lunes, 29 de mayo de 2017

mayo 29, 2017
Pedro Echeverría V.

1. El próximo domingo 4 de junio serán los comicios para elegir gobernador del Estado de México. No es cualquier elección, sino una confrontación trascendente, sobre todo definitoria entre dos fuerzas esenciales: La vieja derecha encabezada por el PRI y el PAN, que cuenta con todo el apoyo del poder político y empresarial, frente a un joven partido (Morena) con una ideología de centro izquierdas o socialdemócrata con apenas un año de existencia real encabezado por López Obrador; éste un político que lleva 25 años encabezando batallas de masas de trabajadores y ciudadanos. Con todo mi optimismo y pesimismo, producto de toda la información y los análisis contradictorios, estoy aprendiendo directamente de este proceso que me parece importante.

2. Hace un mes periódicos de Yucatán dieron todas las pruebas en el sentido de que cientos o miles de yucatecos del PRI se trasladaron a Quintana Roo hace seis años en decenas o cientos de autobuses para votar en las elecciones para gobernador de este estado. Llegaron a las horas de la madrugada para no llamar la atención y los autobuses se estacionaron fuera de la población. Se entregaron de 500 a mil pesos para hacer compras después de votar y lo más importante es que el PRI arregló con anticipación las credenciales y las listas. Todo se arregló muy bien y durante seis años estuvo muy escondido, pero al fin se publicó la denuncia. El candidato del PRI obtuvo la gubernatura y hoy es uno de los más perseguidos por corrupto. Así se publicó.

3. Cinco días antes de las elecciones estaré recorriendo por lo menos siete de las grandes ciudades del Estado de México observando, escuchando, hablando, con las gentes que puedan manifestarse. Conozco todas las bellas ciudades de ese estado al que perteneció hace dos siglos el hoy estado de Morelos y el de Hidalgo, sobre todo las que colindan con la ciudad de México: me interesan Toluca, Texcoco, Netzahualcóyotl, Amecameca, San Cristóbal Ecatepec, Tlalnepantla y Naucalpan. Tengo la convicción de que lo que pase en el Estado de México será algo así como el laboratorio, el ensayo, de la elección presidencial del próximo año. Un candidato millonario del PRI, una candidata de origen muy humilde del partido Morena, una candidata muy desprestigiada del PAN y un candidato del PRD, aliado al PRI y al PAN.

4. El Estado de México es el más poblado del país: unos 18 millones de habitantes, con una poderosa industria, un gigantesco y complicado sistema de transporte y, lo más importante es que rodea al DF en sus dos terceras partes. Por ello cuando se habla del DF con 10 millones de habitantes y su zona conurbada, se piensa que el DF cuenta con 20 millones de habitantes. Más de la mitad de ese estado trabaja, estudia y hace política en la Ciudad de México. Conoce bien lo que han hecho los lópezobradoristas y seguramente votarán por Morena el cuatro de junio. Pero no hay que olvidar que el presidente Peña Nieto y la parte fuerte de su gabinete es del Estado de México y que existe un grupo político (el Atlacomulco) que lleva 50 años dominando el estado.

5. Fuera de la propaganda que se realiza vía “encuestas” que publican la TV, la radio y la prensa escrita, la realidad está demostrando que quienes manejan más dinero en compra de votos, en propaganda, repartición de dinero, obsequios, regalos, promesas, tienen las mayores posibilidades de ganar. Los electores, en un 70 por ciento pobres y miserables, sienten que las campañas políticas son oportunidad para recibir algo que los ayude en los gastos del hogar en por lo menos 15 días y, como una avalancha imparable, con esos regalos se compran voluntades, aunque López Obrador le diga a los electores que acepten los regalos pero que no voten por el PRI o el PAN. ¿O acaso podría decirle a los votantes que no acepten los regalos?

6. El partido Morena sólo logró la declinación a su favor del candidato Óscar González del PT porque este partido es el que históricamente está más inclinado hacia la izquierda. Morena no debe preocuparse tanto por los partidos y sus dirigentes sino por sus afiliados. Aunque yo por convicción nunca he votado, estoy convencido que los zapatistas, la CNTE, los apoyadores de las luchas de los 43, los más avanzados telefonistas, electricistas, mineros, votarán por Morena. Pienso que hay que darle una oportunidad para gobernar, ayudarlos para hacer cosas diferentes que beneficien al pueblo pobre y explotado; pero si acaso no sirven a la gente y son más de lo mismo, pues hay que sacarlos con patadas en el trasero. (29/V/17)