domingo, 7 de mayo de 2017

mayo 07, 2017
WASHINGTON D.C., 7 de mayo de 2017.- El viernes, el ejército de mayordomos, limpiadores, jardineros, cocineros y electricistas de la Casa Blanca fue informado de que se había quedado sin jefa. Angella Reid, la jefa del servicio de la residencia presidencial, había sido despedida de manera fulminante.

Reid, de origen jamaicano, era la primera mujer en ostentar el cargo, que se encarga de supervisar el día a día de la mansión. Dirige a los trabajadores que dan servicio a la familia presidencial y a su equipo, gestiona las obras de construcción o mantenimiento de la Casa Blanca y mantiene a la residencia al tanto de sus obligaciones fiscales y administrativas. Incluso asesora al presidente y a la Primera Dama en decisiones sobre decoración, mobiliario o utilización de los fondos de arte de la Casa Blanca. Reid era, de alguna forma, la jefa no política de la Casa Blanca.

Donald Trump y en el recuadro Angella Reid, la ex "jefa no política de la Casa Blanca". (EFE / SC Johnson College of Business)

«Lo mejor es que lo explique la Casa Blanca», se limitó a decir Reid a «The Washington Post» cuando saltó la noticia. Pero no hubo demasiada información por parte de la Administración acerca del despido. «Hemos acabado de forma amistosa y le deseamos lo mejor para ella en el futuro», dijo Sarah Huckabee Sanders, portavoz de la Casa Blanca, este viernes. «En cualquier caso, no es raro que haya cambios en la plantilla cuando llega una nueva administración. Solo es eso».

Pero, contra la opinión de Sanders, en realidad estos despidos son muy poco habituales. El personal no político de la Casa Blanca varía poco con la ida y venida de presidentes. No es nada extraordinario que, contra la movilidad laboral típica de los estadounidenses, los trabajadores permanezcan 25 años al servicio de las diferentes familias presidenciales. El tiempo mínimo suele ser una década. Reid solo llevaba seis años, después de que en 2011 la fichara Barack Obama.

Sustituyó a Stephen Rochon, que decidió abandonar el puesto y pasar al Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en sus siglas en inglés). De hecho, desde principios del siglo XX, cuando el puesto fue creado de forma oficial, solo lo han ocupado nueve personas.

Despido en la era Clinton

El último despido fulminante que se recuerda en la Casa Blanca fue en 1993, cuando Bill y Hillary Clinton echaron a una empleada por una conversación telefónica con la anterior Primera Dama, Barbara Bush, que la nueva familia presidencial consideró inapropiada. «Conociendo a Angella, dudo mucho de que haya hecho algo que haya causado esto», dijo Rochon al «Post» sobre la salida de su sucesora. «Ha trabajado durante años en puestos altos de hoteles. Es sin ninguna duda muy profesional, pero quizá no agrades a todo el mundo”.

Mientras salen a la luz los detalles del despido, solo hay especulaciones a los motivos. Reid, la segunda persona de raza negra en ocupar el puesto –el primero fue Rochon–, desarrolló al parecer una relación cercana con los Obama.

Otros ven razones ligadas al día a día de la Casa Blanca: varios subordinados han destacado el rigor y la exigencia que Reid imprimía la servicio de la residencia presidencial, lo que le ha podido valer enemigos entre su equipo. «Estaba esperando al día que marchara», confesó un mayordomo, que prefirió ocultar su identidad, a la cadena CNN.

De momento, no se ha nombrado sucesor para Reid y su cargo será ocupado de forma interina por el segundo de su equipo. Al parecer, la Administración Trump había ofrecido a Rochon regresar a ese puesto, pero declinó la oferta por razones familiares.

Gary Walters, que sirvió en ese puesto entre 1986 y 2007 –con cuatro familias presidenciales diferentes–, y que asesoró a Reid en la transición entre los Obama y los Trump, aseguró a la CNN que desconocía la razón de la salida, pero que los cambios en la Casa Blanca en los últimos años «reflejan cómo la sociedad está cambiando y cómo esa oficina también lo hace». (Javier Ansorena / ABC)