sábado, 22 de abril de 2017

abril 22, 2017
LOS ANGELES, 22 de abril de 2017.- Con más de 50 años de carrera a sus espaldas, Jack Nicholson está considerado como el mejor actor de su generación. Es uno de los intérpretes más versátiles del cine, donde ha dado vida a personajes de lo más variopinto: cómicos, dramáticos, villanos, psicópatas... Ningún perfil ha podido resistirse al hombre de la sonrisa más mítica y traviesa de Hollywood. Nacido el 22 de abril de 1937 en Nueva Jersey, su infancia comenzó con un engaño: su madre June, que tenía 17 años al dar a luz y no estaba casada, le hizo creer de pequeño que era su hermana; su abuela Ethel se hizo pasar por su madre. Nicholson supo la verdad 37 años más tarde. Y reaccionó sin resentimiento. “¿Hermana, madre? Sencillamente, hay que añadir un guión”.

De adolescente se trasladó a Los Ángeles para buscar su oportunidad como actor. Comenzó trabajando de chico de los recados en la Metro Goldwyn Mayer y con el dinero que consiguió se pagó las clases de arte dramático en el Players Ring Theatre. Allí coincidió con James Coburn y con el director y productor Roger Corman, conocido como ‘el maestro del terror’, que le dio su primera oportunidad en la cinta The Cry Baby Killer (1958). En 1969 se dio a conocer entre el gran público con Easy Rider y desde entonces no ha dejado de encandilar a la crítica y a los espectadores con actuaciones memorables que durante más de tres décadas le han otorgado un prestigio indiscutible en la industria.

Es imposible no mencionar a Jack Nicholson si se habla del universo hollywoodense de los últimos 50 años. Lo que ha hecho el actor nacido en Nueva Jersey en el mundo de la actuación es digno de elogio: sus 12 nominaciones a los premios Oscar, en las cuales solo logró ganar tres estatuillas, avalan su gran nivel de performance.

Nominado 12 veces al Oscar, posee tres estatuillas, un honor que comparte con Walter Brennan y Daniel Day-Lewis. La última película en la que intervino fue en la comedia romántica ¿Cómo saber si es amor? (2010). Luego sus apariciones públicas han sido cada vez más escasas. Incluso se llegó a afirmar que se había retirado de la profesión porque padecía Alzheimer, una información que se encargó de desmentir su representante y la periodista Maria Shriver, amiga del protagonista de El honor de los Prizzi.

Hace unas semanas saltó a la luz la grata noticia de que Nicholson regresaría al cine con una nueva versión de Toni Erdmann, la comedia alemana galardonada con el premio a la mejor película europea. Mientras esperamos verle de nuevo a lo grande, repasamos algunas de sus interpretaciones más inolvidables con motivo de su 80 cumpleaños. ¡Felicidades, Jack!

EASY RIDER (Buscando mi destino) (1969)

Fue la película que le dio a conocer entre el público y con la que obtendría su primera nominación a la estatuilla dorada en calidad de actor de reparto. En la road movie de culto coprotagonizada por Dennis Hopper y Peter Fonda era un abogado alcohólico que se une al peculiar viaje de dos motoristas hippies para descubrir América. Inspirada en el filme italiano La escapada (1962), Easy Rider es una referencia para toda una generación de motociclistas y simpatizantes de la contracultura estadounidense que tuvo un éxito inesperado.

MI VIDA ES MI VIDA (1970)

El director Bob Rafelson confió en el potencial interpretativo de Nicholson y le dio el papel protagonista en este drama sobre personajes sin muchas expectativas de futuro que le otorgó su primera candidatura al Oscar como mejor actor. Dotó a su Robert Dupea de una complejidad interior totalmente creíble como músico que, buscándose a si mismo, entra a trabajar en una refinería petrolífera. A destacar la escena en la que se baja del coche en medio de un atasco, se sube a un camión de mudanzas y se pone a tocar un piano en plan Beethoven.

Enlace a Ocho papeles clave de la carrera de Jack Nicholson en El Observador, con vídeos.






CHINATOWN (1974)

En este drama psicológico de Roman Polanski, nuestro protagonista da vida a un detective privado especializado en divorcios que investiga un misterioso caso de corrupción y asesinato en Los Ángeles en los años 30. Su composición de Jake Gittes le otorgó su tercera nominación al Oscar como mejor actor. Faye Dunaway y John Houston acompañan a Nicholson en este mítico homenaje al cine negro que esconde muchos trapos sucios y varias subtramas. Polanski también aparece en escena reservándose el papel de un matón que le corta la nariz a Gittes con una navaja.

ALGUIEN VOLÓ SOBRE EL NIDO DEL CUCO (1975)

Ningún actor más que Nicholson podía meterse en la piel de Randle McMurphy y sacarle todo el jugo que requería un personaje tan complejo como el que describió Ken Kesey en la novela Alguien voló sobre el nido del cuco. El actor ganó su primer Oscar bordando el papel de un delincuente acusado de violación que para poder evitar la cárcel se hace pasar por loco y es recluido en un hospital psiquiátrico dominado por una autoritaria enfermera (Louise Fletcher). Dirigida por Milos Forman, esta obra maestra obtuvo cinco premios de la Academia y fue producida por un jovencísimo Michael Douglas.

EL RESPLANDOR (1980)

En este clásico del cine de terror basado en la novela homónima de Stephen King, Nicholson daba auténtico pavor bajo el rostro de Jack Torrance, un escritor exalcohólico que se traslada junto a su familia a un solitario hotel de alta montaña para trabajar de vigilante. Bajo las órdenes de Stanley Kubrick, protagonizó una de las escenas más inolvidables de la historia del séptimo arte: aquella en la que coge su hacha y empieza a golpear con violencia la puerta del cuarto de baño donde se esconden su mujer y su hijo.













LA FUERZA DEL CARIÑO (1983)

En esta tragicomedia de James L. Brooks, Nicholson encarna a un exastronauta alcohólico, mujeriego y reacio al compromiso que mantiene un romance con su vecina, Shirley McLaine, una viuda que no se lleva nada bien con el marido de su hija rebelde (Debra Winger). Como anécdota, vale la pena mencionar que el papel de Garret fue ofrecido en primer lugar a Burt Reynolds, que lo rechazó porque tenía otro rodaje. James Garner fue la segunda opción, pero quedó fuera tras mantener serias discrepancias con el director. Al final fue Jack el elegido y demostró una vez más por qué es uno de los más grandes y su excelente interpretación (atención a la escena en la que conduce con los pies en el volante) le hizo merecedor del Oscar al mejor actor de reparto.

TALLO DE HIERRO (1987)

Al lado de Meryl Streep formaba una pareja que comparte borracheras, frío y un pasado oscuro en los años de la Gran Depresión. Drama de Héctor Babenco, basado en la novela del Premio Pulitzer William Kennedy, que le valió su sexta nominación como mejor actor.

BATMAN (1989)

Antes de que Heath Ledger deslumbrara a todos con su épica creación del Joker en El caballero oscuro (2008), Nicholson ya bordó con maestría al archienemigo de Batman en la cinta realizada por Tim Burton.

ALGUNOS HOMBRES BUENOS (1992)

Aparecía solo en cuatro secuencias en el drama judicial de Rob Reiner, pero su monólogo final frente a Tom Cruise es de los que quedan grabados para siempre en la memoria colectiva de los más cinéfilos. Toda una lección de interpretación que le valió su cuarta nominación como mejor actor de reparto en la piel del coronel Nathan R. Jessep.

MEJOR...IMPOSIBLE (1997)

Su tercer y último Oscar lo ganó con un personaje que le venía como anillo al dedo, un escritor extremadamente maniático y antisocial que acaba estableciendo una singular relación con una madre soltera que trabaja de camarera (Helen Hunt) y un pintor homosexual de pasado trágico (Greg Kinnear). Una película llena de diálogos brillantes y situaciones hilarantes que convertían a Melvin Udall en un tipo simplemente...inolvidable.

A PROPÓSITO DE SCHMIDT (2002)

En la cinta de Alexander Payne, Nicholson encarnaba a un jubilado que acaba de enviudar y decide emprender un viaje en autocaravana para retomar el vínculo con su única hija. Durante el trayecto se da cuenta de que toda su vida ha sido una estupidez y su única salida es enviar largas cartas a un niño de Tanzania al que apadrina y que se convierte en el depositario de sus incomprensibles confesiones.

INFILTRADOS (2006)

Como el violento Frank Costello, un jefe de la mafia de Boston, el actor obtuvo el Austin Film Critics Award en la categoría de mejor actor de reparto, siendo nominado además a los premios BAFTA, Critics Choice Awards, premios Globo de Oro, premios Satellite y MTV Movie Awards. (Astrid Meseguer / La Vanguardia)