domingo, 12 de febrero de 2017

febrero 12, 2017
MÉRIDA, Yucatán, 12 de febrero.- La segunda parte de “Noches de Jazz”, que presentó Mérida, Capital Americana de la Cultura 2017 fue todo un éxito ya que cientos de personas fueron cautivadas por el virtuosismo del arpista Edmar Castañeda Trío + Andrea Tierra y La Dirty Dozen Brass Band en el Parque de Santa Ana.


Ante más de mil 500 personas el arpista colombiano comenzó el programa “Noches de Jazz” en su segunda parte con varios temas que desde el primer momento arrancaron los aplausos de la gente.

Edmar Castañeda, pisó el escenario con pantalón y camisa en colores claros, su boina y zapatos rojos, para iniciar la velada ante un público que, desde las ocho de la noche se presentó para ocupar su lugar y poder disfrutar del arpa del colombiano.

La noche fue cálida y emotiva pues se pudo apreciar a un público de todas las edades disfrutar cada uno de los temas que ejecutó Edmar con su arpa entre los cuales hubo uno que él compuso en homenaje a Dios y lleva por nombre “Jesús de Nazaret”.

El virtuoso del arpa hizo una pausa para presentar a su Trío + Andrea Tierra, ella cantó varios temas uno dedicado a las mujeres, a quienes también cautivo no sólo por la dedicatoria sino por la voz que posee y compartió con todos los presentes.

“Las mujeres tenemos un poder gigante de dar luz y amar todo el tiempo. Nuestra tierra latinoamericana es más grande que los muros que nos quieren construir”, expresó Andrea Tierra antes de cantar.

Más de una hora después apareció en escena La Dirty Dozen Brass Band, que desde la primera nota emitida por la agrupación levantó a la gente de su asiento para ponerse a bailar y disfrutar del jazz que les regaló Mérida, Capital Americana de la Cultura 2017.

La complicidad de la tuba, con dos saxofones, dos trompetas, la batería y la guitarra eléctrica de los integrantes de la banda de jazz enloquecieron al respetable que no dejo de bailar un sólo momento.

Los integrantes de la orquesta invitaron a algunas chicas a subir al escenario y bailar al ritmo que ellos tocaron. Después de más de una hora de jazz La Dirty Dozen Brass Band se despidió del respetable, sin embargo, el rezo de “otra, otra” los hicieron retornar al escenario y regalar un tema más para concluir con su espectáculo. (Boletín)