martes, 11 de abril de 2017

abril 11, 2017
PEKÍN, China, 11 de abril de 2017.- La tensión sigue subiendo en la península coreana. El presidente de EE UU, Donald Trump, ha reiterado este martes en una serie de tuits sus advertencias contra Corea del Norte y sus reclamaciones de ayuda a China. Horas antes, el régimen de Kim Jong-un ha advertido de “consecuencias catastróficas” y “medidas duras” si Estados Unidos continúa sus provocaciones, después de que un portaaviones de esa nacionalidad y su flotilla se dirijan hacia la zona.

“Corea del Norte está buscando problemas. Si China quiere ayudarnos, estupendo. Si no, ¡resolveremos los problemas sin ellos! EE UU”, indica Trump en tono beligerante en uno de sus mensajes. Cuatro minutos antes, en otro tuit exclamatorio, parecía reconocer que condiciona la política comercial de EEUU hacia China a la cuestión norcoreana: “¡Le expliqué al Presidente de China que un acuerdo sobre comercio con Estados Unidos sería mucho mejor para ellos si resuelven el problema norcoreano!”.

North Korea is looking for trouble. If China decides to help, that would be great. If not, we will solve the problem without them!  U.S.A. (@POTUS)

Trump y el jefe de Estado chino, Xi Jinping, se reunieron la semana pasada en Florida en un encuentro en el que el programa de armamento de Corea del Norte fue uno de los asuntos dominantes, aunque no se logró acercar posturas. La Casa Blanca quiere que Pekín aumente su presión, como aliado más importante del país vecino, para lograr el desarme de Pyongyang. China replica que ya hace cuanto está en su mano, incluido un embargo a las importaciones de carbón de Corea del Norte, una de las principales fuentes de ingresos del régimen de Kim Jong-un.

Ante esa falta de acercamiento, Estados Unidos ha insistido, por boca del propio Trump y de su secretario de Estado, Rex Tillerson, en que si Pekín no coopera, actuará por su cuenta.

En un primer paso, el Carl Vinson ha puesto rumbo hacia la península norcoreana tras haber zarpado de Singapur con la idea inicial de dirigirse a Australia.

A lo largo de abril suele ser habitual que ambas partes eleven su retórica: Estados Unidos y Corea del Sur celebran en esas fechas maniobras militares conjuntas, que el norte percibe como una amenaza sobre su territorio. Pero, además, esta semana es especial para el régimen norcoreano, muy dado a marcar sus hitos históricos: este martes se cumple el quinto aniversario del nombramiento de Kim Jong-un como secretario general del Partido de los Trabajadores de Corea, la espina dorsal política del régimen. Para conmemorarlo, se celebra una sesión extraordinaria de la Asamblea Popular Suprema, el legislativo de ese país.

El sábado se celebrará el 105 aniversario del nacimiento del fundador del régimen y abuelo del líder actual, Kim Il-sung. Corea del Norte prepara para ese día un espectacular desfile militar, para mostrar ante el mundo un alarde de fuerza. Los analistas no descartan que Pyongyang quiera conmemorar la fecha también con el lanzamiento de un misil, quizá incluso de largo alcance.

Corea del Norte ya lanzó el pasado miércoles un misil de combustible líquido, aunque apenas recorrió 60 kilómetros antes de caer al mar. El mes pasado había lanzado simultáneamente cuatro cohetes, tres de los cuales llegaron a aguas bajo control japonés. Este país, que ya ha completado cinco pruebas nucleares -las dos últimas, el año pasado- podría estar preparando una sexta: las recientes imágenes vía satélite han detectado, según los expertos, movimientos sospechosos en la zona de Punggye-ri, donde se llevaron a cabo las anteriores.

El régimen que encabeza Kim Jong-un ha amenazado con probar este mismo año un misil de largo alcance que pueda llegar a territorio estadounidense, algo que el presidente Donald Trump ha asegurado que no ocurrirá.

“Los movimientos insensatos de EE. UU. para invadir la República Popular Democrática de Corea -el nombre oficial del país- han llegado a una fase grave”, indica el comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores norcoreano. Esta nación “está preparada para reaccionar a cualquier forma de guerra deseada por Estados Unidos”.

“Tendremos a EE. UU. responsable de las consecuencias catastróficas que acarreen sus actos escandalosos”, añade el portavoz citado por KCNA. “Corea del Norte está preparada para reaccionar a cualquier tipo de guerra deseado por Estados Unidos”.

Preocupación de Seúl y Pekín

Tras reuniones en Seúl el lunes, China y Corea del Sur han acordado “endurecer sus medidas” si el norte lleva a cabo otra prueba nuclear.

El lanzamiento de misiles estadounidenses contra posiciones del régimen sirio la semana pasada se ha interpretado como un mensaje indirecto también al régimen de Kim Jong-un: en su gira por Asia en marzo, el secretario de Estado Rex Tillerson indicó que “todas las opciones” estaban sobre la mesa.

Aunque un ataque preventivo contra Corea del Norte sería más complicado y tendría consecuencias mucho más graves que la última acción en Siria. Seúl se encuentra a apenas una cincuentena de kilómetros de la frontera y Corea del Norte cuenta con numerosos misiles apuntados hacia su vecino del sur.

El propio ministro de Unificación surcoreano, Hong Yong-Pyo, ya lo ha dejado claro: “Los ataques preventivos podrían resolver los problemas nucleares de Corea del Norte, pero para nosotros también trata de defender la seguridad de la gente”, puntualizaba este lunes. (Macarena Vidal Liy / El País)