jueves, 15 de diciembre de 2016

diciembre 15, 2016
EL CAIRO, 15 de diciembre de 2016.- Las autoridades egipcias han confirmado este jueves el hallazgo de restos de explosivos entre los cadáveres de las víctimas del vuelo de la aerolínea estatal Egyptair que se estrelló el pasado mayo segando la vida de las 66 personas a bordo.

En un comunicado, el Ministerio de Aviación Civil egipcio ha señalado que el informe forense realizado a los restos humanos localizados y recuperados indican la presencia de "rastros de materiales explosivos en los cuerpos de algunas de las víctimas del accidente". Según las autoridades, los resultados han sido trasladados a la Fiscalía e incorporados a la investigación.


El vuelo MS804, que cubría la ruta París-El Cairo, se estrelló el pasado 19 de mayo en el Mediterráneo oriental. El A320 efectuó dos giros bruscos de 90 y 360 grados antes de desaparecer del radar. El piloto no efectuó llamada de socorro alguna. Ningún grupo ha reivindicado la autoría del presunto ataque que se registró seis meses después del atentado firmado por el autodenominado Estado Islámico (IS, por sus siglas en inglés) contra un avión ruso. El artefacto, colocado en una lata de refresco, se cobró la vida de los 224 pasajeros a bordo en la península del Sinaí.

El pasado julio, el primer examen del audio almacenado en la grabadora de voz de cabina desveló la presencia de fuego. "El comité ha descargado el CVR [la unidad que recoge las conversaciones de la tripulación de vuelo y los sonidos procedentes de la cabina] y ha comenzado a escuchar los audios de cabina antes de que se produjera el accidente. Se menciona la existencia de un fuego", precisaron las autoridades, que apuntaron desde el principio hacia un fallo eléctrico o un artefacto explosivo.

La existencia de fuego está en consonancia con la presencia de humo captada en los últimos minutos de la travesía por ACARS, un sistema que emite mensajes automáticos durante el trayecto. Según el registro del ACARS, a las 2.26 horas se originó la situación aún confusa que desató la tragedia. El humo comenzó a brotar del lavabo situado justo detrás de la cabina de vuelo.

Un minuto más tarde, otra alerta emergió procedente del compartimento de aviónica, emplazado bajo la cabina de vuelo, el lugar donde se ubican los sistemas eléctricos de la nave. A las 2.29 horas, un error afectó a la FCU2, la segunda unidad de control de vuelo, y a la SEC3, el ordenador que controla los alerones. Cuatro minutos después, se perdió el contacto con el avión y su rastro se desvaneció del radar justo cuando dejaba atrás el espacio aéreo griego y accedía al egipcio.

El escenario del incendio también queda constatado por el registrador de datos de vuelo (FDR, por sus siglas en inglés), que anota la altitud del aparato, su velocidad con respecto al aire, su rumbo y otras lecturas instrumentales desde su despegue en el aeropuerto parisino de Charles de Gaulle hasta que se perdió su señal a 37.000 pies de altitud. Además, la parte delantera del fuselaje rescatado del mar presenta daños por alta temperatura y restos de hollín.

La tarea de recuperar las piezas del aparato y los restos humanos en alta mar resultó una misión ardua. El Gobierno egipcio contrató el navío John Lethbridge para explorar el fondo marino en busca de los restos y prolongó la labor hasta mediados del pasado julio. Los funcionarios a cargo de la identificación de las víctimas -entre ellas, 30 egipcios y 15 franceses- reconocieron la complejidad del proceso como consecuencia de las pequeñas dimensiones de los restos hallados.

Las nuevas revelaciones del vuelo MS804 -que apuntan hacia un sabotaje a bordo- coinciden con el atentado que el pasado domingo alcanzó la iglesia de San Pedro y San Pablo, ubicada en el complejo de la catedral de la Iglesia Ortodoxa Copta. Según las autoridades, un suicida de 22 años detonó el cinturón de explosivos en el interior del templo, en la zona reservada a mujeres. Al menos 26 personas fallecieron en un ataque reivindicado por el IS.

En el comunicado, la organización yihadista amenazó con lanzar nuevos ataques en el país árabe. "Todos los infieles y apóstatas en Egipto y el resto del mundo deberían saber que nuestra guerra continúa y que el estado del califato continuará derramando su sangre", ha advertido Provincia de Sinaí, la rama local del IS. (El Mundo)