domingo, 2 de abril de 2017

abril 02, 2017
CIUDAD DE MÉXICO, 2 de abril de 2017.- No ha pasado ni un año desde que la estrella de la canción mexicana Juan Gabriel falleciera y ya son tres los descendientes ilegítimos que, con prueba de ADN en la mano, han confirmado su parentesco con «el divo de Juárez», elevando por el momento de cuatro a siete su número de hijos. Así pues, cada vez son más los candidatos para enzarzarse en una batalla legal contra su hermano Iván, a quien el artista nombró en su testamento como heredero universal de su millonario patrimonio. La guerra por su fortuna no ha hecho más que comenzar.


La última persona en hacer público su parentesco ha sido Claudia Gabriela Aguilera -de 42 años y residente en Texas-, quien apareció esta semana en el canal Telemundo mostrando un documento que prueba una coincidencia del 99,9 por ciento de su ADN con el de Alberto Aguilera Valadez -nombre real de Juan Gabriel-. «Nunca dudé, siempre lo supe», dijo. «Sólo lo he hecho para que todas las personas que me juzgaron vean que jamás mentí», añadió frente a las cámaras del programa «Primer Impacto» de la mencionada cadena de televisión, que está haciendo una férrea cobertura en torno a los «nuevos» vástagos que le están creciendo a Juan Gabriel.

Tres ilegítimos
Claudia es el tercer sucesor no reconocido que le aparece al cantante desde que falleciera en agosto del año pasado tras sufrir un infarto. Tenía 66 años. Los otros dos son Luis Alberto Aguilera (26) y Joao Gabriel Alberto Aguilera (23), quienes han demostrado gracias al ADN de Pablo Aguilera Valadez, hermano de Juan Gabriel, su consanguineidad con el desaparecido artista. Luis y Joao son fruto de las relaciones que mantuvo el divo con dos empleadas domésticas que trabajaban en sus casas en EE.UU.

Como cabría esperar, el revuelo en la prensa mexicana está siendo descomunal, pues, aunque siempre estuvo enamorada del arte del «divo de Juárez», le intrigaba la vida privada de un personaje extremadamente celoso de su intimidad y, sobre todo, muy ambiguo sobre su orientación sexual. «Lo que se ve no se pregunta», espetó en 2002 a un periodista que directamente le preguntó si era gay.

Picantes misterios
Ahora, más allá de los picantes misterios de un artista que siempre fue considerado homosexual por gran parte de la sociedad mexicana, la aparición de estos nuevos vástagos atiza el debate sobre su fortuna, ya que en el testamento sólo reconocía como herederos a los cuatro hijos que crió junto con Laura Salas: el mencionado Iván y, además, Joan, Hans y Jean Gabriel. Sin embargo, en el documento de sucesión dejaba únicamente como albacea universal al primero, de 28 años, el único biológico y que tuvo con Laura Salas. Según la prensa local, el objetivo de Juan Gabriel era que Iván se quedara como custodio de todos sus bienes y los administrara entre sus otros tres hermanos, que son adoptados.

Se estima que la herencia ronda los 28 millones de euros y decenas de mansiones en México y Estados Unidos. Asimismo, el cantante publicó unos 60 discos y hay 605 canciones registradas en la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM) -la SGAE del país azteca-, una obra que le dejaba pingües regalías por la creación de tantos temas que a día de hoy siguen sonando en multitud de radios latinoamericanas como «Amor Eterno» o «El Noa Noa».

Cuando Luis Alberto y Joao comenzaron a salir en medios de comunicación a finales del año pasado declarando su consanguineidad con el compositor, la opinión pública azteca desconfió sobre dichas afirmaciones, puesto que los miembros del clan Aguilar Salas habían sido durante años los únicos hijos de Juan Gabriel que se conocían.

Pero a golpe de prueba de ADN han demostrado esta relación, hasta el punto de que en noviembre Iván emitió un comunicado en su nombre y en el de sus hermanos reconociendo que Luis Alberto sí es hijo del difunto cantante. Por el contrario, Joao aún no tiene ese reconocimiento, razón por la que mantiene un pleito legal en un juzgado de Miami con Iván. Ahora Joao y Luis Alberto quieren su parte de la herencia. A finales de febrero, los dos presentaron otra querella en Miami contra Iván, como heredero universal, para reclamar parte del patrimonio de su padre. Pero Joao ha ido más allá y presentó otra nueva demanda exigiendo que el propio Iván se someta a una prueba de ADN.

La llegada de Claudia Gabriela al enrevesado árbol genealógico del artista se produce en medio de este jaleo de demandas entre hijos reconocidos y desconocidos. Pero Claudia Gabriela descarta, por ahora, meterse en líos de abogados y peleas familiares. «Respeto la decisión de mi padre de dejarle a una persona su dinero. Para mí lo más importante es acercarme a mis hermanos», sentenció ante una público desconcertado y que se pregunta cuántos hijos tuvo en realidad Juan Gabriel. (Adrián Espallargas / ABC)