domingo, 20 de noviembre de 2016

noviembre 20, 2016
Pedro Echeverría V. / 20-XI-16

46. Educación y escolaridad

1. Casi siempre se confunde la escolaridad con educación y, para mí, son radicalmente distintas. La educación se mama y se desarrolla de manera espontánea en el mundo durante toda la vida; la escolaridad es escuela, organización, Estado, disciplina, otorga calificaciones y títulos. La educación que se extiende por diferentes caminos, es para todos; por el contrario, la escolaridad fue primero para la clase dominante y sus hijos y ahora, aunque más abierta, apenas puede abarcar un porcentaje menor a la mitad de las poblaciones. Los trabajadores del mundo, los productores de la riqueza que consumimos, poseen educación, pero una ínfima escolaridad por sus condiciones de opresión y pobreza. Las clases medias y altas, en gran porcentaje son los que han aprovecha la escolaridad que brinda el Estado.

2. Una persona posee educación porque es muy solidario, porque siente el dolor ajeno, porque está dispuesto siempre a compartir, porque usa sus conocimientos para enseñar a los demás, porque es muy honrado en el trabajo, no hace trampas y es honesto. ¿Dónde se encuentran a estas personas? En muchas poblaciones y hogares jodidos donde el capitalismo no pudo penetrar con fuerza ni extenderse. Por el contrario, donde el capitalismo barrió con la cultura indígena u originaria y pudo penetrar con profundidad el hogar, la escuela, la iglesia, creció el individualismo, la competencia, los méritos, el egoísmo, enterrando la educación e impulsando la escolaridad medible, concreta, que enseña para el trabajo y la producción. Las universidades en el mundo tienen mil años de antigüedad la escuela primaria es mucho más reciente.

3. En México sólo la mitad de los niños termina la primaria y a la universidad llega menos del 10 por ciento. De acuerdo a los datos, la escolaridad no dejó nunca de ser para privilegiados. El sistema de becas, créditos, desayunos escolares es solamente para paliar la gravedad del sistema educativo. Por ello las grandes batallas de protesta de los maestros de la CNTE gritan que “el maestro luchando también está enseñando”, porque la educación no solamente es escolar para los niños que pueden pagar o por lo menos mantener se muchos años en las escuelas públicas; la educación es otra cosa: nos la enseña el pueblo entendiendo su vida. Sería importante conocer algunos pedagogos como Paulo Freire, Raimer, Neil, Illich y mil más que pueden ensañarnos a pensar en la verdadera educación.

47. La educación no iguala; hace más poderosa a la clase dominante

1. Emiliano Zapata, líder histórico de los campesinos durante la Revolución 1910/17, planteó lo que veía sin necesidad de consultar estadísticas: “la educación en vez de igualar reafirma los privilegios de la clase dominante”. Hoy después de consultar datos llegamos a la misma conclusión: el 50 por ciento de la población no concluye la primaria y menos del 10 por ciento pisa la Universidad fundamentalmente por motivos económicos y falta de oportunidades. Los altos y mediados cargos de gobiernos, empresas públicas y privadas, están en manos de quienes poseen escolaridad. El 90 por ciento de los hijos de campesinos, artesanos, empleados, siguen en el oficio o trabajo de sus padres.

2. No es un problema de ignorancia, de flojera, tradición o “mala suerte”. En un asunto de estructura social impuesta por el capitalismo: “los hijos de los explotados deben seguir siendo explotados y los hijos de los ricos seguir gozando de la herencia de sus padres, porque Dios así los hizo; pero a cambio ningún rico atravesará por el ojo de una aguja, o sea, por las puertas de cielo”. Esas frases difundidas mundialmente por la iglesia han sido un puntal del sistema de dominación capitalista que ha calado profundamente en el pensamiento de los seres humanos. ¿Para qué protestar, para qué preocuparse, luchar por la justicia o la igualdad si las cosas están hechas inteligentemente  por Dios?

3. Desde siempre el porcentaje del presupuesto público dedicado al ramo de Educación ha sido de los más grandes del país por la enorme cantidad de maestros y empleados de la SEP (quizá un millón 800) además de los muchos millones de pesos que cobran sus altos funcionarios. Pero esa cantidad nunca ha sobrepasado el 4.1 del Producto Interno Bruto (PIB) ¿Se olvida que la UNESCO (dependiente de la ONU) recomendó desde 1946 que se invierta en educación el 8 o 12 por ciento del PIB y que en México cuando más se ha invertido el 4.1 por ciento? Así que no hay pretexto: la educación ha ido de mal a peor porque han preferido invertir la autoridades en armas y ejército.

48. Un buen educador necesita conciencia, conocimientos

1. El maestro es también un escolarizado con objetivos y programas elaborados por la clase dominante. Sin embargo, al escoger ese trabajo, demuestra un principio de sensibilidad humana. Me pregunto: ¿Será que los maestros, las enfermeras, los médicos, las y los servidores sociales, incluso los curas, por ese trabajo de trato directo muy específico, con niños, jóvenes, seres humanos, se hagan más sensibles que los demás trabajadores? En las escuelas Normales se enseña pedagogía, didáctica, historia, filosofía, sociología, deportes y demás materias donde el centro de la enseñanza es provocar el cambio sustancial o accidental en un ser humano, sacar “una fórmula de la potencia de la materia”.

2. Equivocadamente se ha orientado a los maestros como dadores de conocimientos, sobre todo como “correas de transmisión” de las ideas y programas elaborados por la clase dominante para seguir controlando a los de abajo. El maestro no es un transmisor de conocimientos sino un facilitador de métodos para cuestionarse, buscar, investigar y llegar a los conocimientos. En las escuelas no se imparten los “conocimiento verdaderos” (porque en última instancia la verdad no existe) sino que mediante la pedagogía, la sicología, la didáctica, se busca abrir la mente, la inteligencia de los participantes para que en conjunto se busquen las ideas que pueden acercarse a eso que llaman “verdad”.

3. Se puede estudiar otra carrera: abogado, ingeniero, médico, pero para enseñar se necesita conciencia y voluntad para abrir el pensamiento de los demás. Lo que sucede en México es que para aprender también se requieren condiciones: la alimentación necesaria, un ambiente de aprendizaje en el hogar, saber para qué se estudia y sentir la necesidad de ello. Ya lo decía Paolo Freire: “no se trata de depositar conocimientos en la cabecita de los estudiantes como depósitos bancarios, sino de construir juntos (“maestros” y “alumnos”) los conocimientos que se necesitan”. El maestros es más “sabio” cuando provoca el deseo permanente de aprender y de ser críticos ante el mundo que nos rodea.

49. Secretarios de Educación: políticos ajenos al sistema educativo

1. Cada político presidente de la República ha nombrado –por lo menos desde 1917- a otro político, u otros políticos (abogados, ingenieros, escritores), para ser secretario de Educación y, casualmente, ninguno ha sido educador de origen. Y no se piensa que debieron ser pedagogos o maestros de escuela, pero sí que conozcan muy bien los problemas educativos del país y posean conciencia social de ellos. Precisamente por ello –al ser completamente ignorantes de lo que sucede en todo el país en el ramo educativo- se ven obligados a acudir a los líderes magisteriales (generalmente venales) que durante décadas se han dedicado a controlar al magisterio en la nación.

2. Una demanda tradicional es que el ministro de la SEP sea un maestro; pero se olvida que no es un asunto de currícula magisterial sino de grupo y partido político. Los políticos que asumen un cargo nunca han sido por conocimientos, experiencia u honradez sino por amistad y confianza de quienes otorgan los nombramientos. Más aún, la SEP ha servido de escalón para ser candidato o precandidato presidencial, así como lo fue mucho tiempo la secretaría de Gobernación y más adelante la de Hacienda y Programación. Hubo hace unos 40 años un Centro de Estudios Educativos a cargo de Pablo Latapí que logró cierto prestigio por sus estudios destacados pero predominaron intereses privados.

3. Algunos personajes como Pescador, Schmelkes, Olac, Guevara Niebla, fueron estudiosos de problemas educativos pero prefirieron ser asesores de la clase gobernante porque jamás lograron entender un diferente camino al de servir al poder de Salinas, Zedillo o Peña. Con ello se demuestra que no basta ser especialista, inteligente o estudioso, sino lo que es realmente importante es ser honesto y crítico ideológicamente para no venderse al mejor postor; pero también se hace manifiesto el enorme poder del Estado como comprador o manipulador de todo. ¿Con estas experiencias acerca de los personajillos que asumen la dirección educativa del país, puede esperarse algo bueno para el pueblo?

50. Necesitamos teoría y práctica; leer y actuar

1. Nietzche ha reflexionado que “no hay verdades, sólo interpretaciones”; es decir están los hechos, pero cada quien los interpreta de acuerdo a su ideología. Quien convierte los hechos en “verdades” -usando todo el aparato político/ideológico con que cuenta- es el poder. Si no leemos y pensamos para desarrollar nuestro pensamiento crítico y reflexivo el poder con sus “verdades” hace de nosotros lo que quiere. Esa es la gran ventaja de la clase dominante: nos impone todos sus intereses, la manera de ser y comportarnos.

2. ¿Es lo mismo tener escolaridad, tener títulos, haber ido a la universidad, que saber? Nada de eso. En las escuelas siguen un programa muy bien planeado por el poder para que todos tengan disciplina, sean obedientes y hagan lo que se les ordena. Cuando sales de allí debes estar entrenado para trabajar, producir, cobrar un salario, tener familia e hijos para continuar con todas las costumbres sociales. Tu saber escolar está bien organizado para que la sociedad de explotación y de extrema desigualdad siga viviendo para siempre.

3. Necesitamos otro saber para comprender el mundo en que vivimos que muy raramente puedes encontrar en la escuela. ¿Has pensado cuál es el origen de la pobreza y miseria que siempre ha vivido el 80 por ciento de la población? ¿Sabes a qué se debe que sólo un cinco por ciento de la población concentre en sus manos toda la riqueza? ¿Comprendes por qué las leyes, el ejército, los abogados y el gobierno siempre están al servicio de los millonarios? ¿Has leído acerca de las experiencias revolucionarias en otros países y de las luchas diarias que en ellos se desarrollan?