lunes, 2 de enero de 2017

enero 02, 2017
Pedro Echeverría V.

1. Al mismo ritmo en que el desempleo, la miseria y la pobreza en México se hacen más profundos, en esa misma velocidad crece el odio de la población contra todas las instituciones; por el contrario, si el país no estuviera sufriendo con fuerza esas enormes calamidades y no tuviera que aguantar esos terribles golpes que recibe, no habría odio o repudio contra el gobierno, los partidos, la policía, el ejército, los medios de información, los empresarios, tal como lo que vivimos en México en por lo menos los últimos dos años. Tengo la convicción de que al imponerse la economía neoliberal y privatizadora en 1982, que obligó al crecimiento exagerado del desempleo, las amenazas de despido en el trabajo, al imponerse salarios de hambre y hacer crecer el trabajo informal sin prestaciones, hizo crecer el desgobierno y se incrementó la corrupción.

2. El 80 por ciento de la población –según encuestas- no quiere al presidente Peña Nieto por pésimo gobernante; igual porcentaje desprecia a los partidos políticos por corruptos e innecesarios; la policía y el ejército han caído en los peores niveles por ineficientes y por estar aliados con el narcotráfico. Acerca del comportamiento de los medios de información y de los empresarios se opina que son lo mismo porque sólo defienden sus intereses como grandes capitalistas. Lo que preocupa es que son opiniones de sectores aislados y críticos que fundamentan lo que dicen pero que no conforman una oposición clara que presione seriamente para que con sus manifestaciones obligue a cambiar comportamientos. Sin embargo parece que el repudio más grande es contra los partidos políticos.

3. Hoy se publicaron algunas noticias acerca de los acuerdos en las reuniones realizadas con la convocatoria del EZLN y del CNI y lo que subrayan esos acuerdos de las reuniones de San Cristóbal de las Casas y de la comunidad indígena de Oventic, es el desprecio a todos los partidos políticos. Por otro lado anoche escuchaba las intervenciones o discursos del señor Gilberto Lozano, líder del Congreso Nacional Ciudadano (CNC), que subraya y repite que “en unos meses llevan –sin líderes y con agrupaciones horizontales- decenas de miles de afiliados y varios cientos de actos políticos en casi todo el país”. Este señor Lozano posee interesante discurso, al parecer muy libertario, muy concreto, pero guarda silencio en su posición ideológica acerca de la lucha de clases, un plan económico o su posición acerca del imperialismo y la dominación mundial.

4. Fidel Castro, Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa, jamás han silenciado su papel frente al imperialismo, los grandes empresarios y acerca de la necesidad de construir una sociedad igualitaria. Es importante extirpar la corrupción y hacer frente al gobierno, los partidos, la corrupción, pero si no se posee una política exterior clara frente a la explotación, el saqueo y las guerras imperiales; si no se frena la gran explotación de los empresarios; si no se acaba el papel dominante de los medios de información, etcétera, etcétera, entonces lo único que se busca es limar algunas partes punzantes del capitalismo para hacerlo más llevadero. Se puede construir una sociedad capitalista menos corrupta, menos brutal, pero el objetivo siempre debería ser destruir la sociedad de explotación y las desigualdades que produce.

5. Pienso que esas instituciones: gobiernos, partidos, empresarios, por sus comportamientos se han ganado a pulso el desprecio de los pueblos; pero al mismo tiempo los que nos declaramos “independientes” de gobiernos y partidos, debemos poseer una enorme claridad para exponer nuestras alternativas de lucha social, además de ser muy consecuentes en aplicarlas. El desgobierno del PRI, PAN, PRD, encabezado por Peña Nieto, es peligroso porque puede dar oportunidad a los militares y empresarios a promover un golpe de Estado como los muchos que se han registrado en América Latina con apoyo yanqui. En México sólo ha habido el de 1913 que dio Victoriano Huerta y los EEUU contra el presidente Madero y el vice Pino Suárez. Jamás los articulistas hemos concebido que en México pudiera darse un golpe de Estado, pero. (2/I/17)