viernes, 30 de diciembre de 2016

diciembre 30, 2016
PAVÍA, Italia, 30 de diciembre de 2016.- El chocolate sabe amargo y las sorpresas ya no alegran. Los fanáticos del huevo Kinder están de luto porque ayer falleció su creador, William Salice, quien se suma a la extensa lista de personalidades que despedimos este 2016. Fue durante años uno de los más estrechos colaboradores de Michele Ferrero, con quien trabajó en el lanzamiento de la famosa golosina.

Salice falleció ayer en una clínica de Pavía (Italia) donde estaba internado hacía tiempo. Tenía 83 años y había sufrido un ictus, enfermedad que afecta a los vasos sanguíneos. Era de Turín, pero desde hacía años residía en Borghetto Santo Spirito (Savona).

William Salice con una caja de su invento.

Había ingresado en la compañía Ferrero en 1960 y pronto se convirtió en la mano derecha del propietario, Michele Ferrero, que falleció en 2015. En los años 70, Salice buscó la manera de extender el consumo de los huevos de chocolate, que sólo se vendían en Pascua y obligaban al paro técnico el resto de los meses. Tuvo la idea de incorporarles un pequeño juguete para armar, encapsulado en una bola de plástico.

El éxito fue instantáneo y en 40 años de historia se vendieron miles de millones en el mundo. Sin embargo, Salice nunca se apropió del hallazgo. A quien lo señalaba como creador del Kinder Sorpresa, con humildad le respondía: "El inventor es Ferrero y yo soy el ejecutor material".

A pesar de la buena recepción de los consumidores, algunos episodios empañaron su reputación: como la muerte por atragantamiento de una niña de tres años en Francia que habría ingerido la sorpresa. En Estados Unidos los huevos Kinder están prohibidos por temor a que algún chico se atragante y también lo están en Chile como medida para luchar contra la obesidad infantil.

Salice también impulsó otros productos de la marca exitosos, como el conocido bombón Ferrero Rocher. Hace casi una década, en 2007, se retiró y creó la fundación Color de tu Vida, para ayudar a los jóvenes de entre 13 a 18 años a desarrollar su talento. (Clarín)