viernes, 29 de septiembre de 2017

septiembre 29, 2017
BUENOS AIRES / ROMA, 29 de septiembre de 2017.- Una precaria embarcación con unas 80 personas a bordo de la comunidad rohingya, entre ellas unos 50 chicos, naufragó, dejando un saldo de al menos 60 muertos. La ONU alza la voz.

Venían huyendo de las persecuciones que sufre esta minoría musulmana en el estado de Rakáin, en Myanmar (ex Birmania).

"Los sobrevivientes contaron que pasaron toda la noche en el mar, sin alimentos", explicó el portavoz de la Organización Internacional para las Migraciones, Joel Millman, a periodistas en Ginebra.

"Mi mujer y mis dos hijos sobrevivieron. Pero he perdido a mis tres hijas" explica entre llantos Shona Miah, un rohingya de 32 años que esperaba poner a su familia a salvo de los violentos enfrentamientos iniciados hace un mes entre el ejército birmano y los rebeldes musulmanes rohingyas.

A medida que son descubiertos, los cuerpos de los naufragados son colocados en el suelo de una escuela cerca de la playa en Cox's Bazar.

El llanto de un hombre después de haber enterrado a su esposa e hijos, víctimas del naufragio. (Reuters)

El balance de muertos del naufragio cerca de Bangladesh asciende probablemente a más de 60, anunció este viernes la OIM.

"Hay 23 muertes confirmadas (...) Cuarenta personas están desaparecidas y presuntamente ahogadas", declaró Millman.

"El balance final se situará en torno a los 60 muertos", agregó.

Según testigos, la embarcación naufragó muy cerca de tierra firme debido a las lluvias torrenciales y los vientos violentos en el golfo de Bengala.

La embarcación salió el miércoles por la noche de una localidad costera del Estado birmano de Rakáin, epicentro de los enfrentamientos entre ejército y los rebeldes musulmanes.

El "capitán" del barco, sospechoso de ser un traficante de personas, también está desaparecido y dado por muerto, agregó Millman, precisando que no estaba incluido en el balance de la OIM porque ésta solo cuenta los refugiados.

Autoridades policiales, bomberos y guardafronteras buscan en la zona a posibles sobrevivientes.

Las autoridades bangladesíes han recuperado ya los cadáveres de 133 rohingyas que han fallecido durante la oleada de refugiados que comenzó el pasado 25 de agosto cuando la violencia estalló en Myanmar.

Desde que el Ejército birmano lanzó una ofensiva en estado Rakhine (oeste) tras un ataque insurgente el 25 de agosto, más de medio millón de rohingyas han llegado a Bangladesh huyendo de la violencia, en una crisis humanitaria de enormes proporciones.

Los rohingyas entran a Bangladesh fundamentalmente por tierra a través de los accesos terrestres por Cox's Bazar o Bandarbam o por mar, atravesando el río Naf que sirve de frontera natural entre ambos países o adentrándose en el mar para entrar por el litoral suroriental bangladesí.

Los rohinyás, una minoría apátrida de un millón de personas instalada en Birmania, siguen afluyendo hacia Bangladesh, pese a las promesas de Birmania de que ha cesado la violencia y que numerosos pueblos musulmanes no fueron incendiados.

Pero hasta que se produzca ese muy hipotético retorno, en los campos de Bangladeh las autoridades y las ONGs están desbordadas por la marea humana.

La policía bangladesí anunció el viernes haber impedido a más de 20.000 rohinyás que crucen la frontera.

Y la Cruz Roja denunció el viernes los riesgos sanitarios y de epidemias, con miles de casos de diarrea aguda provocados por las desastrosas condiciones de higiene. (Clarín con EFE y AFP/ La Repubblica)

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