jueves, 5 de octubre de 2017

octubre 05, 2017
Eduardo Ibarra Aguirre / 6-X-17

Los juicios vertidos por Ricardo Raphael y María Amparo Cazar, el jueves 28, sobre la demagógica campaña del presidente del Revolucionario Institucional para que los partidos declinen recibir las partidas del Instituto Nacional Electoral de octubre-diciembre de 2017 para donarlas a los damnificados, así como desaparecer el financiamiento público y las curules plurinominales (dominantes en las democracias de Europa y América Latina) y hacer de la política un asunto financiero de la poderosísima y voraz plutocracia mexicana aliada a la global, fueron suficientes para que Leonardo Curzio concluyera 18 años de transmisión de Enfoque, de Núcleo Radio Mil, el espacio de información y opinión menos desequilibrado.

Escuché la tertulia y me llamó la atención que coincidí con la doctora y un estilo directo, poco usual en ella que es dada a adornar sus opiniones y documentarlas más, pero jamás imaginé que Edilberto Huesca –el concesionario de un pedacito del espectro radioeléctrico que pertenece a la nación, aunque se comportan como amos que no rinden cuentas más que al grupo gobernante–, exigiera al doctor Leonardo Antonio “la cabeza de dos colaboradores”, a lo que enhorabuena se negó el poseedor de un estilo original, sólido y culto en un medio donde abundan los pontificadores como Ciro Gómez Leyva, grandilocuentes tipo José Cárdenas e incontenibles para anteponer juicios a la información, como Denise Maerker. Los tres en Grupo Radio Fórmula.

Lo que hasta hoy se presenta como un ominoso acto de censura de un empresario en pleno proceso electoral, está por verse si es ajeno a las políticas de comunicación de Los Pinos que durante cuatro años, 10 meses y seis días de gobierno de Enrique Peña Nieto, fueron objeto de despidos negociados o impuestos a María del Carmen Aristegui Flores, Pedro Ferriz de Con, Brozo (Víctor Trujillo Matamoros), Adela Micha Zaga y sus noticiarios radiofónicos.

Colaboré como comentarista político para el noticiero Enfoque de Stereo Cien, de noviembre de 1991 a octubre de 1992, a propuesta de Ramsés Ancira, conductor de la edición del mediodía. Me canalizaron al matutino conducido por Enrique Quintana, hasta que sin previo aviso no transmitieron el comentario. Huesca Perrotini no se molestó en decirme nada, Enrique Quintana “a título personal” me invitó a desayunar y dijo: “Usas palabras muy ácidas”. Tiempo después sin acidez alguna, Enrique corrió la misma suerte y hoy dirige El Financiero, del que dizque es socio Felipe Calderón.

Sin inventar responsabilidades gubernamentales, es muy necesario que el concesionario, más allá de los excelentes términos en que terminó la relación laboral con Curzio Gutiérrez –tanto que coincidieron en cabina y al aire para despedirse con reconocimientos mutuos–, dé cuentas de su decisión a las audiencias. Y también que la Dirección de Comunicación Social de la Presidencia no se haga de la vista gorda como en los casos mencionados, en un país donde más que la censura a los trabajadores de los medios reina la autocensura igualmente nociva, perjudicial. Más todavía en México que como apunta la ahora analista “independiente” y antes comprometida con la candidatura presidencial de Calderón Hinojosa, con el gobierno de Vicente Fox y con el desafuero de Andrés López Obrador: “Sobre todo, empobrecerá aún más algunas de las virtudes de la democracia que los mexicanos, salvo contadas excepciones, hemos sido omisos en cultivar: la deliberación pública, el debate y la pluralidad”.

Acuse de recibo

Comentario de Heriberto Lugo a Impedir que se repita la impunidad de 1985: “En 1985 no había redes sociales, ni otros medios alternos de comunicación directa entre la gente. (Jacobo) Zabludovsky sin duda hizo historia con la cobertura que hizo ese jueves por la mañana, sacando la cabeza por el quemacocos de su Mercedes Benz y hablando por su teléfono celular (…), mientras su chofer lo llevaba por las calles del centro, relatando lo que veía por W Radio. Pero cuando reaccionaron en Los Pinos, llegó el coscorrón, ya cállate, la cosa no fue para tanto. ¿20 mil muertos? Ni de broma, sólo 3 mil. Los otros 17 mil nunca aparecieron (…) Ese fue el control de daños de (Miguel) de la Madrid, de (Manuel) Bartlett, de Ramón Aguirre, ‘ni que fuera para tanto’. (…) es el mismo control de daños que intenta aplicar hoy la izquierda, sólo que en el caso de la señora Sheinbaum, le podemos agregar (…) ‘yo te lo juro que yo no fui’. A ver si esos 19 inocentes le siguen la tonada allá desde el cielo”… Y de José Luis Ortiz Santillán: “La impunidad es la columna vertebral del sistema, la forma de gobernar en nuestro país, sin ella dejaría de ser el viejo México que se resiste a dejar que surja el México que nuestra generación sólo ha podido alumbrar a medias, en medio de una democracia electoral que le ha cercenado las manos y la voz al pueblo”… Lea en Forum: Adobe o concreto; Más allá de la reconstrucción (Jorge Faljo). Enlaces:

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