miércoles, 23 de noviembre de 2016

noviembre 23, 2016
Pedro Echeverría V. / 23-XI-16

1. “La iniciativa de ley para dotar a las fuerzas armadas de un marco jurídico para investigar y actuar contra amenazas que pongan en peligro la estabilidad, la seguridad interior o la paz pública –como el narcotráfico o la corrupción– es inconstitucional y peligrosa, porque dotaría de un poder omnipotente a los militares para investigar delitos de cualquier tipo e incluso actuar contra opositores al gobierno”. (Ver La Jornada) Con la iniciativa del PRI nos estamos yendo más allá de lo que es un marco jurídico que diera facultad a las fuerzas armadas para poder realizar funciones de seguridad pública. Pero el PAN exigió que se apruebe de inmediato y Ricardo Anaya ofreció al titular del ejército avalar que los militares sigan en las calles.

Soldados de la novena Zona Militar realizan un cateo en una casa en el puerto de Acapulco. (Foto Pedro Pardo / Archivo La Jornada)

2. Parece que al pueblo mexicano le “vale madre” que los militares instalen en México un “Estado de Sitio” porque ellos “nada pueden hacer, más que trabajar”. ¡Qué plausible que el partido Morena denunció: “La intención de esta iniciativa es cumplir con la exigencia del ejército y la marina para que los militares no sean señalados por violaciones a los derechos humanos, como sucedió en Tlatlaya”!  Es tiempo, indiscutiblemente, de salir a la calle contra el fascismo de gobierno, militares y empresarios, que han propuesto la toma de las calles por el ejército, así como armar a los automovilistas, amas de casa y empresarios contra “los asaltos”. Parece no haber quedado claro de que los verdaderos delincuentes y asaltantes son los que mantienen al pueblo en el hambre y la opresión.

3. Una vez entrenados y diplomados en prácticas de guerra, ejecuciones, asesinatos, los militares y sus jefes en EEUU, Panamá, Israel, Colombia –a falta de guerra- pasan a actuar como policías e investigadores para encontrar a opositores al gobierno.  Como declara el abogado Gutiérrez: “podrán obtener información por cualquier medio y sería peligroso dar facultades omnipotentes a los militares”. En México –con excepción de 1913/14- no hemos sufrido Golpe de Estado, pero muchas prácticas de la “dictadura presidencial” han sido parecidas. Y creímos que después del movimiento estudiantil de 1968, después de las protestas contra el fraude electoral o el levantamiento del EZLN, no volveríamos a pensar que el fascismo en su forma presidencial, volvería. (23/XI/16)

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