viernes, 29 de septiembre de 2017

septiembre 29, 2017
MIAMI, 29 de septiembre de 2017.- Estados Unidos retirará la mayor parte de su personal de su embajada en La Habana, tras los misteriosos ataques sónicos que han causado varios problemas de salud a una veintena de diplomáticos, confirmó el viernes una fuente del gobierno estadounidense a el Nuevo Herald.

El gobierno estadounidense ordenó retirar más de la mitad de su personal de la sede diplomática en La Habana. Adicionalmente, emitirá una alerta recomendando a los estadounidenses no viajar a la isla debido a los ataques. La emisión de visas en La Habana también quedó suspendida por tiempo indefinido. Asimismo, EEUU no enviará delegaciones oficiales a Cuba aunque mantendrá las relaciones diplomáticas y está de acuerdo en sostener reuniones con representantes del gobierno cubano en Washington.

“Hasta que el gobierno de Cuba no ofrezca garantías sobre la seguridad del personal diplomático, el personal en la embajada continuará reducido al imprescindible para ofrecer servicios básicos a los ciudadanos estadounidenses y mantener las operaciones de la embajada”, explicó una funcionario de alto cargo del Departamento de Estado en una teleconferencia.

Con su retórica más dura para hablar de Cuba hasta la fecha, el presidente Donald Trump anunció el viernes lo que considera una “cancelación total del mal acuerdo con el régimen cubano”, ante una entusiasmada audiencia cubanoamericana reunida en el teatro Manuel Artime en Miami.
El funcionario reconoció la cooperación del gobierno cubano pero dijo que no podía descartar que los ataques no continuarán. Tampoco descartó el involucramiento de un tercer país en estos ataques.

El Departamento de Estado anunció la suspensión de la emisión de visas en Cuba sin haber finalizado los detalles sobre cómo manejarán esta situación. Otro funcionario se limitó a decir que quizá los cubanos podrían solicitar visas en terceros países sin explicar cómo sería el procedimiento.

Una vocera del Departamento de Estado aclaró a el Nuevo Herald que el programa de reunificación familiar también sería afectado pues la expedición de visas de inmigrante y no inmigrante serán suspendidas.

Las medidas, reportadas primero por AP, intentan proteger a los diplomáticos y sus familiares de lo que el secretario de Estado, Rex Tillerson, calificó como un “ataque a la salud” del personal diplomático en La Habana.

Un funcionario del Departamento de Estado señaló que no tenía conocimiento de ningún ataque a un ciudadano estadounidense que no fuera personal diplomático pero la magnitud de los ataques y que hubieran ocurrido también en hoteles, impulsó al gobierno a emitir la alerta de viaje para proteger a los estadounidenses. El personal diplomático que sufrió ataques en hoteles era temporal, aclaró.

La diversidad de síntomas, desde pérdida de audición hasta daño cognitivo, así como la diversidad de descripciones de los sonidos escuchados, han dejado confundidos a los expertos.

El funcionario del Departamento de Estado dijo que aún se desconocen las causas y los medios de los ataques y que la investigación continúa.

Según una fuente del Departamento de Estado hay 21 casos confirmados por esa agencia de personas afectadas, no 25 como se había reportado. La fuente también subrayó que los ataques no ocurrieron en la embajada estadounidense. Anteriormente, se reportó que funcionarios del gobierno estadounidense creían que los ataques ocurrieron en las casas de los diplomáticos, todas contratadas al gobierno cubano, y en en el Hotel Capri, en la capital.

La retirada del personal ocurre tras una reunión de alto nivel el martes entre Tillerson y el ministro cubano de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, que no parece haber ido muy bien. Según un comunicado del Departamento de Estado, Tillerson “transmitió la gravedad de la situación y subrayó las obligaciones de las autoridades cubanas de proteger al personal de la Embajada y a sus familias, conforme la Convención de Viena”.

La reunión fue solicitada por el gobierno cubano. Una semana antes el gobierno cubano había recurrido a Josefina Vidal, quien había encabezado las negociaciones con EEUU pero que desde julio había sido nombrada embajadora en Canadá, para representar a Cuba en una reunión bilateral que también tocó el tema.

Desde el inicio, el gobierno cubano negó ser responsable o cómplice de los ataques y permitió la entrada a la isla del FBI para investigar. Pero las declaraciones de Rodríguez, considerado un conservador en el gobierno, parecen haber agudizado la crisis.

Según un comunicado del MINREX, Rodríguez comunicó a Tillerson que “de acuerdo con los resultados preliminares obtenidos por las autoridades cubanas en su investigación, que ha tenido en cuenta datos aportados por las autoridades de EE.UU., hasta el momento no hay evidencias de las causas y el origen de las afecciones de salud reportadas por los diplomáticos estadounidenses”.

El canciller también se quejó de la “injustificada” decisión del gobierno de Estados Unidos de expulsar a dos diplomáticos cubanos de Washington y que “sería lamentable que se politizara un asunto de esta naturaleza y que se tomen decisiones apresuradas y sin sustento en evidencias y resultados investigativos concluyentes”.

Tras la reunión, diplomáticos cubanos han estado tuiteando frenéticamente estos argumentos y compartiendo artículos de la prensa oficial sobre el tema. Hasta el momento de publicación de este artículo, el gobierno cubano no había respondido a las medidas de EEUU. (Nora Gámez Torres / El Nuevo Herald)

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