jueves, 20 de abril de 2017

abril 20, 2017
Elena Dusi / La Repubblica

ROMA, Italia, 20 de abril de 2017.- La materia (gris) de la que están hechos los sueños se encuentra en una zona poco explorada del cerebro. Cuando, por casualidad, los experimentos del pasado habían intentado estimularla, los voluntarios se describían "como en un mundo paralelo", "desconectados de la realidad" o "en un cómic". Hoy en día, tratando de averiguar exactamente lo que significa  soñar, un equipo de científicos italianos y estadounidenses ha explorado una zona un poco más extensa, pero siempre en torno al área de dibujos animados". Es un punto bastante superficial, justo por encima de la nuca. Los investigadores a la caza de la fuente de nuestra vida onírica la denominaron "zona caliente": zona caliente cortical posterior.

En rojo, el área donde nacen los sueños. (Nature Neuroscience)

"Es un área que se vuelve muy activa cuando comenzamos a soñar", dice Francesca Siclari, neuróloga del Hospital Universitario de Lausana, una de los coordinadores de la investigación publicada en la revista Nature Neuroscience. Con ella, en el estudio participaron Giulio Tononi, experto el sueño y la conciencia, y otros neurocientíficos de la Universidad de Wisconsin y la Escuela de Estudios Avanzados de Lucca. "En la zona caliente, antes que en el resto del cerebro, las ondas lentas que caracterizan el sueño profundo dan espacio a aquellas rápidos, las características de la vigilia. En un primer experimento nos dimos cuenta de este fenómeno. En la segunda fase hemos probado el descubrimiento observando el trazado del EEG, tratamos de predecir si los voluntarios estaban soñando o no. Luego los despertamos. Llegamos a ver la correlación en el 87% de los casos".

Los caminos que se ramifican a partir de este descubrimiento son al menos tres. Hay una imaginativa, una puramente neurológica y una limítrofe con la filosofía. La primera admite que un día será posible, tal vez, observar un electroencefalograma de alta densidad (256 electrodos colocados en el cráneo y la cara) y entender lo que una persona está soñando. "No será tan pronto como mañana, pero soy optimista", dice Siclari. "Podemos dividir los sueños en categorías más bien amplias, será difícil definir el trazado exacta, pero creo que vamos por buen camino." El paso de la onda lenta a rápida, de hecho, tiene su origen en la zona caliente, pero también involucra las áreas corticales relacionadas, por ejemplo, con la vista en un sueño lleno de imágenes, con la lengua en el caso de las conversaciones oníricas, y así sucesivamente.

La segunda manera se relaciona con la neurología, y se refiere a un problema que no se había resuelto durante décadas. Se sabe de hecho que el sueño se divide en una fase REM y en varias etapas no REM. Al principio se creía que los sueños aconteció sólo en el primero, y luego se observó con sorpresa que también hay un sueño en la fase no REM. "Nos preguntamos de inmediato por qué", dice Siclari. "Se trata de dos fases en las que la actividad del cerebro es completamente diferente. ¿Cómo es que se desarrollan los ensueños en ambas? Nuestra respuesta es que el mecanismo es independiente de sueño REM o MOR, porque el sueño tiene su propia fuente autónoma, la zona caliente".

El experimento tuvo diversas fases: en la primera, 32 voluntarios durmieron en el laboratorio con electrodos fijados en la cabeza, y se les despertaba periódicamente durante la noche. A continuación, los investigadores centraron su atención en un grupo de 7 personas, se les despertaba diez veces durante la noche (algunos se sometieron al experimento de diez noches), quienes habían sido entrenados previamente para tratar de recordar la última imagen vista en el sueño.

Finalmente, los investigadores trataron de responder a la pregunta más difícil de todas, la relativa a la conciencia (el tema del que nació la curiosidad de los neurólogos). La capacidad del cerebro para tener experiencias permanece activa durante la vigilia, pero se disuelve con el sueño. El sueño, desde este punto de vista, se define como un "tercer estado" de carácter indistintos. De acuerdo con los investigadores italianos y estadounidenses, el hecho de que la experiencia del sueño tenga una base neurológica observables refuerza la teoría de que los sueños también se pueden definir como "experiencias en las que la conciencia está activa." Y si la actividad de la zona caliente es un indicador de la capacidad del cerebro para vivir experiencias a pesar del sueño y la inmovilidad, el estudio publicado en Nature podría tener aplicaciones médicas. "Nuestra investigación - explica Siclari - puede conducir a formas de evaluar el estado de conciencia en casos de coma o durante la anestesia."