jueves, 23 de febrero de 2017

febrero 23, 2017
Eduardo Ibarra Aguirre / 24-II-17

La convicción que expresé en la anterior Utopía para que los soldados y marinos regresen a los cuarteles, después de cuando menos 10 años consecutivos de realizar tareas policiacas y con un notable incremento de la violencia criminal por la estrategia oficial punitiva, militarista, no desconoce la terca realidad.

Y ésta fue medida por Parametría con resultados que deben ponderarse. Por ejemplo, que en México las fuerzas armadas, las secretarías de la Defensa y de Marina, son instituciones que “generan mayor confianza en la ciudadanía”.

Veamos. De acuerdo con la firma que encabeza Francisco Abundis, los porcentajes de confianza oscilaron en los últimos tres lustros entre 52 por ciento y 75 por ciento, cifras muy por arriba de las obtenidas por otras dependencias federales.


Para mayor referencia específica, 58 de cada 100 encuestados dijeron tener “mucha” o “algo” de confianza en las fuerzas armadas, en tanto que 40 por ciento opinó en sentido opuesto.

Con todo y el debate en ascenso que cruza al círculo rojo y, al parecer, no incide lo suficiente en la ciudadanía, respecto a cuál debe ser el papel de las fuerzas armadas en la lucha contra el crimen organizado y si deben retornar o no a sus cuarteles, seis de cada 10 encuestados por Parametría prefieren que el Ejército cuide las calles. Y sólo 18 por ciento expresó que los cuerpos policiacos deben hacerse cargo. En tanto que dos de cada 10 no quiere “a ninguna de las dos instancias”. Porcentaje que pasó del 7 al 20 por ciento, del año 2010 al 2017. Crecimiento considerable que expresa el hartazgo con la violencia criminal y su contraparte institucional, pero también revela una confusión entre los deseos y las preferencias con respecto de la realidad.

De acuerdo con la encuestadora, si se analiza aquel dato en el tiempo, podemos ver que “a partir de 2008 más mexicanos dijeron preferir al Ejército cuidando las calles sobre la policía”, así lo refirió 66 por ciento de los entrevistados, “este dato ha sido consistente desde entonces”. Pues ni tanto, porque en la muestra aplicada del 21 al 25 de enero de 2017, arroja una disminución.

A pesar de los sucesos en los que soldados resultaron involucrados en la violación de los derechos humanos como en Tlatlaya, estado de México, donde realizaron 22 ejecuciones extrajudiciales, y el asesinato de dos estudiantes frente al Tecnológico de Monterrey, en la capital nuevoleonesa, entre otros; 62 por ciento de los mexicanos afirmó sentirse “más seguro con la presencia de esta institución en las calles, el 19% dijo sentirse igual de seguro y sólo 15% mencionó sentir menor seguridad”.

Otra pregunta de la encuesta indagó sobre si creían o no los encuestados si el Ejército está preparado para convivir con la población. Los resultados son similares, 60 por ciento dijo que el Ejército sí está preparado, mientras que 21 por ciento opinó lo contrario.

El desprestigio de las encuestas y sus conductores y aplicadores “a modo” del cliente, sobre todo en materia electoral, como lo mostraron los resultados de los comicios de junio del año pasado, no debiera provocar la absurda acción de tirar el agua sucia de la bañera “con todo y niño”.

En todo caso, exhibe la magnitud de la tarea de explicación y convencimiento para que la Ley de Seguridad Interior sea debatida desde la perspectiva del retorno a los cuarteles de soldados y marinos, en forma gradual, y no la legalización de la peligrosísima militarización de México.

Acuse de recibo

El doctorando José Luis Ortiz Santillán propone, con motivo del texto Soldados y marinos a los cuarteles (22-II-17): “Algo que habría que hacer para dignificar a nuestras fuerzas armadas, sería poner fin a la presencia en nuestro país de los medios y los hombres de Estados Unidos que se han convertido en el Caballo de Troya dentro de las instituciones del gobierno federal y en nuestro territorio”… La nieta de Miguel Olivé Porté, Alba Martínez Olivé, corrige lo apuntado aquí: “Yo creo que te ataca el amigo italiano, más bien. No son 50 años de la muerte, ¡son 40! Y 115 los que cumpliría si viviera”… Alberto García García concluye, en SDP Noticias, sobre Indispuestos a “ceder ni un milímetro” (20-II): “Jajajaja qué chistoso se oye el presidente detuvo la caída, tiene el 6% de aceptación, ¿quería más?”... Otros textos para consultar en el portal Forum en Línea: Marchas de división y desconfianza (José Antonio Crespo). El discurso educa, la presencia más: hay feminismo (Sara Lovera). Constituciones y lucha anti Donald Trump (Jorge Meléndez Preciado). El rey viejo y la Constitución; ¿Habrá remedios contra la corrupción? (Teresa Gil). Amenazan al Astillero, SDP y Aguilar y ataques vulgares; Ricardo Alemán, un periodista idiota bastante inútil (Federico Arreola). De información veraz, valiente y oportuna (Yuriria Iturriaga). En recuerdo de Arnoldo (Martha Recaséns). Scherer, el retratista (Julio Scherer García). Epigramas (Mentor). Enlace:

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