domingo, 13 de noviembre de 2016

noviembre 13, 2016
MÉRIDA, Yucatán, 13 de noviembre.- El senador Daniel Ávila Ruiz se encuentra entre los aspirantes para ser consejero estatal y nacional del PAN.


Como hemos informado, Acción Nacional celebrará sus asambleas municipales en noviembre, la estatal en diciembre y la nacional en enero de 2017.

Previo a ser electo Senador de la República por el principio de mayoría relativa, Ávila fue diputado federal plurinominal (2009-2012) y diputado local (2007-2009)

Anteriormente fue subdirector de Egresos del Ayuntamiento de Mérida (2001-2007, bajo las administraciones de Ana Rosa Payán y Manuel Fuentes Alcocer) y Jefe de Egresos en la misma dependencia (1999-2001, en la gestión de Xavier Abreu Sierra).

Natural de Tizimín, Daniel Ávila tiene 45 años de edad. Es contador público de profesión.

Ávila ya ha sido consejero estatal en otras ocasiones y actualmente es consejero nacional. Ha desempeñado varios cargos dentro del partido.

Aunque muchas personas felicitaron al senador por su participación en el proceso, no faltaron quienes se burlaran de él haciendo alusión a sus escándalos por presuntos nexos con el constructor Rosendo Ceballos y presuntas irregularidades en la asignación de obras en ciertos municipios. En palabras de un usuario de Facebook:

"De los moches soy el primero,
de las transas el mero mero,
por eso quiero ser consejero".

Tras darse a conocer sus presuntos nexos con Ceballos, Ávila acusó a Raúl Paz Alonzo, presidente estatal del partido, de operar en su contra y ser un lacayo en la nómina del Palacio de Gobierno.

Sus señalamientos contra otros liderazgos, tales como Joaquín Díaz Mena, minaron sus posibilidades de ser el aspirante del PAN a la gubernatura o a algún otro cargo, según nuestras múltiples fuentes dentro del partido, pues reducen su capacidad para formar alianzas.

Queda claro que Ávila enfrenta un fuego "amigo" particularmente agresivo dentro de Acción Nacional, pues incluso recientemente ha sido blanco de ataques a su vida familiar y personal. Sin embago, la verdadera prueba de la credibilidad del legislador será demostrar si puede ganar o no el voto de la militancia. (José Repetto)