todo el día de los comicios y esperar, para luego actuar con los resultados. Yo estoy muy lejos de dar un apoyo total electoral a nadie; pero ahora nos corresponde probar si algo cercano a la izquierda (la socialdemocracia o centro/izquierda) puede gobernar en beneficio del pueblo explotado. Si resulta lo mismo, pues nuestra obligación es continuar luchando.

7. Los rebeldes de cualquier parte del mundo luchan en las calles toda la vida contra cualquier poder. Incluso en los países que se decían socialistas siempre hubo –además de una oposición derecha que peleaba por el regreso al capitalismo- una oposición de izquierda que buscaba que se cumpla lo prometido, así como acelerar el proceso. El oportunismo siempre se adecuó a los cambios acomodándose al aparato de poder, pero los que nacieron o se hicieron libertarios, anarquistas, antipoder -aunque por todos lados sean bloqueados- jamás podrán dejar de luchar, por su enraizamiento. (15/XI/17)

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