sábado, 31 de diciembre de 2016

diciembre 31, 2016
Pedro Echeverría V.

1. En algunos países se ha logrado que la gente se una y no compre un artículo, no pague un impuesto o apague los focos en solidaridad. Parece que México nunca ha usado ese tipo de prácticas de presión o de lucha. Sin embargo con la gasolina me parece muy sencillo que los clientes fijen el precio nacional –por ejemplo 15 pesos por litro y ningún centavo más- y que éste permanezca (un mes, tres o seis meses, un año) fijo hasta que cambien las condiciones de acuerdo a los estudios independientes de la economía nacional. Pienso: llego a la gasolinería, pido 10, 20 o 30 litros, me los pone el empleado, los multiplico por 15 pesos, pago, le doy propina al empleado y me retiro; así todos en toda la República. El dueño de la gasolinería seguiría comprando a Pemex al precio anterior y así sucesivamente.

2. Por primera vez los clientes –no el gobierno o los empresarios- demostrarían su unidad y su fuerza y sería una magnífica experiencia para que el pueblo (al fin) demuestre su poder. Se podría hacer lo mismo con que los clientes fijen un precio a la carne, a las tortillas, a la masa, etcétera. Nada subiría de precio mañana día primero de enero y todo seguiría igual. ¿Por qué subirían de precio las cosas si el salario ha permanecido estancado? La gasolina no puede subir un 15 o 20 por ciento si el salario del trabajador no sube un 15 o 20 por ciento antes. Y debe quedar muy claro que los salarios están desde hace muchos años muy rezagados, pues basta compararlos para darnos cuenta que mientras el salario cada año sube por mandato del gobierno un tres o cuatro por ciento, las mercancías suben en promedio 10 por ciento; basta con revisar los datos estadísticos.
3. Por ello cada año el llamado poder de compra de los asalariados es menor cuando se le compara con la llamada “canasta básica” que es el mínimo de mercancías que requiere para vivir pobremente una familia. Cada año para adquirir la canasta básica se requiere de más horas de trabajo, de dinero, o que el resto de la familia obtenga un ingreso. Por ello es necesario organizarnos de alguna manera para seguir pagando los precios de hace un mes y no permitir que artículos básicos o de primera necesidad suban de precio. Como alguien diría: “Ni madre, que la bomba me marque el número de litros de gasolina, pero yo los pago a 15 pesos en cualquier gasolinera del país; yo estoy pagando impuestos para que el gobierno se meta a la bolsa ocho pesos por litro; que nos traigan a los policías que quieran; no agredimos a nadie, sólo defendemos nuestra economía”.

4. ¿Qué el gobierno de Peña Nieto debe renunciar? Hace mucho que se plantea aunque cada día acumula más repudio y más desprecio del pueblo. La realidad es que le faltan dos años para concluir su periodo de seis; pero así como están las cosas en México el país puede desplomarse mucho más. Pareciera que el pueblo pobre y miserable no se da cuenta porque está ya muy acostumbrado a vivir en la miseria; sin embargo es tan serio el problema que es probable que se multipliquen los estallidos sociales, las protestas y que éstas se transformen en grandes rebeliones. Quienes llevamos mucho tiempo observando y analizando la situación quisiéramos batallas limpias que obliguen a estos gobiernos funestos a renunciar; pero no podemos estar seguros de que así sea porque el pueblo está muy cansado de soportar la opresión. (31/XII/16)