sábado, 5 de agosto de 2017

agosto 05, 2017
Pedro Echeverría V.

1. No sé si “El Ojos” de Tláhuac era realmente un narcotraficante como tampoco sé cuántos “enemigos” muertos desde hace 11 años, han pertenecido a eso que llaman “delincuencia organizada”. Desde que el presidente asesino Calderón ordenó en 2006 la toma por el ejército de algunos estados de la República –luego de todo el país- “para perseguir a narcotraficantes”, no sé cuántos realmente lo eran y cuántos no; pero fue una magnífica cobertura del gobierno para eliminar a sus enemigos políticos y de negocios, en nombre de la “defensa de la patria”.

2. Pero de lo que sí estoy seguro es que con el cese inmediato del delegado de Tláhuac, uno de los cinco delegados de la CDMX del partido Morena, se golpea frontalmente la campaña presidencial de López Obrador. Lo que más me preocupa es que Morena no metió ni las manos para defender o argumentar a favor de su funcionario y más condenable es que haya declarado Batres que Morena no defiende a personas que el mismo partido avaló. La realidad es que pensé que se organizarían varias movilizaciones para demostrar que este era un golpe más a Morena.

3. Aunque no fue mi maestro por aquello del centralismo autoritario, aprendí de Lenin que cualquier grupo o partido de parlamento debe estar respaldado por el movimiento de masas sino sólo es un simple instrumento del Estado; no se opuso al parlamento pero la garantía de un partido revolucionario es que siempre estén respaldados por grandes manifestaciones en las calles, en las fábricas, en los campos. Si los militantes de una organización están en su casita viendo la televisión y no los enseñan a defender sus derechos, estaremos siempre jodidos.

4. Los trabajadores tienen que producir, tienen que “chambear”, pero si además se reunieran de manera permanente en asambleas para escuchar información, analizar y acordar, trabajarían con más entusiasmo porque conocerían sus derechos. Si además salieran a luchar en las calles a defender a cualquier compañero, vivirían con mayor seguridad y confianza. Por ello el partido Morena tiene que defender los derechos de todo el pueblo y de sus militantes en particular. No se puede decir “no defendemos personas” si no está probada su culpa o deshonestidad.

5. La mafia del poder en el gobierno de la CDMX es mayoría: son seis delegaciones del PRD, tres del PRI y dos del PAN, son 11 delegaciones contra cinco; ¿De dónde se parte cuando se dice que el partido Morena es mayoría? Se ha querido derrumbar a Monreal como delegado de la Cuauhtémoc organizándole cualquier tipo de problemas y seguramente con esto de Tláhuac se pretenda implicar al delegado Méndez de Xochimilco, su vecino. López Obrador, aunque como optimista nada lo asusta,  tiene que poner a sus asesores a pensar en perspectiva.

6. PRI, PAN, PRD y corifeos se reúnen a diario a pensar en “la grande” y en la CDMX. No son cualquier cosa; son funcionarios con decenas de asesores que tienen la tarea de planear el camino por donde tienen que transitar para asegurarse la continuidad del régimen del PRI o PAN. No son cualquier tipo de asesores; son tipos con altísimos salarios, que cuentan con todos los informes y datos, así como con todos los medios que les permitan hacer sus propuestas. Por ello, los golpes a Morena en el Estado de México y en Tláhuac, son del mismo plan.

7. Espero que Morena comprenda que de ahora en adelante –en la medida en que las elecciones se acerquen más- las acometidas van a ser más fuertes. Piensan acaso dejar las delegaciones de Cuauhtémoc y Tlalpan para que sus titulares Monreal y Sheinbaum) hagan sus campañas políticas para la jefatura de la CDMX? Pareciera que el trabajo sucio contra Morena vendrá del PRD, por aquello del abandono de militantes del PRD que ingresan a Morena; pero el trabajo de arriba del PRI y el PAN –buscando unificar a todos los partidos contra Morena- será el definitivo. (5/VIII/17)

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