sábado, 4 de marzo de 2017

marzo 04, 2017
MÉRIDA, Yucatán, 4 de marzo de 2017.- Muy queridos hermanos y hermanas, les saludo con afecto al iniciar este santo tiempo de la Cuaresma. Quiero desearles que este tiempo de Cuaresma sea para todos y cada uno de ustedes un verdadero camino, que iniciando el Miércoles de Ceniza, los lleve hasta la feliz Pascua, y que todos lleguemos hasta ese punto, realmente convertidos, renovados y resucitados a una vida nueva.

Quisiera expresarles tres aspectos que pueden ayudar en ese camino que debemos tomar en cuenta para llegar de veras como hombres y mujeres nuevos a vivir y celebrar la Pascua.

En primer lugar, recomendarles como siempre las prácticas cuaresmales: ayuno, oración y abstinencia. No se trata solamente de una práctica tradicional para el tiempo de Cuaresma, sino que se trata de la única forma de vivir la dinámica de la vida cristiana. Ésta dinámica consiste en la conversión constante y para eso necesitamos del ayuno, la oración y la abstinencia.


Ya sabemos que el ayuno y la abstinencia nos obligan el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo; así como la abstinencia nos obliga todos los viernes. Más allá de estas prácticas, no las veamos solamente como obligatorias, sino como una manera de estar en comunión con toda la Iglesia, pues cada uno de nosotros puede ser creativo en la manera de vivirlas. Tú sabes de qué debes ayunar, tú sabes de qué debes abstenerte, tú sabes cómo incrementar tu oración. Es un asunto personal, de tal modo que además de unirnos a la Iglesia en estas prácticas, personalmente tenemos creatividad para desarrollarlas y para orientarlas; un porqué ayunar, un porqué abstenernos y un porqué orar.

Ahora bien, en la Iglesia de Yucatán al igual que en otras diócesis, hemos querido añadir una intención particular para el ayuno, la oración y la abstinencia y esa intención se llama: “40 Días por la Vida”. Estamos llamados y convocados a ofrecer nuestro ayuno, oración y abstinencia por los niños todavía no nacidos, para que las madres que los llevan en sus vientres, se decidan a darlos a luz, teniendo la confianza en Dios, en la Iglesia y en la sociedad, de que no les va a faltar el apoyo necesario para llevar adelante la maternidad. Apliquemos en este sentido y con esta intención nuestras prácticas cuaresmales, apliquemos también nuestra intención personal y sobre todo, apliquemos estas prácticas para nuestra conversión.

El segundo aspecto o punto que yo quiero tratarles, que nos puede ayudar a vivir intensamente la Cuaresma, es el mensaje que el Papa Francisco nos ha dado para vivir la Cuaresma 2017. En su mensaje, el Santo Padre nos describe y habla acerca de la parábola del pobre Lázaro y del rico Epulón (Cfr. Lc 16, 19-31); aquel rico que banqueteaba ignorando al pobre que estaba junto a su puerta cubierto de llagas ansiando satisfacerse y hartarse con las migajas que caían de la mesa del rico (Cfr. Mensaje del Santo Padre Francisco para la Cuaresma 2017. “La Palabra es un don. El otro es un don.”

Ya sabemos como esa parábola concluye; cuando el rico se encuentra entre las llamas y el pobre está junto a nuestro padre Abraham, en su seno. Entonces que el rico le implora a nuestro Padre Abraham, que envíe a Lázaro a refrescarle su lengua mojando la punta del dedo en agua. Abraham le dice que eso es imposible, pues no se puede cruzar el abismo que hay entre ricos y pobres en la otra vida; en esta vida sí se puede pero en la otra vida no se podrá. Sin embargo el rico insiste: “Padre Abraham te ruego que mandes a Lázaro que vaya con mis hermanos y les advierta para que no lleguen a este lugar”; pero Abraham le dice: “Tienen a Moisés y a los profetas”. Insiste el rico: “No padre Abraham, si va un muerto, entonces sí harán caso”; pero Abraham termina por contestarle: “Si no hacen caso a Moisés y a los profetas, tampoco harán caso ni aunque resucite un muerto”.

Quiero citarles un pasaje del mensaje del Papa que dice: “De esta manera se descubre el verdadero problema del rico: la raíz de sus males, está en no prestar oído a la Palabra de Dios, esto es lo que le llevó a no amar ya a Dios, y por tanto a despreciar al prójimo. La Palabra de Dios es una fuerza viva, capaz de suscitar la conversión del corazón de los hombres y orientar nuevamente a Dios. Cerrar el corazón al don de Dios que habla, tiene como efecto cerrar el corazón al don del hermano” (Mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma 2017, n. 3).

Hermanos y hermanas, ¿de qué nos serviría cumplir con todas las prácticas cuaresmales, si no abrimos nuestro corazón al prójimo? Cuaresma es abrir el corazón al prójimo. El rico de este evangelio no supo abrir su corazón. Y tú ¿a quién tienes que abrirle el corazón? Yo creo que este mensaje del Papa debe ser para nosotros central. Cuaresma es el tiempo de abrir nuestro corazón a todos los demás, especialmente a quien más nos necesita.

De este modo, también apoyado en el mensaje del Santo Padre, paso al tercer aspecto de lo que yo les recomiendo para vivir intensamente la Cuaresma: La Palabra de Dios. La mejor manera de vivir la Cuaresma y toda la vida cristiana es escuchando la Palabra de Dios. Jesús se fue al desierto a escuchar la palabra de su Padre. Cuarenta días para prepararse a la misión que él venía a realizar. Cuarenta días de oración y también de escucha de la palabra de su Padre. Es ante todo escuchando la Palabra de Dios, que nosotros podemos transformarnos; que las prácticas cuaresmales adquieren sentido, que podemos abrir el corazón a los demás.

¿Cómo la podemos escuchar la Palabra? Asistiendo a la Santa Misa los domingos, eso es normal; aunque está también la misa entre semana a la que les recomiendo asistir si pudieran. La misa será un espacio donde puedan escuchar la Palabra de Dios, y desde ahí ustedes pueden tomar el evangelio y las lecturas de ese día, retomarlas por cuenta propia, repasando lo que personalmente el Señor quiere decirles a través de su Palabra. Así es que, no nos conformemos con lo que el sacerdote nos dice, también nosotros podemos reflexionar y sacar nuestras propias conclusiones, entendiendo lo que Dios nos dice personalmente a través de su Palabra.

Y si tú no tienes oportunidad de asistir a la Santa Misa, hoy los medios de comunicación y las redes sociales nos ofrecen esa posibilidad. Busca en las páginas del internet las lecturas de la Palabra de Dios para este día y te aparecerán varias opciones de páginas con las lecturas diarias. Esta es una

manera de acercarte a la Palabra de Dios en el tiempo de Cuaresma, con las lecturas de cada día de la Santa Misa. También podrías tomar alguno de los Evangelios e ir leyendo cada día algún capítulo, reflexionando y buscando alguna enseñanza, una aplicación para tu vida.

Así pues, esto es lo que te recomiendo para este tiempo de Cuaresma: realizar prácticas cuaresmales con una intención particular como la de “40 Días por la Vida”; o con una intención personal también: ¿por qué quiero hacer mis prácticas cuaresmales? Abrir el corazón al prójimo; pues de nada me sirven estas prácticas si no abro el corazón al hermano. Para abrir el corazón y para darle sentido a las prácticas cuaresmales es necesaria la Palabra de Dios. Dios en su Palabra me hablará personalmente y me dirá lo que tengo que hacer para morir al hombre viejo y dar vida al hombre nuevo.

Que tengan una feliz Cuaresma. Que el Señor les ayude a llegar plenamente renovados a la celebración de la Pascua. Que así sea.

+ Gustavo Rodríguez Vega

Arzobispo de Yucatán