sábado, 10 de junio de 2017

junio 10, 2017
Pedro Echeverría E.

1. La policía municipal del gobierno de Aguascalientes, detuvo violentamente a 26 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Tiripetío, Michoacán –a quienes se dice liberó horas más tarde– y causó heridas a por lo menos 16 alumnos, quienes fueron atendidos en un hospital “Franco Brasileño”, informaron gobierno y los propios alumnos. Los estudiantes viajaban de regreso a Michoacán luego de otorgar su apoyo a las estudiantes de la Normal Rural de Cañada Honda, que desde hace dos semanas mantiene un movimiento de rechazo a la convocatoria que busca hacer mixta su escuela y reducir la matrícula de primer ingreso de 120 a 100.

2. Precisamente, hoy 10 de junio cuando se recuerda aquel “jueves de corpus” de 1971, tarde en la que fueron masacrados decenas de estudiantes que se manifestaban de las escuelas del rumbo del Casco de Santo Tomás, pasaban la Nacional de Maestros y tomaban la calzada de Tacuba. La masacre contra los estudiantes fue brutal, propinada por 200 “halcones”, desempleados armados, contratados por el gobierno del Luis Echeverría y del DF encabezado por Martínez Domínguez. No debe olvidarse que dos años y medio antes (el 2 de octubre de 1968), el gobierno de Díaz Ordaz había mandado reprimir y asesinar a decenas, quizá cientos, de estudiantes en Tlatelolco.

3. Desafortunadamente son muy pocos los estudiantes rebeldes, luchadores sociales, que al llegar a profesionistas, obtener ingresos y casarse, no son corrompidos por el sistema. Por ello se burlaba el maldito líder empresarial Sánchez Navarro: “aconsejaría a mis hijos que de jóvenes sean de izquierda para cuando grandes sean magníficos administradores” del capitalismo; y concluía: “los comunistas son como los rábanos, rojos por fuera y blancos por dentro”. Los empresarios y el gobierno quisieron mucho a Sánchez Navarro por ese cinismo y esas burlas, desafortunadamente ha tenido la razón en la mayoría de los casos. Pero hoy las cosas están cambiando.

4. Me sigue avergonzando la universidad de Yucatán porque después de laborar en ella 20 años (Como investigador y profesor en las facultades de antropología y de arquitectura) no haya logrado transformarla aunque sea un milímetro. Sigue siendo una universidad de derecha, muy conservadora, muy tradicional, extremadamente memorística, sin participación alguna, que sus burocracias en el poder administran. Constaten nada más de su alrededor de 20 mil estudiantes y 1,500 profesores, ninguno de ellos ha desatado alguna protestas en la Universidad ni tampoco ha salido a la calle a apoyar algún descontento. (Sólo la protesta contra el alza del pasaje)

5. Pero quienes salvan la dignidad estudiantil son los estudiantes de las Normales Rurales (internados para hijos de campesinos y padres pobres) creadas de 1921, extendidas y apoyadas por el gobierno de Cárdenas (1934/40). Después de aquellos grandes años para el campo, se impuso en México el urbanismo y la educación correspondiente. Se comenzaron a abandonar los normales rurales, a arrebatarles el presupuesto, a limitar su matrícula, a cerrase o a cambiar sus planes y programas de estudio. Desde los años 40 lo estudiantes –hijos de campesinos- aprendieron a protestar, a luchar por una educación del pueblo.

6. En México se registraron alrededor de 100 internados normales rurales, así como secundarias para hijos de trabajadores. En esos centros nació una ideología a favor de una educación pública, laica, obligatoria, popular y gratuita; se conformó como ideología de la Revolución Mexicana buscando hacerla socialista. Incluso la organización estudiantil nacional era (sigue siendo) una federación de estudiantes socialistas. Por ello, no por otra cosa, todos los gobierno de la gran burguesía, por lo menos desde 1943 (cuando surgió el Sindicato (el SNTE), cuando se clausuró la “educación socialista” y cuando asumió la Presidencia Miguel Alemán, todo buscó enterrarse.

7. Hoy los estudiantes de la Normal Rural de Tiripetío, por sus permanentes batallas en defensa de la educación popular, ocupan la vanguardia de los movimientos estudiantiles. Los estudiantes de la UNAM, POLI, UAM, UCDMX, no han podido levantarse; han olvidado que el pueblo necesita de sus estudiantes. Estos días que estuve en Pachuca, Toluca, en Estado de México, me he dado cuenta de que los autobuses tienen precios fijos en sus pasajes de ocho o diez pesos sin descuento alguno a estudiantes y mayores. Los estudiantes de Tiripetío, Michoacán han enseñado mucho con sus demandas y apoyos. En todo México tenemos la obligación de apoyarlos y exigir respeto. Por ello decimos ¡Que vivan los estudiantes…! (10/VI/17)