miércoles, 24 de mayo de 2017

mayo 24, 2017
MADRID, 24 de mayo de 2017.- La ballena azul, que puede alcanzar longitudes de más de 30 metros, es el mayor animal vertebrado que ha vivido alguna vez. En la lista de las criaturas vivientes más grandes del planeta, comparte los primeros puestos con otras especies de ballenas actuales. Sin embargo, estos mamíferos marinos no siempre tuvieron ese tamaño colosal. Según científicos del Museo Nacional de Historia Natural del Smithsonian (EE.UU.), lo obtuvieron hace unos 2 o 3 millones de años, recientemente en su historia evolutiva. La causa, según describen en la revista Proceedings of the Royal Society B, fue una glaciación que alteró la forma en la que su alimento se distribuía por los océanos.

Cómo y por qué las ballenas se volvieron tan grandes ha sido un misterio hasta ahora, en parte debido a las dificultades de interpretar un registro fósil incompleto. ¿Cómo se mide la longitud total de una ballena extinta que está representada por un fragmento de fósil? Nicholas Pyenson, curador de fósiles de mamíferos marinos en el Smithsonian, dio con una forma de hacerlo. Estableció que la anchura del cráneo de una ballena es un buen indicador del tamaño total de su cuerpo.


El Smithsonian tiene las mayores y más ricas colecciones de cráneos de ballenas vivas y extintas. Pyenson y sus colegas midieron una amplia gama de cráneos fósiles y utilizaron esas mediciones, junto con los datos publicados sobre especímenes adicionales, para estimar la longitud de 63 especies de ballenas extintas. Los fósiles incluidos en el análisis representan especies que se remontan a las primeras ballenas barbadas, que vivieron hace más de 30 millones de años. El equipo también utilizó datos de trece especies de ballenas modernas. Sus resultados mostraron claramente que las grandes ballenas que existen en la actualidad no estuvieron presentes durante la mayor parte de su historia. «Vivimos en una época de gigantes», dice Jeremy Goldbogen, de la Universidad de Stanford y coautor del estudio. «Las ballenas barbadas nunca fueron tan grandes».

El equipo de investigación cree que el cambio en el tamaño del cuerpo se produjo hace unos 4,5 millones de años. No sólo las ballenas con cuerpos de más de 10 metros comenzaron a desarrollarse en ese tiempo, sino que las especies más pequeñas empezaron a desaparecer, lo que sugiere que el tamaño masivo se volvió de alguna manera ventajoso.

Este cambio evolutivo, que se produjo a principios de la Edad de Hielo, corresponde a los cambios climáticos que transformaron el suministro de alimentos de las ballenas en los océanos del mundo. Antes de que las capas de hielo comenzaran a cubrir el hemisferio norte, los recursos alimentarios se distribuían de manera bastante uniforme en todos los océanos. Pero cuando comenzó la glaciación, las nuevas capas de hielo habrían llevado los nutrientes hacia las aguas costeras durante ciertas épocas del año, aumentando el suministro de alimentos estacionalmente.

Filtradoras de krill

En el momento de esta transición, las ballenas barbadas, que filtran pequeñas presas, como el krill, del agua de mar, estaban bien equipadas para tomar ventaja de estos densos parches de comida. Y esta estrategia de alimentación se hace aún más eficiente a medida que aumenta el tamaño corporal.

Lo que es más, las grandes ballenas pueden migrar miles de kilómetros para aprovechar suministros de alimentos estacionalmente abundantes. Así, según los científicos, los sistemas filtradores de las ballenas barbadas, que evolucionaron hace 30 millones de años, parecen haber sentado las bases para un importante aumento de su tamaño cuando su fuente de alimentación empezó a concentrarse.

«El tamaño de un animal determina mucho su papel ecológico», dice Pyenson. «Nuestra investigación arroja luz sobre por qué los océanos y el clima de hoy en día pueden sostener a los vertebrados más masivos de la Tierra. Pero los océanos y el clima están cambiando a escalas geológicas en el curso de vidas humanas. Con estos cambios rápidos, ¿podrá el océano sostener a miles de millones de personas y a las ballenas? Las pistas para responder a esta pregunta se encuentran en nuestra capacidad de aprender del pasado de la Tierra, incrustado en el registro fósil». (J. de J. / ABC)