sábado, 1 de julio de 2017

julio 01, 2017
ESTRASBURGO / BERLÍN, 1 de julio de 2017.- "El arquitecto del mundo tal y como lo conocemos". "Un hombre del futuro". "Un paladín de la democracia". "Un gigante de la posguerra". Pero sobre todo, por encima de todas las cosas, "un patriota alemán y europeo", un soñador que contribuyó a la unidad como pocos otros en la historia de las últimas décadas.

La UE celebra en Estrasburgo su primer 'funeral de Estado', una ceremonia multitudinaria con la presidencia de jefes de Estado, de Gobierno y personalidades de todo el mundo, pasadas y presentes, para despedir al ex canciller alemán Helmut Kohl, uno de los grandes artífices de que la Unión exista tal y como es hoy.

Nunca antes la UE como tal había asumido la tarea de organizar y encabezar un acto de este tipo. Un intento de llevar el peso de las instituciones a otro nivel. Cuidando todos y cada uno de los detalles. Con las banderas a media asta, una orquesta tocando el himno europeo y los grandes nombres de la política europea e internacional en primera fila.

"Me despido de un fiel amigo. Las exequias de hoy empiezan en Estrasburgo y acabaremos en la catedral de Spira que él tanto amaba. Helmut era un patriota alemán y europeo, una persona que sabía unir a la gente y las cosas. Un gigante de la posguerra", ha señalado Jean-Claude Juncker.

La Eurocámara ha despedido este sábado en una ceremonia de homenaje al primer canciller de la Alemania reunificada, Helmut Kohl, fallecido el diez de junio a los 87 años.

Una veintena de jefes de Estado y Gobierno de todo el mundo, incluida la canciller alemana, Angela Merkel; el presidente francés, Emmanuel Macron; la primera ministra británica, Theresa May, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, han asistido a la despedida al político alemán, cuyo féretro se cubrió con una bandera de la UE.

Con los acordes de la marcha fúnebre del Saul de Händel, el ataúd de Kohl ha entrado en la sala del Plenario de la Eurocámara, en Estrasburgo, portado por ocho miembros del Wachbataillon del Bündeswehr. Allí una veintena de presidentes, primeros ministros y reyes lo han esperado para dar su último adiós.

Los presidentes de las tres instituciones (Antoni Tajani - Parlamento-, Donald Tusk -Consejo- y Jean-Claude Juncker -Comisión-) han dado tres discursos de bienvenida, de recuerdo y sobre el papel del canciller en la construcción europea y su lugar en la mitología comunitaria. "Un último homenaje a un gran europeo, un gran estadista, un gigante político capaz de escuchar a los ciudadanos y mirar más allá del horizonte", según el presidente del Parlamento.

Tras la emisión de un vídeo realizado expresamente para el acto, han tomado la palabra Felipe González, buen amigo de Kohl, el ex presidente de EEUU, Bill Clinton y el primer ministro ruso, Dimitri Medvedev. Y tras un interludio, con un entreacto del Rosamunde de Franz Schubertm han cerrado las intervenciones el presidente francés, Emmanuel Macron, y la canciller germana, Angela Merkel.

"Perdemos a un gran europeísta, un amigo con el que he compartido momentos históricos para Alemania, España, Europa y el mundo", ha dicho González. "Dejarás un vacío político que llenará tu recuerdo, tu determinación y un relato histórico de lo que fue tu esfuerzo y tu vida. Para personas como yo dejarás el vacío de una amistad largamente trabada en momentos históricos. No te olvidaremos. Helmut, cuenta con nuestra amistad", ha concluido el ex presidente.

La llegada del ex rey Juan Carlos y doña Sofía. (ansa)


El ex premier español Felipe González con su mujer, Mar García Vaquero. (Reuters)

Theresa May con el ex premier británico John Major. (AFP)

El ex presidente francés Nicholas Sarkozy con Clinton y Netanyahu. (AFP)

Angela Merkel saluda al ex rey de España, don Juan Carlos. (ansa)

Berlusconi en un momento de reposo. (Reuters)

Angela Merkel saluda a Aznar (ansa)

Silvio Berlusconi con el ex presidente de EE. UU. Bill Clinton (Reuters)

La llegada del ex rey Juan Carlos y doña Sofía. (ansa)


Clinton, en una intervención cargada de emoción y recuerdos alegres, con referencias al legendario apetito de Kohl, le ha agradecido que le dejara "formar parte de algo más grande que nuestras vidas" y una lección: "Lo más importante en la vida es lo que le dejamos a nuestros hijos".

El ex presidente de EEUU ha señalado que "no hay victorias permanentes en política, hay derrotas permanentes. Lo que importa es lo que nos lleva, lo que nos mueve. Él quería crear un mundo en el que nadie dominara. Un mundo en que la cooperación fuera mejor que la confrontación. Y así ha sido"..

Más sobrio ha sido el ruso, pero directo: "Es el arquitecto del mundo tal y como lo conocemos. Fue un hombre del futuro. Rusia lo recordará como un amigo".

El cuerpo de Kohl saldrá del plenario, camino de Alemania, mientras suena el himno de Europa, interpretado por la Filarmónica de Estrasburgo.

La lista de invitados es de primer nivel. Además de los ya mencionados y los Reyes de España, Don Juan Carlos y Doña Sofía, también estarán presentes los presidentes o primeros ministros de Reino Unido, Israel, Lituania, Polonia, Austria, Ucrania, Estonia, Bélgica, Bulgaria, Letonia, Luxemburgo, Hungría, Países Bajos, Eslovenia, Finlandia o Suecia.

A May y Netanyahu se les unen también tres ex presidentes de la Comisión Europea (Santer, Prodi y Durao Barroso), cinco ex presidentes de la Eurocámara (Schulz, Pottering, Hänsch, Fontaine, Buzek), más de media docena de comisarios europeos, decenas de ministros de todo el continente, el ex presidente José María Aznar; el titular español de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis; y ex primeros ministros europeos como Sarkozy, Berlusconi, Mario Monti, Goran Persson, Cavaco Silva o Paavo Lipponen. 

El féretro de Helmut Kohl llega por río a Spira, donde es enterrado en ausencia de sus hijos

Los restos mortales de Helmut Kohl ya descansan en paz. Dos semanas después de su muerte en la ciudad de Ludwigshafen, el padre de la unidad alemana recibió sepultura en Spira tras una intensa jornada que obligó a mover el féretro por tierra, río y aire. Los hijos del ex canciller no asistieron a las exequias.Kohl, que según su viuda, Maike Kohl-Richter, no quería un funeral de Estado en Alemania, donde se sentía maltratado -de ahí la ceremonia en Estrasburgo- , hizo su último recorrido cubierto con la bandera nacional y flanqueado por oficiales del Wachbataillon de la Bündeswehr.

El féretro de Helmut Kohl cruza el Rin hasta Spira a bordo del 'Mainz'. (EFE)

El cortejo fúnebre arrancó en el helipuerto de Ludwigshafen, muy próximo al domicilio de Kohl y desde donde se efectuó el traslado de sus restos morales a Estrasburgo, y desde allí, de vuelta a Ludwigshafen. Era el helipuerto que utilizaba cuando su agenda como canciller le permitían ir a casa y estar -a veces sólo unas horas - con su mujer, Hannelore, y sus dos hijos, Walter y Peter. La primera se quitó la vida en 2001. Con sus vástagos, la relación "murió" después de su matrimonio en 2008 con Maike Richter, 34 años más joven. La viuda, que ha mantenido todo este tiempo en casa el cadáver de Kohl, le acompañó también en su viaje en helicóptero y con ella el "hijo de repuesto" del ex canciller y hombre de confianza, Kai Diekmann.

En la misa de réquiem, abierta al público mediante pantallas gigantes de televisión, se alabó nuevamente su figura, mientras el impresionante órgano catedralicio entonaba obras de Johann Sebastian Bach, el compositor favorito de Kohl. Tras la ceremonia, el cortejo se dirigió en coche al camposanto de la catedral, donde el ex canciller fue despedido con honores militares y tras varias salvas, sepultado en la intimidad.

Los hijos y nietos de Kohl no asistieron a las exequias en señal de protesta por la forma en la que la viuda había dispuesto de la voluntad de éste y por enterrarlo en Spira en vez de en el panteón familiar en Ludwigshafen, donde reposan los padres de Kohl y Hannelore, "inseparable de la obra de mi padre", explicó Walter.

En memoria de la esposa suicida y por los hijos desterrados habló en la ceremonia de Estrasburgo la canciller Angela Merkel, protegida de Kohl y clave en su caída política, una "traición" que el ex canciller nunca olvidó y que su viuda intentó cobrarse excluyéndola de la tribuna de oradores en favor del húngaro Viktor Orban. "Hannelore siempre se mantuvo a su lado, en los buenos y malos tiempos. Recordamos su gratitud", dijo Merkel, que también tuvo palabras para la mujer que cuidó y dio amor a Kohl los últimos años de su vida. El hombre que unió Alemania se fue dejando su familia dividida. (Pablo R. Suanzes / Carmen Valero / El Mundo)

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