domingo, 21 de mayo de 2017

mayo 21, 2017
RIAD / WASHINGTON D.C., 21 de mayo de 2017.-  El presidente Donald Trump dejó de lado su retórica contra el Islam este domingo en Arabia Saudita y dio un discurso con un mensaje conciliador y más parecido al de Barack Obama en El Cairo en 2009 que al suyo propio hasta ahora.

El actual presidente llamó a la unidad de los países árabes y musulmanes contra el terrorismo y subrayó que la lucha contra el extremismo no consiste en un conflicto entre civilizaciones ni entre religiones. No llamó a la defensa de los derechos humanos, como Obama, pero como su predecesor dijo que Estados Unidos no debe dar “lecciones” a los demás.

Trump ha criticado durante meses a los musulmanes como comunidad sin matices. El actual presidente dijo el año pasado: “El Islam nos odia”. También propuso cerrar la entrada a Estados Unidos a todos los musulmanes y hacer una lista de los que ya vivían en el país.


Como presidente, Trump decretó un veto para siete países de mayoría musulmana, que luego se convirtieron en seis en una segunda versión. Los dos decretos han sido parados por la justicia. Los países seleccionados eran Irán, Irak, Yemen, Sudán, Somalia, Siria y Libia. En la segunda versión la Casa Blanca eliminó Irak. En ninguno de los dos decretos estaba Arabia Saudita, el país de origen de los terroristas que secuestraron los aviones el 11 de septiembre de 2001.

Pero el discurso de Trump en Riad no se parece al mensaje que movilizó a parte de sus votantes y que ha defendido su estratega jefe, Steve Bannon. Trump incluso evitó la expresión “terrorismo islámico” que pedía a Obama que utilizara.

“Ésta no es una batalla entre distintas religiones, distintas sectas o entre civilizaciones. Ésta es una batalla entre los criminales bárbaros que quieren acabar con la vida humana en nombre de la religión y las personas decentes de cualquier fe que buscan protegerla... Ésta es una batalla entre el bien y el mal”, dijo Trump. “Cuando vemos la sangre no vemos la religión de las víctimas… Son hijos de Dios”.

Sus palabras se parecen a las de 2009 de su predecesor.

“Estados Unidos no está y nunca estará en guerra con el Islam”, dijo Obama. “Sin embargo, lucharemos sin pausa contra los extremistas violentos que suponen una gran amenaza para nuestra seguridad. Porque rechazamos la misma cosa que la gente de cualquier fe rechaza: el asesinato de hombres, mujeres y niños inocentes”.

“Estados Unidos es una nación soberana y nuestra primera prioridad siempre es la seguridad de nuestros ciudadanos”, dijo Trump. “Mi primer deber como presidente es proteger al pueblo estadounidense”, recalcó Obama.

Obama dio su discurso cuando llevaba un tiempo parecido al de Trump en el cargo: algo más de cinco meses. Pero el contexto era distinto. Siria aún no estaba en guerra, el Estado Islámico no existía, la principal amenaza era Al Qaeda y Hosni Mubarak, su anfitrión, todavía estaba en el poder.

El escenario también es diferente. Obama escogió la Universidad del Cairo. Trump, una cumbre de líderes árabes y musulmanes en Riad, en el país del wahabismo, la corriente de musulmanes ultraconservadores. (Univision)