miércoles, 15 de noviembre de 2017

noviembre 15, 2017
Pedro Echeverría V.

1. Víctor Cervera Pacheco fue un político nacional y yucateco; jamás pensé que un simple líder estudiantil de la FEY de Yucatán, de 1956/59, se convirtiera en una figura nacional y del estado de Yucatán. No concluyó el bachillerato, pero sus conocimientos prácticos eran de postdoctorado. Fui su amigo, pero nos confrontamos algunas veces. Era tan político que en 1964 me compraba el boletín de Pekín Informa y nos apoyó –junto con Mario Menéndez- en la batalla que dimos (contra Cordemex) los ejidatarios de Conkal y la región que me llevaron a la detención en 1965 cuando gobernaba Torres Mesías. La realidad es que Cervera  -sin estudios librescos- se las sabía de todas todas en política. Quizá hay muchas inteligencias que no necesitan de la universidad.

2. Estaba terminando su diputación estatal y peleaba por la Presidencia Municipal de Mérida. Cervera nunca tuvo críticas al PRI, aunque sí a gobernantes en turno, como fue el caso de Torres Mesías y varios. Nunca fue un ideólogo porque así como acusó a su colega diputado Hernán Morales de “imponer el comunismo en la educación yucateca”,  halagó al presidente López Mateos en 1961 de no romper relaciones con Cuba. Ésta política priísta de centro, le permitió escalar a través de las décadas todos los cargos, con excepción de la primera magistratura; fue secretario de Estado, dirigente nacional, dos veces gobernador y de todos los cargos de menor jerarquía. Debe reconocerse que hasta ahora ha sido por mucho, el más grande político yucateco.

3. Nunca fui parte del grupo de Cervera formado por Naxón, Almeida, Pelón, Wilbert Chí, Herbé, Paredes, así como decenas de sus cuates,  porque desde 1960 me hice izquierdista militante y amigo un año después del Movimiento de Liberación Nacional, así como de Jesús “cholain” Rivero y Gilberto Balam que eran marxistas, yucatecos que venían de la ciudad de México; además de Luis Sosa, el militante pragmático de izquierda de toda la vida. Sin embargo, además del carácter aglutinador de Cervera, que jamás renegó del PRI, puede demostrarse que como político –además de ser muy abierto y siempre invitar a “acercarte a él”, fue autoritario, algunas veces déspota y nunca tuvo interés de llevar la política a las grandes ideas porque su pragmatismo era total.

4. Además de haber escrito y publicado en uno de mis libros: Prensa y poder en el neoliberalismo (1982-2001) donde trato a fondo el problema, así como sus dos periodos de gobierno, recuerdo que a principios de los ochenta publiqué un trabajo en el periódico Excélsior en la sección de artículos de fondo (no recuerdo si era la página cinco) sobre la política yucateca; pienso que Cervera entonces estaba como secretario general de la CNC; alguien, que no recuerdo, me respondió el artículo. Así que conocí muy bien a Cervera durante los gobiernos de Franco Aguilar y Torres Mesías, así como fui amigo de más de 50 de sus principales seguidores. Por ello pude ver que su fuerza, como la de ningún otro exgobernador, sigue con gran influencia en el estado.

5. Fue diputado y senador varias veces, dirigente de la CNC, alcalde de Mérida, dirigente del PRI nacional, secretario de la reforma agraria, dos veces gobernador y cuando quería rescatar la alcaldía de Mérida frente a un personaje gris del panismo, fue derrotado y, al parecer murió por ello. Tenía algún parentesco con el gobernador panista que lo sustituyó en 2001 y luego su influencia fue descarada  por su sobrina Ivone Ortega Cervera que sustituyó como gobernadora al panista  y con el ascenso a la gubernatura del hijo de su mejor amigo el Naxón Zapata. Si viviera quizá impulsaría a su hijo el diputado federal Cervera Hernández. Aunque también Jorge Carlos Ramírez –el ór mucho más fuere aspirante a gobernador,  trabajó en su equipo de gobierno. Sin embargo, lo que no se puede hacer a un lado es que el cerverismo, aunque centrista oportunista,  sin ideología de izquierda o derecha, fue fuerte desde los sesenta.

6. Cervera no fue “licenciado” pero fue doctor en la “grilla política” del PRI. En alguna ocasión, sobre todo en el período de Loret de Mola, se decía: “cualquiera menos Cervera en la gubernatura”. Cervera fue hijo político del gobernador Franco Aguilar, se rebeló contra Torres Mesías, Loret de Mola y en parte contra Luna Kan; torpedeó y sustituyó como gobernador al viejo general Alpuche, se confrontó con el gobernador Manzanilla Scháffer y apoyó un poco a Dulce Sauri en su interinato; luego dejó libre a Granja en su pequeño período para luego ser gobernador electo  por seis años de 1995 a 2001. No ha habido y quizá no habrá, ningún político yucateco tan movido y habilidoso. Casi nunca participó en algún debate o dio una opinión en la Legislatura porque al parecer siempre estaba en comisiones de gobierno donde sólo hacía política,

7. Por aquello de las comparaciones, de que no hay verdades y sólo interpretaciones, pienso que Víctor Cervera –como todos los gobernantes del mundo- fue un político en el gobierno al servicio del capitalismo. Como todos, jamás quiso comprender los intereses de clase y lucha de clases. Aunque supongo que obtuvo como los demás mucho dinero, su interés básico fue el poder desde que era estudiante. No acusaré a los exgobernantes yucatecos de saqueadores porque –como me dijo Mario Zavala en 1980: en Yucatán no ha habido mucho dinero- pero sí de no buscar profundizar sus políticas y dejar que la población continúe en la miseria. Pero Cervera fue con mucho, el más hábil, el más vivo, el más movido, el más amenazador, el más hijo de puta, pero el de más historia. (15/XI/17)

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