sábado, 5 de noviembre de 2016

noviembre 05, 2016
Aleqs Garrigóz

En el amor no se gana, cariño,
tibieza de los días que arden como papeles inservibles. 

Es tan fácil entenderlo;
como para el niño enfermar y para el limosnero 
extender la mano.

Volverá el verano a espantar a la vida;
volverá un nido de golondrinas 
a engalanar el oscuro alero. 

Y otra galaxia –dos amantes en dócil sumisión
en su centro– habrá explotado.

Estaremos tú y yo sonrientes viendo la misma estrella;
pero tan cerca de la Nada. 

Y en cada beso 
habrá el mismo polvo de los ancianos;
y en cada suspiro se anticipará 
–hechicera– esa temida guadaña como la luz más perfecta.

En el amor no hay victorias. Volveremos
a pasear al borde del abismo,
locos como colegiales,
y correremos de la vida huyendo como cometas.

Pero se abrirá de nuevo una boca al centro de las palabras
y las devorará.

Y otra vez mis manos entrarán a tu corazón
como a una masa familiar
y saldrán manchadas de sangre.

Y volveremos a tocar la puerta 
y no habrá nadie.