lunes, 7 de noviembre de 2016

noviembre 07, 2016
MIAMI, Florida, 6 de noviembre de2016.- Janet Reno, la primera mujer que fue secretaria de Justicia de Estados Unidos (Fiscal General-US Attorney General) y que se vio en el centro de varias polémicas del Gobierno de Bill Clinton, incluida la captura del balserito Elián González, ha muerto. Tenía 78 años.

Reno murió el lunes por la madrugada d complicaciones de la enfermedad de Parkinson, dijo su ahijada, Gabrielle D’Alemberte. Añadió que Reno pasó sus últimos días en su hogar en Miami, rodeada de familiares y amigos.

Reno, una ex fiscal de Miami célebre por su frase “yo no aclaro mis declaraciones”, fue secretaria de Justicia de Clinton durante casi ocho años, el período más largo en un siglo.

Interrogada sobre la responsabilidad del Presidente Bill Clinton en el "Sitio de Waco o "Masacre de Waco" y las acciones del FBI, Janet Reno declaró: "I made the decision, I'm accountable, the buck stops with me, and nobody ever accused me of running from a decision that I made based on the best information that I had. I don't do spin stuff, and I'm not distancing anybody from anything. I'm telling you exactly what happened." (vídeo)

Fue una de las figuras más conocidas y divisivas del gobierno de Clinton. Enfrentó críticas al comienzo de su mandato por el mortal asalto a la hacienda de la secta Branch Davidian en Waco, Texas, donde murieron el líder David Koresh y unos 80 seguidores.

Reno apareció en varios de los escándalos y controversias que jalonaron la presidencia de Clinton, como la inversión inmobiliaria Whitewater del matrimonio Clinton, la pasante Monica Lewinsky, el presunto espionaje nuclear chino y las finanzas de la campaña de reelección Clinton-Gore de 1996.

En la primavera de 2000, Reno enfureció a la comunidad cubano-estadounidense de su Florida natal al autorizar la captura en una operación armada de Elián González, de 5 años, de la casa de unos familiares para poder devolverlo a Cuba con su padre.

Tras partir de Washington, Reno regresó a Florida e intentó postularse a gobernadora en 2002, pero perdió en una primaria demócrata alterada por problemas de votación.

Esa campaña significó el fin de una carrera pública con inicios humildes. Janet Wood Reno era la hija de dos periodistas y la mayor de cuatro hermanos.

Después de graduarse de la Universidad de Cornell con un título en química, fue una de las 16 mujeres que se graduó como abogada de Harvard en 1963.

En 1993, Clinton la invitó a ser su secretaria de Justicia después que sus dos primeras opciones, también mujeres, fueron descartadas porque habían tomado a inmigrantes sin autorización como nanas.

A principios de 2000, Reno trató de negociar el regreso a Cuba de Elián González, el balserito de cinco años que fue rescatado después que su madre y otros se ahogaron durante la travesía a Florida. Estaba al cuidado de in tío en Miami, pero su padre, que vivía en Cuba, quiso que lo regresaran a la isla.

Cuando Reno decidió que las negociaciones habían fracasado, ordenó a los agentes federales que capturaran al niño, lo que provocó las iras de la comunidad cubano-estadounidense. De ese incidente se hizo célebre la foto del niño oculto en un ropero frente a un agente armado.

Después de retirarse de la política, fue miembro de juntas directivas o asesoras de varias organizaciones. En 2004 ingresó a la junta del Proyecto Inocencia, que busca liberar presos cuya inocencia se puede demostrar por medio del análisis de ADN.

Tímida y ciertamente torpe, Reno no se casó, pero era miembro de una familia estrechamente unida. (AP)

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Janet Reno fue una procuradora, una política y una pionera —una mujer perspicaz del sur de la Florida que creció descalza entre pavos reales y caimanes, y que logró escalar hasta las esferas más altas del gobierno como la primera secretaria de Justicia de Estados Unidos.

Reno fue diagnosticada con la enfermedad de Parkinson en 1995, dos años después que fue nombrada al Gabinete de gobierno por el presidente Bill Clinton. La ex secretaria de Justicia falleció a los 78 años de edad el lunes en la madrugada, dijo su ahijada, Gabrielle D’Alemberte.

Eventos controvertidos de gran conmoción marcaron sus ocho años como secretaria de Justicia: los tiroteos de agentes del FBI en Ruby Ridge y Waco; los casos del niño cubano Elián González, el científico Wen Ho Lee y el “Unabomber” (el terrorista del correo); la impugnación del presidente Clinton, y el ataque con explosivos de un edificio federal de Oklahoma City.

Para el año 2001, estaba más que lista para cambiar los pasillos del poder por el paisaje tranquilo de Florida, y regresó a la antigua casa que sus padres construyeron en Kendall.

“Adoro este estado con todo mi corazón y alma”, dijo una vez.

Implacablemente honesta, testaruda, inteligente y despectiva de aquellos que la consideraban ingenua, Reno fue procuradora estatal del Condado Miami-Dade por 15 años —estableciendo un Tribunal contra el Tráfico de Drogas que se convirtió en un ejemplo a nivel nacional—, y trabajó en el campo privado brevemente antes de ser llamada por Clinton en 1993.

Aunque frecuentemente se reveló contra la Casa Blanca, ella se convirtió en la secretaria de Justicia con el segundo periodo de servicio más largo en la historia del país.

Alta en estatura y reputación —medía seis pies y una pulgada—, Reno no se mordía la lengua y enfrentó los desafíos directamente, una tendencia que la colocó en el medio de turbulentos eventos sociales en los años 80 y 90.

Fue la fiscal estatal en Miami-Dade en 1980 durante el juicio de los agentes policiales por la muerte del vendedor negro Arthur McDuffie, cuyo veredicto generó protestas y saqueos en Miami; y era la secretaria de Justicia durante la desastrosa incursión de los agentes del FBI (Buró Federal de Investigaciones) y ATF (Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos) en la sede de la secta religiosa Branch Davidians en Waco, Texas, en 1993.

También autorizó a agentes federales a que tomaran a la fuerza al niño Elián González de la casa de sus familiares en Miami para que pudiera ser devuelto a su padre en Cuba, una decisión que le ganó el odio de muchos miembros del exilio cubano.

Después de la incursión en Waco, Reno hizo una aparición pública en televisión y asumió todas las consecuencias de la decisión: “El peso de la responsabilidad recae en mi”. El anunció causó gran sorpresa en Washington.

Su inquebrantable comportamiento la redimió políticamente, al mismo tiempo que solidificaba los aspectos más excéntricos de su reputación.

A nivel nacional, fue conocida como “la mujer de los pantanos” (swamp woman) y “la exótica de los Everglades” (Everglades exotic), que famosamente pronunció incorrectamente el nombre del periodista Ted Koppel en el programa Nightline. La famosa parodia del comediante Will Farrell en Saturday Night Live, “La fiesta de Janet Reno” (Janet Reno’s Dance Party), cementó su reputación en la cultura popular.

Reno creció en un hogar en donde se valoraba la libertad de pensamiento y se aplicaba una sola regla: di la verdad y no engañes.

Conocida por las respuestas cortas que daba a las preguntas largas que le hacían los reporteros, una vez se enfureció cuando le preguntaron qué tenía que decir ante los críticos que insinuaban que no entendía la política.

En una voz fría, le dijo a un reportero del Miami Herald en 1998: “Si te eligen cinco veces en Miami, creo que entiendes la política”.

UNA SENCILLA FORMA DE SER

La mayor de cuatro hijos, Janet Reno aprendió su sencilla forma de ser gracias a sus padres, Henry Reno, un reportero del Miami Herald ganador del premio Pulitzer, y su madre, Jane Wood Reno, quien se convirtió en reportera de investigación del desaparecido Miami Times después de terminar de criar a sus hijos.

Reno nunca se casó, lo que se convirtió en un tema a medida que crecía su perfil nacional, y lidió con esto de manera directa, como la caracterizaba. Durante las audiencias de confirmación cuando fue nominada como secretaria de Justicia de EEUU, dijo: “El hecho es que solo soy una torpe doncella con un gran afecto por los hombres”.

Hasta el momento en que falleció, Reno vivió principalmente en la casa que construyeron sus padres cerca de los Everglades. Los avances modernos eventualmente rodearon a la propiedad pero este trozo de tierra se mantuvo como un oasis de la “Vieja Florida”, en donde los pavos reales deambulaban libremente —todos llamados “Horace”, una tradición que comenzó con su madre.

El tramo de propiedad era de 21 acres, pero la familia Reno vendió partes para poder pagar por los estudios universitarios de sus hijos.

“Mi madre lo construyó y papi ayudó con el trabajo pesado cuando regresaba a casa del trabajo en la noche”, dijo Reno durante una entrevista en 2002, cuando describió la famosa propiedad de su familia. “Esto me enseñó a que puedes hacer todo lo que te propones, si tienes el tiempo para hacerlo”.

Conocida como “Janny”, Reno fue campeona de debates en la secundaria Coral Gables, una fanática de la política antes de que pudiera votar, y se graduó con la distinción valedictorian por tener las mejores calificaciones en 1956.

Durante su infancia estuvo rodeada de personas con opiniones fuertes y de gran ocurrencia, grandes personalidades y dedicados pensadores independientes, lo que le dio un entrenamiento perfecto para participar en la política de Florida.

“Tengo una imagen de ella en mi mente cuando era una niña, de pie muy firme y con determinación”, dijo una vez Helen Muir, historiadora de Miami y amiga de la familia.

UNA MUJER PIONERA

Durante su vida, Reno rompió barreras impuestas a las mujeres. Tras graduarse de la Universidad de Cornell con un título en química, fue admitida en la Escuela de Derecho de la Universidad de Harvard, una de 16 mujeres que formaban parte de un grupo de más de 500 estudiantes.

Cuando regresó a Miami, formó parte del bufete de “Brigham and Brigham”, pasó a ser socia de la firma “Lewis and Reno”, y luego llegó a ser directora del Comité Judicial de la Cámara de Representantes de Florida en 1971. En esa posición, Reno ayudó a redactar una revisión de la Constitución estatal que permitió la reorganización del sistema estatal de tribunales.

En 1972, el poderoso procurador estatal de Miami-Dade, Richard Gerstein, se propuso contratar a Reno después que esta perdiera la contienda para un escaño en la Cámara Baja de Florida.

“Gerstein pensó que si contrataba a Janet Reno le iba mostrar al Herald y al estamento judicial que él quería gente de calidad en su plantilla”, dijo Seymour Gelber, ex asistente de Gerstein, quien luego pasaría a ser juez estatal de circuito y alcalde de Miami Beach.

Reno, quien pensaba que los fiscales estaban más interesaros en lograr condenas que administrar justicia, inicialmente se resistió a la oferta de Gerstein. Una vez que fue contratada, se propuso a reformar la oficina del fiscal estatal.

“Pensé que le iba tomar seis meses, mínimo”, dijo Gelber, quien le asignó la tarea. “Sesenta días después ella entró en mi oficina con un fajo de papeles y dijo ‘Aquí está.’ No puedo decir que estaba perfecto, pero quedé atónito con la velocidad on que lo hizo”.

Reno eventualmente reemplazó a Gelber como principal asistente de Gerstein, y nunca tuvo que encabezar algún caso penal.

Dejó la oficina del fiscal estatal en 1976, cuando su mentor Talbot “Sandy” D’Alemberte la convenció que se uniera al bufete de Steel, Hector & Davis. El prestigioso bufete de abogados la rechazó una vez para una posición en el verano cuando estaba en la facultad de derecho porque era mujer.

Un año después, cuando Gerstein decidió terminar su mandato de 21 años, el nombre de Reno encabezó la lista de los posibles reemplazos. D’Alemberte le dio una buena recomendación al gobernador Reubin Askew.

“Le dije que no era una procuradora, pero lo que él quería en un fiscal estatal era una persona con una integridad incuestionable que sabe como tomar decisiones dificiles”, recuerda D’Alemberte, quien es ahora presidente de la Universidad Estatal de Florida (FIU). “Esa era Janet”.

Ella se encargó de una oficina que tenía 95 fiscales que procesaban unos 15,000 delitos graves y 40,000 delitos menores al año.

Incluso después de llegar a ser fiscal estatal, su número de teléfono de casa aparecía listado en la guía telefónica, y frecuentemente trabajaba muy duro los fines de semana.

“Odio decir esto pero ella no tenía una vida”, dijo Abe Laeser, un veterano fiscal que ha trabajado bajo el mando de Gerstein, Reno y su pupila y sucesora, Katherine Fernández Rundle.

UNA CARRERA AL BORDE DEL PRECIPICIO

Pero el caso de Arthur McDuffie en 1980 casi terminó con su carrera. Después que cuatro agentes policiales, acusados de matar a golpes a un agente de seguros negro, fueron exonerados por un jurado cuyos miembros eran todos blancos, muchas personas culparon a Reno.

Cuando el veredicto fue anunciado, miles de personas se reunieron en las afueras del tribunal de Miami-Dade, gritando “¡Reno se debe ir!”. Los manifestantes incendiaron el lobby, lo que fue el comienzo de tres días de disturbios que horrorizaron a los residentes de la ciudad.

Reno dijo que renunciar sería como “entregarse a la ley de las masas”. Al contrario, en las semanas y meses siguientes, ella se aventuró y visitó el barrio todavía ardiente de Liberty City. Nunca se disculpó por el resultado del juicio por la muerte McDuffie, pero llegó a compartir la gran decepción de los residentes con el veredicto. En retrospectiva, esta decisión osada le ayudó a salvar su carrera política.

“Lo que impresionó a la gente es que ella visitó a la comunidad negra en la noche sin escoltas y pudo convencer a la gente que ella hizo todo lo que pudo con respecto a este caso”, dijo Marvin Dunn, profesor de la Universidad Internacional de Florida (FIU) y uno de los críticos más fuertes de Reno en la comunidad negra.

En 1993 llegó la llamada de la Casa Blanca, el comienzo de ocho años llenos de acontecimientos para Reno durante su estadía en Washington. La incursión en Waco ocurrió antes de que ella tuviera tiempo de colgar algún cuadro en las paredes de su nueva oficina.

El líder del culto David Koresh y 85 seguidores de su secta Branch Davidians —21 de ellos niños—, murieron después de un asedio de 51 días con agentes del FBI y AFT. El 19 de abril los agentes atacaron la sede principal de la secta Mount Carmel, la cual estalló en llamas.

“No tengo absolutamente ninguna duda que los miembros del culto empezaron el incendio, basada en toda la información que me han dado”, dijo Reno en una entrevista posteriormente. Pero si reconoció que el asalto había sido un error “basado en lo que sabíamos entonces. Basado en lo que sabemos ahora, obviamente estuvo mal”.

A principios de 1994, ella asignó al procurador independiente Robert Fiske Jr. para que investigara los asuntos financieros de Bill y Hillary Clinton con la compañía de propiedades Whitewater.

A principios de 1998, el sucesor de Fiske, Kenneth Starr, le preguntó a Reno si podía expandir la investigación del procurador independiente. Ella estuvo de acuerdo, lo que desencadenó las pesquisas de las aventuras sexuales del presidente que terminó con su impugnación en 1999.

ELIÁN GONZÁLEZ Y LA COMUNIDAD CUBANA

El caso de Elián González ocurrió en su segundo periodo. se extendió por varios meses agonizantes y terminó con la redada en la Pascua de la casa de los familiares del niño en la Pequeña Habana, y la inolvidable foto de Elián horrorizado mientras es apuntado con un arma.

“Que te hayan vilipendiado por regresar un niño a su padre no es una circunstancia placentera”, diría Reno posteriormente.

En noviembre de 1995, Reno reveló que tenía Parkinson, una enfermedad incurable y degenerativa. Para aquel entonces, sus manos temblorosas empezaron a preocupar a sus subalternos, pero no lograron detener el ritmo de trabajo de la secretaria de Justicia.

“A medida que envejezco... puede ser que tenga algunas limitaciones en mis movimientos”, dijo en aquel momento. “Pero me siento bien ahora... No siento ningún impedimento”.

También en 1995 ocurrió el ataque con explosivos del Edificio Federal Murrah en Oklahoma City, en donde murieron 168 personas, incluyendo 19 niños, y fueron heridas unas 500 personas. El ataque causó daños valorados en $80 millones.

En 1996, el FBI arrestó a Theodore Kaczynski, conocido como el Unabomber (el terrorista del correo), quien había enviado sobres explosivos a varios objetivos desde 1978, matando al menos a tres personas e hiriendo a 24. Reno autorizó a los diarios The New York Times y The Washington Post para que publicaran su “manifiesto”, lo que conllevó a que su hermano lo identificara ante las autoridades.

En 1999, Reno se vio envuelta en otro evento controvertido, esta vez relacionado al científico nuclear de Los Alamos, Wen Ho Lee, un hombre chinoamericano acusado de espiar para China después que transfirió secretos nucleares a una computadora sin sistemas de seguridad.

En 2000, un juez federal desechó 58 de las 59 acusaciones en contra de él y reconoció el tiempo que Lee pasó en la cárcel: nueve meses, la mayoría en reclusión en solitario.

Una vez más, Reno no estaba arrepentida de lo que ocurrió.

“Yo sé lo que tenía que hacer basada en la evidencia y en la ley. Sé lo que tenía que hacer para abordar asuntos de seguridad nacional”, dijo.

Para el momento en que regresó a su ciudad natal en 2001, tenía pensado disfrutar de los placeres sencillos de su tierra, como remar en kayak por las aguas de Florida.

Reno dijo que no estaba preocupada si iba a ser castigada por la comunidad cubana que todavía estaba furiosa con la manera cómo manejó el caso de Elián González. Al contrario, dijo que ansiaba el día en que pudiera discutir el asunto con sus amigos cubanoamericanos comiendo pastelitos.

Pero no pudo mantenerse fuera de la política por mucho tiempo. En 2002, lanzó una campaña para la gobernación de Florida que no tuvo éxito. Organizó la “gira de la pequeña camioneta roja” por todo el estado y manejó desde Tallahassee hasta los Cayos de Florida en una camioneta roja Ford.

Se rehusó a aceptar dinero público para su campaña, una decisión que posiblemente le costó la contienda. A pesar de tener un nombre muy reconocido, fue derrotada en la elección primaria por un político relativamente desconocido, Bill McBride, quien posteriormente perdió contra Jeb Bush.

Durante la campaña por la gobernación en 2001, ella usó su encanto al estilo Reno con las multitudes.

“En los últimos días he sido descrita como una gorila de 800 libras, una vieja triste y medio loca que se mece en una silla, y una patrocinante de un club de baile para adolescentes en el programa Saturday Night Life”, dijo. “Lo que ustedes ven, damas y caballeros, es lo que hay”. (Jay Weaver / Elinor J. Brecher / Nuevo Herald)