miércoles, 5 de octubre de 2016

octubre 05, 2016
MADRID, España, 5 de octubre.- La Real Academia de las Ciencias de Suecia ha concedido hoy el premio Nobel de Química al francés Jean-Pierre Sauvage, al británico Fraser Stoddart y al holandés Bernard Feringa por "diseñar y producir máquinas moleculares". Los investigadores han desarrollado moléculas con movimientos controlables, que pueden llevar a cabo tareas cuando se les proporciona energía. El trabajo de los tres "demuestra cómo la miniaturización de la tecnología puede conducir a una revolución", según ha indicado la Academia en un comunicado. "Los galardonados con el Nobel de Química de 2016 han miniaturizado máquinas y han llevado la química a una nueva dimensión", celebra la nota.

Jean-Pierre Sauvage (París, 1944), profesor de la Universidad de Estrasburgo, fue el pionero en 1983, cuando enlazó dos moléculas con forma de anillo formando una cadena, denominada catenano. Normalmente, las moléculas se unen con enlaces covalentes en los que los átomos comparten electrones, pero en el catenano de Sauvage estaban entrelazadas mecánicamente. La Academia subraya que una máquina debe estar compuesta por partes que se puedan mover las unas respecto a las otras. El catenano cumplía este requisito.


El segundo paso, continúa el comunicado oficial, lo dio Fraser Stoddart, profesor de la Universidad Northwestern (EE UU), en 1991, al desarrollar un rotaxano, una arquitectura molecular similar a un anillo atrapado en el interior de una mancuerna de gimnasio. El investigador, nacido en 1942 en Edimburgo, demostró que el anillo se podía mover por ese minúsculo eje molecular con topes. A partir del rotaxano, Soddart desarrolló "músculos moleculares" y "chips informáticos basados en moléculas", según la Academia.

El holandés Bernard Feringa (Barger-Compascuum, 1951), de la Universidad de Groninga, fue el primero que construyó un motor molecular, prosigue la nota. En 1999, logró una pala de rotor molecular que giraba continuamente en la misma dirección, cuando los científicos aportaban luz ultravioleta. "Utilizando motores moleculares, ha rotado cilindros de vidrio que son 10.000 veces más grandes que el motor y también ha diseñado un nanocoche", detalla la Academia. Este nanocoche, fabricado en 2011 por el equipo de Feringa, consiste en cuatro ruedas formadas por moléculas que giran, unidas a una especie de chasis molecular.

El trabajo de Sauvage, Stoddart y Feringa, premiado con los 850.000 euros del Nobel, ha demostrado que es posible crear máquinas 1.000 veces más finas que el grosor de un cabello. "No me podía creer que funcionara", ha recordado Feringa. Las aplicaciones son inimaginables, según ha señalado el propio investigador holandés en la ceremonia. "Me siento como los hermanos Wright cuando volaron por primera vez hace un siglo y la gente les preguntaba que para qué se necesitaba una máquina voladora", ha declarado Feringa. "Piensa en robots diminutos que los médicos del futuro inyecten en tus venas para que vayan a buscar células cancerosas", ha puesto como ejemplo.

¿Cómo de pequeña puede ser una máquina? Al menos, menos de mil veces más finas que el grosor de un cabello. Este año el Nobel se lo lleva la nanotecnología y las máquinas más pequeñas del mundo. O más concretamente sus principales desarrolladores: Jean-Pierre Sauvage (de la Universidad de Estrasburgo), J. Fraser Stoddart (de Northwestern en Estados Unidos) y Bernard L. Feringa (de la Universidad de Groninga).

En 1983, Jean-Pierre Sauvage creó un catenano para entrelazar moléculas usando un enlace mecánico en lugar de un enlace covalente. En 1999, Ben Feringa creó el primer motor molecular y en 2001 llegó a poner en marcha un nanocoche con cuatro ruedas operativas. Y el equipo de Stoddart ha desarrollado numerosas máquinas moleculares (una de las más curiosas es un ascensor que puede elevarse 0.7 nanometros sobre la superficie).

Curiosidades sobre el premio Nobel de Química

Seguramente, el Nobel de Química sea el premio más diverso: lo han ganado descubrimientos de todo tipo, desde la biología celular a la agricultura pasando por la física nuclear. Esto es precisamente, lo que hace que CRIPSR pueda entrar en la categoría.

Solo una persona ha ganado este premio dos veces: el bioquímico británico Frederick Sanger en 1958 y 1980. Y a alguno se ha planteado quitárselo (algo que, según las reglas, no se puede hacer). Concretamente, Fritz Haber, ganador de 1918 por la síntesis del amoniaco desde sus elementos. Este descubrimiento permitió generar nuevos fertilizantes, pero el papel de Haber en el desarrollo de los gases y la guerra química durante la Primera Guerra Mundial lo hacen un tipo muy polémico.

Ayer comentábamos que sólo dos mujeres habían ganado el Nobel de física, Marie Curie y Maria Goeppert Mayer. En el caso del de química, solo cuatro de los 171 ganadores ha sido mujeres: Dorothy Hodgkin («por la determinación de la estructura de muchas sustancias biológicas mediante los rayos X»), Ada Yonath («por sus estudios de la estructura y la función del ribosoma»), Irène Joliot-Curie («por sus trabajos en la síntesis de nuevos elementos radiactivos»), y, por su puesto, su madre Marie Curie («por el descubrimiento del radio y el polonio»).(MANUEL ANSEDE / El País / nobelprize.org / Xataka)