lunes, 14 de noviembre de 2016

noviembre 14, 2016
Pedro Echeverría V.

1. De entrada hay que decir que en todas las naciones hay clases sociales y cuando se pregunta que si el TLC firmado por México junto a EEUU y Canadá,  le beneficia o le perjudica, hay que preguntar también de qué México o país capitalista estamos hablando: ¿Del México formado por el 90 por ciento de pobres y miserables o del México integrado por un 10 por ciento de poderosos industriales, banqueros y grandes comerciantes? Nosotros advertimos en artículos y denuncias en las calles, por lo menos desde 1993, que en cualquier competencia comercial o productiva entre países pobres, de medio desarrollo o atrasado como México, con un país altamente desarrollado como EEUU o Canadá, resultaba obligatorio que siempre seremos derrotados en todos los niveles. Eso sucedió desde los primeros meses de 1994.

2. Desde ese año decenas de miles de fábricas, comercios y negocios comenzaron a cerrar en México porque no podían competir; el desempleo se aceleró, el comercio informal creció, la migración a EEUU se multiplicó. Sin embargo en el otro México, el de los millonarios –los que tenían el capital y los negocios grandes que si podían competir- la alegría fue grande porque nuevos mercados para los productos comenzaban a hacer negocios. Mientras se hacían más grandes las ganancias y los capitales de una minoría de multimillonarios que fueron escalando entre los más ricos del mundo en la lista de Forbes, cientos de miles de pequeños negocios fueron cerrados y sus dueños de clase media acomodada pasó a engrosar las filas de los nuevos pobres. Ese fue el resultado de que México hubiese firma el TLC.

3. Ahora EEUU y Canadá hablan de revisar o desaparecer el TLC con México. Pienso, como en 1993, que los que perderían son los multimillonarios mexicanos que han obtenidos gigantescas ganancias. Hoy México tiene firmado TLC con otros 50 países que cuentan con un gran mercado con los que puede competir en igualdad de condiciones; pero lo seguro es que los más poderosos empresarios multimillonarios mexicanos –estrechamente asociados con los yanquis- no le permitan romper negocios con los gringos. No sabemos cuál será la posición definitiva del muy cambiante boquiflojoTrump, pero de lo que estoy seguro es que en tanto no contemos en México con un fuerte movimiento social de los trabajadores, los partidos, la burguesía empresarial y el imperialismo seguirán sometiéndonos como simples esclavos. (13/XI/16)