miércoles, 8 de febrero de 2017

febrero 08, 2017
MADRID, 8 de febrero de 2017.- Cuando están en apuros las lagartijas se desprenden de la cola para distraer al depredador que quiere comérselas. Pero en el mundo de los reptiles, hay unos animales que van aún más lejos que ellas. Se trata de los gecos de escamas de pez. Tienen unas escamas muy grandes que son capaces de soltar cuando la situación lo requiere, como si llevaran una camiseta de escamas. Todo para que el depredador que las ataca se coma un buen bocado de escamas, pero sin geco dentro.

Este lunes, un estudio publicado en la revista «PeerJ» ha anunciado el descubrimiento de una nueva especie de gecko de escama de pez, que vive en la Reserva natural del Tsingy de Bemaraha (Madagascar) y a la que han llamado Geckolepis megalepis. Según han asegurado, es la especie de geco que tiene las escamas más grandes, y la que es capaz de perderlas y regenerarlas con mayor facilidad. Lo cierto es que debido a esta tendencia de despojarse de sus escamas, los investigadores lo habían tenido difícil hasta ahora para darse cuenta de que se trataba de una nueva especie. 

Cuando un depredador los agarra, estos gecos pierden las escamas y parte de la piel para huir- F. Glaw

Hace unos años los investigadores del «Ludwig Maximilian University of Munich and Zoologische Staatssammlung München» comenzaron a sospechar que entre los gecos de escamas de pez había más diversidad de la que se conocía. Por eso trataron de buscar los rasgos que podían diferenciar a unas especies de otras.

Los buscaron en la Reserva natural del Tsingy de Bemaraha (Madagascar), una zona caracterizada por sus «tsingy» o pináculos de roca caliza, formados gracias a la disolución de esta a causa de las lluvias.

Como estos gecos suelen desprenderse de sus escamas al más mínimo roce, para los biólogos fue un infierno tratar de identificarlos, puesto que se suele recurrir precisamente a los patrones que forman sus escamas.

Por suerte, la tomografía micro-computarizada (micro-CT), que permite barrer un objeto en tres dimensiones a través de rayos X, solucionó el problema. Gracias a ella, los investigadores pudieron usar los esqueletos, y en especial los cráneos, para distinguir a las especies.

Así, los investigadores rediseñaron la colocación del grupo de los gecos de escamas de pez y nombraron la nueva especie, Geckolepis megalepis.

Tal como han explicado, se trata de una criatura peculiar. Tiene unas enormes escamas, unidas por una franja muy estrecha a la piel, que se encuentra debajo. «Lo que más nos sorprende es que esas escamas, que son muy densas y deben de ser muy costosas de fabricar, pero al mismo tiempo se desprenden con suma facilidad y se regeneran muy rápidamente (en semanas), sin una cicatriz», ha dicho Mark D. Scherz, primer autor del estudio.

Por eso, ha sugerido que quizás esta extraña especie podría esconder un mecanismo de regeneración quizás útil para la medicina humana, que ya se estudia en salamandras (que regeneran miembros perdidos) y en las colas de lagartijas. (ABC)